El Debate de Culiacán

Testigo afirma que el CDS sobornó a un presidente con 100 mdd

Este sería el segundo señalamien­to que se hace al expresiden­te Enrique Peña Nieto sobre posibles actos de corrupción con el crimen organizado, aunque no se ha presentado prueba alguna que soporte tales acusacione­s

- ≋agencias @debate.com.mx

J oaquín «Chapo» Guzmán pagó un soborno de 100 millones de dólares al expresiden­te Enrique Peña Nieto, denunció un narco colombiano al testificar en el juicio a Guzmán Loera que se lleva a cabo en Brooklyn. El envío de dinero lo habría hecho una mujer conocida como «Comadre María» en la Ciudad de México, en octubre del 2012, se señaló en el juicio.

El colombiano Álex Cifuentes testificó que en 2016 le explicó a funcionari­os del Gobierno estadounid­ense en más de una ocasión que ese pago ocurrió. Dijo que Guzmán se lo había explicado. Sin embargo, en otra sesión del interrogat­orio —ocurrida en 2018—, Álex Cifuentes comentó que ya no tenía tan claras cuáles habían sido las cifras entregadas. Un portavoz de Nieto, quien dejó el cargo a fines del 2018, ha dicho en el pasado que el tema de los sobornos es falso. El colombiano Cifuentes también dijo que Enrique Peña Nieto había contactado a Guzmán Loera. El abogado del capo sinaloense, Jeffrey Lichtman, le preguntó que si lo que quería el Gobierno mexicano era dinero por parte del Chapo. «Trabajar con él, sí», respondió Cifuentes.

«Cuando dice trabajar, ¿quiere decir que Guzmán paga y Enrique Peña Nieto le permite seguir trabajando?», preguntó Lichtman. «Me imagino que sí», dijo Cifuentes. Lichtman dijo después que Cifuentes llegó a decir al Gobierno estadounid­ense que Peña Nieto había pedido en realidad 250 millones de dólares a Guzmán Loera, pero que el Chapo ofreció 100 millones. «Así es, pero quizá estoy confundido con los números», respondió Cifuentes.

El portavoz de Peña Nieto, Eduardo Sánchez, ya negó el pasado noviembre que el antiguo mandatario hubiera aceptado sobornos por parte del líder del Cártel de Sinaloa, después de que la defensa del Chapo hubiera lanzado dicha acusación.

Cabe mencionar que durante el inicio del juicio contra Guzmán Loera, el pasado 14 de noviembre, Lichtman ya acusó a Peña Nieto y al anterior mandatario mexicano, Felipe Calderón (2006-2012), de recibir sobornos del narcotrafi­cante Ismael «Mayo» Zambada García, socio del Chapo. Un extremo que ambos negaron. Tras aquella declaració­n, el abogado defensor fue amonestado por el juez del caso, Brian Cogan, que le recriminó haber lanzado acusacione­s sin pruebas. Cogan también prohibió durante el interrogat­orio de Jesús «Rey» Zambada, hermano del Mayo, que se le cuestionar­a sobre los supuestos pagos a los exmandatar­ios.

µ Tentativa de soborno

Por otro lado, Lichtman mencionó a Andrea Vélez, empleada del Cártel de Sinaloa, y dijo que esta trabajaba también para J.J. Rendón, un consultor político que laboraba en la campaña electoral de Peña Nieto. Cifuentes dijo que Vélez le envió fotos de maletas llenas de dinero en Ciudad de México. Cifuentes, quien fuera mano derecha del capo sinaloense durante varios años, afirmó poco antes en el juicio que Guzmán intentó ofrecer 10 millones de dólares al «general de la nación» en México, quien supuesta- mente rechazó la oferta porque odiaba mucho a Joaquín. El intento de soborno ocurrió en enero del 2013 y no se dio el nombre del general.

Cifuentes dijo que Guzmán vio la oportunida­d de sobornar al general cuando una empleada del Cártel, Andrea Vélez Fernández, le dijo que tenía acceso al militar, descrito tan solo por Cifuentes como «general de la nación». Vélez era dueña de una agencia de modelos en Ciudad de México, dijo Cifuentes, y le presentaba las mujeres al general en fiestas privadas que ocurrían los miércoles. El testigo explicó que Guzmán aprovechó para pedirle a Vélez que le ofreciera al general los 10 millones para que lo dejara en paz. Si el general aceptaba la oferta, Guzmán se comprometí­a a pagarle un millón de dólares a Vélez. La empleada del Cártel; sin embargo, no tuvo éxito. Cifuentes dijo que el general

odiaba a Guzmán.

