Las prioridades de AMLO
La cuestión social vuelve a estar en la agenda de gobierno. Esta es una buena noticia porque desde hace tiempo México carece de política social y de un proyecto de nación ampliamente compartido. Con el gobierno de López Obrador existe la posibilidad de instrumentar una nueva estrategia donde el crecimiento económico sea soporte para el crecimiento social.
Pero la condición fundamental consiste en fortalecer la vida democrática en el país. De esta manera el ejercicio de la política, a través de la pluralidad y del logro de acuerdos colectivos, daría lecciones de civilidad e involucraría a todos los mexicanos.
Tener un proyecto de país moderno, incluyente y socialmente compartido es un anhelo.
Tres son las prioridades de México en estos momentos: recuperar la seguridad pública, instrumentar una política social para abatir rezagos y superar la pobreza, y diseñar la estrategia para promover un mayor crecimiento en la economía nacional. De los avances que se tengan en estos objetivos, depende la gobernabilidad en el presente y en el futuro.
Pero tanto por razones de seguridad pública como para dinamizar la economía, hoy por hoy la política social resulta ser la más urgente, la más importante y la más necesaria. En este ámbito ya no se
puede seguir haciendo
más de los mismo.
Tampoco se debe continuar evaluando el éxito de las políticas sociales
con base en la incorporación de más y más personas a los programas oficiales.
El gobierno del presidente López Obrador está
obligado a impulsar una política social diferente, más vigorosa e incluyente. Todos los programas sociales instrumentados hasta antes del actual gobierno, sólo trajeron más pobreza, informalidad y el subsidio a empleos de muy baja productividad. Por eso hoy se tienen que hacer las cosas de manera distinta.
Por razones de seguridad pública y para poder dinamizar la economía, atender la política social es lo más urgente, lo más importante y lo más necesario.
México necesita institucionalizar un sistema de derechos sociales universales donde toda la población tenga garantizado un nivel básico de bienestar. Ello incrementará el nivel de vida, redistribuirá el ingreso, generará empleos más productivos, promoverá el crecimiento económico y disminuirá la inseguridad pública. De este tamaño es el reto para el gobierno de AMLO.
Ya se trabaja en dos frentes: el sistema de seguridad pública y se empiezan a instrumentar algunos programas sociales. Ambas políticas están causando controversia por los mecanismos utilizados. Pero es natural que suceda así. Todo cambio resulta traumático. El problema es que no se está haciendo uso de la política para establecer previamente los acuerdos.
Pero lo preocupante ahora es la economía. No se está atendiendo. Los indicadores macroeconómicos son estables, pero hay decisiones que ya están impactando negativamente a la inversión nacional y extranjera, tasas de interés y las exportaciones. El mercado interno tardará mucho para constituirse en motor de la economía. Lo social es urgente, pero la economía es lo importante.