GALARDONADOS CON LA PRESEA SALTILLO 2020
Acreedor a la Presea en la categoría Vida del Ayuntamiento, el actuario está convencido en que ayudar a otros es la mayor satisfacción que le deja su profesión.
El actuario reconocido a nivel nacional, Francisco Miguel Aguirre Meléndez Farías, acreedor a la Presea Saltillo platicó con nosotros sobre su carrera, hobbies y gustos.
Cursó su carrera en la Ciudad de México, pero al cabo de dos años de haber fundado su despacho decidió regresar a su natal Saltillo, por “esa tranquilidad que brinda nuestra ciudad”.
“Me jaló la tierra, la seguridad, la paz, la familia, y en ese momento tenía yo que decidir entre vivir feliz con mi familia o desarrollarme profesionalmente, y 42 años después, me doy cuenta que aquello que me prometía Saltillo me lo dio con creces, porque no solo he vivido contento al lado de mi familia, sino que me dejó desarrollarme profesionalmente y desde aquí le damos batería a todo México y algunas partes fuera del país”.
Confesó que el día a día es un poco complejo porque si está en Saltillo, que si acaso es un día a la semana, está a las 9 de la mañana en la oficina, bueno, “un día normal no de Covid (Risas)”.
Prácticamente es resolver cosas de la oficina, normalmente es dedica a hacer fórmulas matemáticas de mucha concentración y redacción de diferentes leyes, para hacer cambios en las leyes de instituciones, municipios, estados… de todo el país. Cuando puede, regresa a comer y por la tarde le da hasta lo que se pueda, porque tiene que aprovechar el tiempo.
“Cuando no estoy aquí, son aeropuertos, hoteles, en medio de mucha gente pero sintiendo la soledad, presiones de todo tipo, porque hacemos reformas a los sistemas de pensiones, hay líderes muy buenos, pero hay presiones de líderes muy poderosos, de gobernantes, de la prensa (Risas), de mucha gente para que salga un determinado tipo de reforma.
“No se satisface a todo mundo y normalmente es distribuir las prestaciones de otra forma y la gente toma las calles, y hemos traído hasta 100 mil personas en la calle tomando el Zócalo, quemando carros, y casi a donde vamos es el mismo problema, por ejemplo en universidades, el día a día fuera de Saltillo es muy intenso. En otro lado te tratan de aprovechar, de 7 de la mañana a 1 de la mañana del siguiente día trabajando, es complicado”
Dijo que este nivel de vida le ha afectado mucho la salud, hubo un evento cuando se reformó el Régimen de jubilaciones y pensiones del IMSS, de ahí para acá hubo un cambio radical en su salud, desde hace algún tiempo hace ejercicio.
“Trato de no llevarme lo problemas a la casa. Pero la mayor satisfacción es ayudar a la gente, yo siempre digo que la gente que trabaja en nuestra empresa sabe que su trabajo está presente en el futuro de muchas familias, de casi todas las familias de México, hay que hacerlo uno bien, no nos podemos equivocar”.
Francisco Aguirre aseguró que siempre está viendo el futuro, y tiene la fortuna de que su hijo Francisco estudió Actuaría y Leyes, prácticamente llevan casi 10 años con un consejo de administración para el traspaso generacional. Hoy en día él lleva el 80 por ciento de los temas en el despacho.
Actuarios for dummies
“Los actuarios somos matemáticos, toda la carrera son matemáticas, excepto una materia que es ética profesional, y lo que hacemos es por medio de probabilidades, estadísticas y matemáticas financieras proyectar, en mi caso, los ingresos, egresos y saldos que va a tener un sistema de pensiones en 100 años”.
Vemos si es necesario hacer cambios para que eso sea viable, aunque vale la pena subrayar que desde hace tiempo dejamos de ser un despacho de actuarios, obviamente empecé así, pero desde hace 15 años es una asesoría integral vemos en las reformas lo político, económico, social, la parte de comunicación, lo jurídico y lo actuarial, es un equipo de trabajo que desde que se detona una reforma, acompaña a líderes sindicales y gobernantes hasta que se concreta la reforma en los congresos o la cámara de diputados.
Cuando me enteré que había sido reconocido con la Presea no me lo esperaba y me causó temor, porque “si dices que te lo mereces está mal, y si dices que no te lo mereces también está mal (Risas). Sentí mucha presión”.