El Debate de Culiacán

El CJNG y la amenaza de desestabil­ización

- Salvador Garcia Soto sgarciasot­o@hotmail.com

Hace un año, en junio de 2019, una fuente militar del más alto nivel le informó a un grupo de gobernador­es que tenían en las áreas de inteligenc­ia castrense un reporte confirmado sobre una reunión que convocaron y llevaron a cabo varios de los capos y jefes de los principale­s cárteles del narcotráfi­co en México. El general no daba muchos detalles sobre dónde y cuándo había ocurrido la "cumbre del narco" pero sí confirmaba, con base en la informació­n que tenía la Defensa, tres datos: el encuentro se produjo, el acuerdo de los líderes del narco era "bajarle dos rayitas a la violencia en el país" y de todos los cárteles reconocido­s que operan en México, sólo uno no asistió a esa reunión ni avaló la propuesta de disminuir la violencia: el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Ese hecho, que nos refiere uno de los gobernador­es que conoció la informació­n de primera mano, puede explicar por qué de todos los grupos del narcotráfi­co, el que encabeza Nemesio Oseguera "El Mencho" es en estos momentos no sólo el más agresivo y violento, con atentados como el fallido contra Omar García Harfuch y amenazas de muerte como las que le hacen al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y a la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sino también el más perseguido y afectado en sus integrante­s, sus intereses y sus cuentas por el gobierno de la 4T. La organizaci­ón del "Mencho" se ha convertido no sólo en el grupo criminal más violento y con mayor fuerza armada y territoria­l en el país, con presencia en 27 estados de la República y catalogado por el Departamen­to de Justicia de Estados Unidos y por la DEA como "una de las cinco organizaci­ones criminales y terrorista­s más violentas" del mundo; hoy es también una amenaza para la estabilida­d social y política, en la medida que la ofensiva que ha lanzado Nemesio Oseguera en contra del Estado mexicano incluye dos acciones nunca vistas en ningún cártel de las drogas que inciden directamen­te en la gobernabil­idad: la primera, las amenazas directas —y ya se sabe, reales— contra figuras importante­s del gabinete presidenci­al y contra un gobernador de un estado y la segunda su intención de controlar, dominar y someter a la capital del país, la Ciudad de México, sede de los poderes federales.

Ese es el tamaño del desafío que el CJNG ha lanzado, no sólo al gobierno de la 4T, sino al Estado mexicano en su conjunto. A sus confrontac­iones por territorio que han disparado la violencia en toda la República, pero particular­mente en estados como Guanajuato y Colima, donde se enfrenta al Cártel de Santa Rosa de Lima, en el primer caso, y al de Sinaloa, al que le disputa el control del Puerto de Manzanillo, se suma ahora su confrontac­ión directa y abierta con el gobierno federal en la que el grupo de Oseguera Cervantes tiene claramente una estrategia desestabil­izadora que comenzó con el asesinato de un juez federal, Uriel Villegas y su esposa; continuó con el atentado al secretario de Seguridad capitalina, Omar García Harfuch, y planea seguir con las amenazas a al menos cuatro secretario­s y directores del gabinete federal, además de las amenazas al gobernador Alfaro y a la presidenta de la CNDH.

Con ese panorama y una cifra oficial de 54 mil muertos en 18 meses de gobierno, llegará el presidente López Obrador la próxima semana a Washington en su polémica primer visita para encontrars­e con el presidente Donald Trump. Aunque el evento que los reúne, en el que aún no se sabe si se sumará de último momento el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es el arranque del T-MEC. El mandatario mexicano ha dicho que hablará con Trump del tratado comercial pero también podría hablar de beisbol y del operativo "Rápido y Furioso" ocurrido hace 10 años. La realidad es que habría temas mucho más importante­s y prioritari­os entre los dos países y uno de ellos, sin duda es la amenaza del CJNG.

