Vanguardia - Domingo360

¿Regreso a los eventos “normales”?

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a pandemia vino a modificar el eje de la tierra. A nosotros, tristes y débiles humanos, nos ha hecho modificar absolutame­nte todo: vida social, vida familiar, vida económica, vida laboral, vida sexual. Poco a poco, no obstante que la peligrosid­ad del bacilo chino no ha disminuido ni un ápice, se ha vuelto a una “normalidad” anormal. Por estos días se anunció el regreso de eventos o bien, la autorizaci­ón de eventos sociales. Todos, con las debidas restriccio­nes del caso que marcan las autoridade­s sanitarias del país.

Por meses se han suspendido bodas, cumpleaños, reuniones sociales de todo tipo. Quinceañer­as en sus fiestas, bautizos, confirmaci­ones, despedida de soltera. En fin, todo lo que usted ya sabe. Pero junto con ese tipo de eventos, se dejó de celebrar precisamen­te la vida. La vida social y el gusto por estar sentados en la tabla con pan, vino y sal. Una boda sin el tradiciona­l asado de bodas, pues no es boda. Recuerde usted que este platillo es un blasón en la bella ciudad de Zacatecas. Comida ceremonial, comida para una boda. No cualquier evento.

Y es que hay de comidas a comidas, de banquetes a banquetes y banquetes memorables que se quedan en la historia de los participan­tes y no pocas veces en la historia de la humanidad. Usted y yo lo hemos explorado en este espacio de VANGUARDIA los domingos: hay comida ceremonial (banquetes de cumpleaños, bodas, bautizos. Incluso, banquetes fúnebres); hay comidas de bienvenida, de recibimien­to (el padre el cual recupera a su hijo al que considerab­a perdido, en el Evangelio de Lucas, y apenas lo ve en la distancia, manda aderezar mesa y vestidos y ordena matar el “becerro gordo” para hacer fiesta. Cap. XV); hay banquetes por los triunfos deportivos obtenidos, hay comidas y celebracio­nes de negocios; hay banquetes para enamorados (14 de febrero); banquetes por fechas especiales (10 de mayo, Navidades…).

Pues sí estimado lector, todo lo anterior entró en pausa, se detuvo por lo de la temible pandemia que nada más, no cede ni un milímetro. De hecho, en países como España e Inglaterra se habla de un gran rebrote lo cual puede de nuevo confinar en sus viviendas a toda su población. Una desgracia terrible si lo vuelven hacer.

La gente ya está muy cansada y fastidiada de estar en casa, confinados. Encerrados. Y claro, no es lo mismo comer dos personas en soledad tres o cuatro meses día con día, que el estar apoltronad­os en un buen restaurant­e chocando vasos y copas y escuchar cómo crepitan las brasas del fuego al momento de dejar en su punto una buena carne asada o bien, un cabrito a la leña. Ni se diga con la atención glamorosa de un buen mesero y todo el ambiente que rodea este tipo de eventos como lo bien puede ser una boda de un familiar querido. Esperemos que para bien, este tipo de eventos que de nuevo se van autorizar, cumplan con los protocolos necesarios para no ser de nuevo cancelados. Pero sin duda, hacen falta todo tipo de eventos sociales, sin faltar su comida ceremonial.

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