RECONOCIDA A NIVEL INTERNACIONAL
El viñedo ha logrado posicionarse en el mercado mexicano con sus vinos tintos y rosados, que son envasados hasta que alcanzan su mejor expresión.
Hacienda Florida es un viñedo comprometido con la calidad de sus productos, que han sido reconocidos a nivel nacional e internacional, para garantizar que los clientes reciban los mejores vinos.
El viñedo debe su nombre a la antigua hacienda La Florida, donde se ubican sus tierras a 20 kilómetros de General Cepeda. Su fundador, Salomón Abedrop, entró al mundo de los vinos mientras buscaba “un cultivo que me diera la seguridad de hacer las cosas bien hechas”.
Hacienda Florida ofrece vinos tintos y rosados, dos blends y un monovarietal, a partir de cinco variedades de uvas: cabernet sauvignon, grenache, shiraz, malbec y mourvèdre, que son importadas de Francia. El próximo año lanzarán su primer vino blanco chardonnay.
Su producción se enfoca en brindar la mejor calidad, sin importar el tiempo que se requiera en la elaboración. Las uvas son cosechadas, procesadas y fermentadas para luego pasar un año en barrica o hasta que alcancen su mejor expresión. Ese compromiso es su sello distintivo.
Desde 2016, sus botellas han sido reconocidas en numerosos concursos: Premios Alfombra Roja por El Conocedor, los Premios Global Wine, los Premios Guía Peñín y el Concurso Mundial de Bruselas, donde recibieron medalla de Oro. Recientemente, obtuvieron Gran Oro y el lugar 23 a nivel mundial en el Sélections Mondiales des Vins Canada, con su vino Hacienda Florida Malbec.
“Ya nuestros vinos a donde los mandamos traemos medallas. Ésa es la gran satisfacción que tenemos, ése es el reconocimiento que nos permite luego presentarle al público nuestros productos”, explicó Salomón Abedrop.
Para Hacienda Florida, la pandemia de COVID-19 ha sido un desafío. Sus principales canales de distribución eran los centros de consumo, restaurantes y hoteles, y al inicio del confinamiento las ventas bajaron.
Sin embargo, se adaptaron a la nueva situación: crearon una tienda en línea para que los clientes pudieran comprar desde cualquier parte de la República, aumentaron su distribución y ahora se encuentran en las principales tiendas. Además, con la reactivación de las actividades a finales de julio, y gracias al apoyo del Gobierno Municipal y Estatal a través del proyecto “Vinos y Dinos”, han podido recuperarse.
El consumo de vino en México está creciendo, pues entre 2003 y 2013 aumentó de 225 a 450 mililitros por habitante y de 2013 a 2017 a 900 mililitros. Salomón Abedrop confía en que los productores mexicanos podrán reaccionar para cubrir la demanda. “El vino mexicano estaba estigmatizado como caro y malo, ahora sabemos que es bueno y puede tener cualquier precio”, apuntó.
Actualmente, exportan su marca Hacienda Toscana a Florida, Estados Unidos, y esperan llegar a otros lugares como Texas y Canadá. Además, a futuro, desean expandir su producción de 20 a 50 hectáreas, un proyecto a implementar en 2023, para tener más peso en el mercado.