Hacia un Guardia Civil Nacional
Qué bueno que el presidente de la República recapacitó para que el mando de la Guardia Nacional tenga un carácter civil. Pero más bueno sería que el modelo de diseño fuese el de una guardia civil nacional, con características propias para México.
Hace poco más de treinta años, una de nuestras líneas de investigación lo constituye el tema de Seguridad Pública. En todo ese tiempo hemos escrito varios cientos de páginas sobre el mismo, tanto en el ámbito teórico como en el práctico. En 1996 publicamos una obra de siete tomos en la materia. No fue fácil dada su complejidad. Duramos alrededor de siete años escribiéndola.
De ese año para acá, no hemos dejado de estudiar ni de escribir sobre esa línea de investigación. Cuando iniciamos con ella en 1989, no solo nos adentramos en lo teórico, sino también en lo práctico. Ello nos ha permitido estudiar y profundizar en varias disciplinas científicas vinculadas alrededor de la misma, incluido el comportamiento humano, desde los más variados puntos de vista, entre ellos el sicológico, pedagógico, antropológico y sociológico, principalmente; disciplinas auxiliares de la Criminología. De tal manera que tuvimos la oportunidad de adquirir una vasta experiencia sobre la temática.
Además, hemos escrito poco más de una decena de iniciativas de ley y de programas gubernamentales en la materia. Recordamos claramente que participamos muy de cerca en el proceso de creación de lo que fue la primera ley general por las que se establecieron las primeras bases de coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Hemos investigado en los hechos a dicho sistema y lo que envuelve al mismo. Lo anterior viene a cuento a raíz de la creación y puesta en marcha de la división policial llamada “Gendarmería”. Ello nos recordó que en el año 2009 presentamos al presidente de la República un proyecto de iniciativa de reformas y adiciones a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como un programa integral en la materia. Fue exactamente el 24 de febrero de ese año — 2009—. Se acudió a Los Pinos para hacer entrega de ambas propuestas, aprovechando nuestra estancia en la Ciudad de México, a la que acudimos para asistir a la feria del libro en el Palacio de Minería.
Recordamos que dentro de esas propuestas iba la creación de una guardia civil nacional, con un enfoque ecléctico, a partir del modelo francés y español, pero adaptada a las condiciones y circunstancias particulares de México, incluidas su cultura e idiosincrasia.
Se trataba de un proyecto de reformas y adiciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para crear dicha institución, pero con un carácter civil en su diseño. No militarizada. Pues no contemplaba en sus filas la participación del ejército ni de las Fuerzas Armadas, mucho menos a un mando de carácter militar, ya que a los cuerpos castrenses se les prepara para la defensa de la soberanía nacional, y no para cuestiones de seguridad pública.
En los más de veinte años que se viene utilizando a las fuerzas militares en materia de seguridad pública, se observa con mucha pena, que no han brindado buenos resultados, pues la forma de operar en el ámbito de seguridad es muy distinta a las labores constitucionales que tienen a su cargo tanto el
Ejército como la Marina.
Qué bueno que el presidente de la República recapacitó para que el mando de la Guardia Nacional tenga un carácter civil. Pero más bueno sería que el modelo de diseño fuese el de una guardia civil nacional, con características propias para México.