El mundo al revés
Si algo afecta a las colonias populares de Mazatlán, tanto a domicilios como a negocios, es la inseguridad, los robos a casa a domicilio y los asaltos. Este ha sido un serio problema en nuestra ciudad, y la cantidad de patrullas y elementos para cuidar ha sido siempre insuficiente.
Lamentablemente, estos días, tras la reapertura de playas, las unidades policiales se han tenido que ir precisamente a estas zonas a cuidar, porque la gente salió en masa, sin respetar la sana distancia y olvidando el uso de cubrebocas.
Esta situación se repite en establecimientos comerciales, como los bancos, donde la gente simplemente no tiene ganas de respetar el espacio de un metro y medio entre persona a persona, y pobre de aquel o aquella que pida distancia, porque hasta insultos le cuesta.
En los bancos es particularmente preocupante durante los últimos días porque se ha llenado de personas de la tercera edad, que van a cobrar sus pensiones, tanto en ventanillas como en cajeros automáticos.
Debemos tener claro que la reapertura de playas, hoteles y centros comerciales se dio para contrarrestar los duros efectos que el cierre ha tendido sobre muchos negocios y la economía de miles de familias. No se reabrió debido a que haya bajado el nivel de riesgo.
Los meses que estuvimos confinados debieron haber servido para concienciarnos sobre los peligros del COVID-19 y conocer sobre los métodos preventivos, como distanciamiento, higiene y uso de cubrebocas, y hasta goggles de ser posible. Tenemos la información, pero parece que no tenemos el interés en cumplir las medidas.