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Labonté explica a EFE que es muy importante cultivar los momentos íntimos y de intercambio amoroso, “aunque haya hijos”, pero que las parejas están perdiendo su intimidad “porque ya no se toman el tiempo necesario para reencontrarse y nutrir su relación”. hasta el final, sino como un modo de compartir una forma de inteligencia erótica, es decir, de aportar una creatividad a nivel de erotismo”, argumenta. “Las fantasías sexuales son una cosa muy personal, diferente para cada individuo. Hay parejas a las que les apetece compartir citas amorosas sexuales, otras que se lo pasan bien haciendo el amor en distintos lugares, y las hay que le gusta encontrarse y atraerse como si no se conocieran”, señala.
“Hay un montón de juegos interesantes que se pueden crear en una relación de pareja para estimular el deseo, la fantasía y la libido, por ejemplo, salir del tradicional contexto de la cama parental o cuarto de dormir, y hacer el amor en distintos lugares de la casa, con una provocación sensual y sexual”, sugiere.
“Todo esto requiere que a la pareja le apetezca pasarlo bien, jugar y juguetear haciendo el amor, para salir de la repetición y de hacer las cosas de forma monótona, y aportar a la relación más creatividad, locura y fantasía”, añade. Recuperar la intimidad perdida requiere una participación consciente de los dos miembros de la pareja, y resulta fundamental que ambos quieran hacerlo y que se entreguen al mismo juego o forma de actuar, de acuerdo a esta experta.
“Y en el ámbito de la comunicación sexual también hay que intercambiar impresiones sobre la dimensional animal de la sexualidad de cada uno, aunque sin perder la energía del corazón”, concluye Labonté.