Desaparición forzada
La Fiscalía General del Estado recién develó estadísticas de uno de los delitos que más laceran a la sociedad sinaloense y en el que la impunidad
es el denominador común: las desapariciones forzadas.
Nada es más angustiante para una familia, después de la certeza de la muerte de uno de sus miembros, que no saber el paradero de un hijo, hermano, padre o cualquier familiar, sobre todo cuando su ausencia se dio de manera violenta, con el llamado “levantón”.
Pues esta acción de la delincuencia la viene padeciendo la sociedad sinaloense desde hace ya muchos años, y con un alto grado de impunidad, al grado de tener que organizarse en colectivos, las llamadas rastreadoras, para buscar al ser querido ausente, con pocas esperanzas de encontrarlos con vida, pero buscando al menos el consuelo de darles cristiana sepultura. La Fiscalía General del Estado reconoció que en 2018 se abrieron 1130 carpetas de investigación por desaparición forzada, de las cuales solo 353 tuvieron algún desenlace. En 94 casos, la víctima fue localizada asesinada, y 254 pudieron ser regresados con vida al seno familiar.
Pero ¿y las restantes 777 víctimas? Qué fue de ellas, que ha sido la angustia que han padecido y padecen sus familias.
El saldo, a todas luces negativo, y lo más preocupante es que no se han visto acciones de la autoridad para inhibir este delito.