LA AUTORIDAD NO HACE RESPETAR A LOS PEATONES
Imágenes como esta se repiten una y otra vez por todos los rumbos de la ciudad, y se podría decir que es difícil para la autoridad estar vigilando todos los sectores, pero en este caso no hay justificación. En pleno centro, por la calle Colón, entre Obregón y Carrasco, el conductor de esta unidad la subió a la banqueta sin importarle las molestias a los peatones.
relación con Washington que nunca se supo manejar. Como la piedra angular de nuestra política foránea es la relación con la superpotencia alrededor de la cual se definen los vínculos con otras naciones, al descomponerse dicho eje prioritario todo lo demás se afectó. La realidad fue que, desde que entró en vigor el NAFTA en 1994, se dejó de tener una política hacia el vecino del norte: ingenuamente se consideró que los nexos binacionales ya estaban debidamente institucionalizados y encarrilados. El descuido o desdén del gobierno peñista lo evidencia el que tuvo tres improvisados cancilleres y cuatro embajadores en Washington (salvo uno, todos improvisados, dejando acéfala la embajada por casi nueve meses), que no se designaron y rotaron de acuerdo a intereses nacionales, sino de las conveniencias políticas del grupo gobernante. A última hora se logró salvar el acuerdo de libre comercio, pero las relaciones quedaron sumamente dañadas, desconocemos el precio que se pagó por ello, y la entrada en vigor del T-MEC es incierta porque deberá ser aprobado por la nueva Cámara de Representantes dominada por los demócratas. Aun así y para enfatizar la lejanía y menosprecio que el gobierno saliente tuvo hacia la opinión pública, devaluó el Águila Azteca al otorgársela al yerno de uno de los presidentes más antimexicanos de la historia.
El saldo en materia de política exterior no es halagüeño. En nuestra