El Chapo se enojó —dijo Cifuentes—, la llamó mentirosa y ordenó que la mataran. Vélez ha sido descrita en el juicio como amiga y secretaria de Cifuentes, a quien ayudó a traficar droga del Cártel de Sinaloa. Sin embargo, la empleada del Cártel empezó a colaborar de forma secreta con las autoridade­s estadounid­enses en 2012 y fue trasladada a Estados Unidos debido a una amenaza, testificó un agente del FBI durante el juicio. El agente Stephen Marston también dijo que el Gobierno estadounid­ense pagó a Vélez casi 300 mil dólares por gastos y servicios.

El Chapo, uno de los narcotrafi­cantes más conocidos y exlíder del Cártel de Sinaloa, se ha declarado inocente de supuestame­nte acumular una fortuna multimillo­naria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser encontrado culpable, enfrentarí­a una posible sentencia a cadena perpetua. Guzmán enfrenta once cargos, que incluyen tráfico de drogas, tráfico de armas, lavado de dinero y participac­ión en empresa criminal.

El martes también se habló brevemente en el juicio de un par de secuestros realizados por Guzmán. Uno fue al capitán del Ejército ecuatorian­o Telmo Castro, a quien Guzmán hizo secuestrar en Ecuador en 2013 por supuesto robo de dinero. Cifuentes explicó que Guzmán le dijo, después del rapto, que había logrado quedarse con un hotel que Castro tenía en Centroamér­ica. Más adelante, ese mismo año, Castro fue arrestado por las autoridade­s ecuatorian­as acusado de tráfico de drogas. Antes del secuestro, el capitán había ayudado al Cártel de Sinaloa a transporta­r droga por Ecuador en camiones del Ejército a cambio de dinero.

Otra persona secuestrad­a por Guzmán fue una tal Tatiana, socia de la cuñada de Cifuentes, y a quien se enviaron aproximada­mente 300 000 dólares para comprar droga en Panamá. La compra no tuvo éxito, pero el dinero no fue devuelto a Guzmán, así que la secuestró cuando viajó a México. Una vez realizado el pago, Tatiana fue dejada en libertad, dijo Cifuentes, quien no dio el apellido de la mujer.

Cifuentes, un colombiano de 50 años, vivió con Joaquín Guzmán Loera en la sierra de Sinaloa desde 2007 a 2009 y después en casas del Chapo en las montañas hasta su arresto en 2013.

Durante el proceso han salido a relucir acusacione­s de sobornos pagados por el Cártel de Sinaloa a políticos, policías y funcionari­os del Gobierno de México, Colombia y Ecuador.

Guzmán Loera, extraditad­o en enero del 2016 a Estados Unidos y en máxima seguridad desde entonces, se ha declarado no culpable de once cargos de narcotráfi­co, entre ellos mantener una empresa criminal continua, portar armas y blanqueo de dinero, por lo que podría ser sentenciad­o a cadena perpetua.

µ Supuestos intentos de soborno

Según Lichtman, el testigo también dijo a fiscales en febrero del 2016 que los narcotrafi­cantes Beltrán Leyva pagaron sobornos al expresiden­te panista Felipe Calderón (2006-2012) a cambio de protección contra el Chapo y el Cártel de Sinaloa. Sin embargo, Cifuentes aseguró este martes que no recordaba bien el asunto. En sus argumentos iniciales, al comenzar el proceso, el abogado del narcotrafi­cante sinaloense sostuvo que el Chapo es el chivo expiatorio de una conspiraci­ón tramada por el Gobierno mexicano, incluidos dos expresiden­tes y agentes antidroga estadounid­enses.

Por otro lado, en noviembre pasado, Jesús «Rey» Zambada García, hermano del Mayo, aseguró que sobornó a funcionari­os de primer nivel en materia de seguridad pública. El Rey Zambada sostuvo que entregó por lo menos 3 millones de dólares al secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, quien por su parte negó los señalamien­tos a través de un comunicado.

[Con informació­n de AP y EFE]

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FOTO: AGENCIAS > Testigos y el abogado de Guzmán Loera han señalado posibles casos de soborno al Gobierno federal.

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