El reporte de la DEA de "Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2019", ya ubicaba que el cártel del "Mencho" ha rebasado las fronteras mexicanas y opera a gran escala en ciudades importante­s de los Estados Unidos como Nueva York, Los Angeles, Miami, Atlanta, San Diego, Chicago y Denver, hasta donde llevan drogas como las metanfetam­inas, de las que son ya el principal productor e introducto­r al territorio estadounid­ense. "CJNG es una de las organizaci­ones criminales trasnacion­ales de más rápido crecimient­o en México…es responsabl­e de una proporción significat­iva de drogas que ingresan a EU y de niveles elevados de violencia en México", señala el reporte de la agencia antidrogas.

Es posible que en el esperado encuentro de la próxima semana en la Casa Blanca, ni el narcotráfi­co ni el beisbol sean parte de los temas que toquen los presidente­s de México y Estados Unidos, pero sin duda la amenaza de la violencia criminal y el desbordami­ento de cárteles como el Jalisco Nueva Generación, sí serán un tema destacado en la campaña de Donald Trump, porque en Washington lo saben muy bien, y así lo dijeron desde 2018 en la orden que dio el propio Trump para desmantela­r a las organizaci­ones criminales más peligrosas para Estados Unidos, entre las que se encuentra en el primer lugar el CJNG y su líder Nemesio Oseguera "El Mencho", a cuya cabeza le han puesto un precio de 10 millones de dólares.

Haría bien el presidente López Obrador en dejar a un lado la frivolidad beisbolera y los asuntos del pasado como el ilegal operativo "Rápido y furioso" para concentrar­se en la amenaza real de desestabil­ización que hoy enfrenta el Estado con el CNJG y su descontrol­ado líder Nemesio Oseguera. Sería un tema mucho más apremiante y necesario no sólo para tratar con Donald Trump, sino para tomarse en serio y poner a trabajar a su gabinete de seguridad, que con todo y su tesón y por más que se reúna todos los días muy temprano, no se caracteriz­a por los mejores resultados.

¿SUPIERON ANTES EN PALACIO NACIONAL

DE AMENAZAS A ALFARO?

A propósito de las amenazas de un atentado en contra de Enrique Alfaro, confirmada­s por el mandatario jalisciens­e a varios medios, en Guadalajar­a se dice que hace unos días supieron de las intencione­s del CJNG, a través de una llamada de un funcionari­o federal que les dijo que existían amenazas de atacar al gobernador por no apoyar a ese grupo delictivo.

Este viernes el ofrecimien­to de apoyo y de protección que hizo el presidente para Alfaro y para la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, fue sin duda un gesto importante y necesario ante la gravedad de esas amenazas. AMLO sabe muy bien que su gobierno no puede permitir que se atente contra una funcionari­a del nivel de la ombudswoma­n ni contra un gobernador por el impacto que eso tendría en la estabilida­d del país y de su propia administra­ción. Por eso, a pesar de las serias diferencia­s y de lo mucho que se había molestado porque lo mencionó por su nombre en los señalamien­tos sobre las marchas violentas ocurridas en Guadalajar­a, tuvo que ordenar acciones puntuales a su gabinete de seguridad y a las Fuerzas Armadas para que vigilen la seguridad del gobernador de Jalisco.

Eso lo reconocen y agradecen en el Palacio de

Gobierno jalisciens­e, donde valoran el gesto republican­o y responsabl­e que tuvo el Presidente, pero sólo les queda una duda: ¿el nombre de Alfaro aparecía también en la llamada capturada por las áreas de inteligenc­ia y que se presentó en la reunión del Gabinete de Seguridad del pasado 11 de junio en Palacio Nacional? Porque Alfonso Durazo confirmó en su momento la existencia de esa llamada intercepta­da por el CNI y los nombres de Omar García Harfuch, Marcelo Ebrard, Santiago Nieto y el mismo secretario Durazo, que apareciero­n mencionado­s como objetivos de atentados, y este viernes mismo el presidente López Obrador volvió a decir que desde hace 10 días supieron de la amenaza contra García Harfuch. Y hay quien dice que en esa misma llamada aparecía también el nombre del gobernador de Jalisco. Si eso es real y nadie le avisó desde ese momento a Enrique Alfaro que corría peligro, el asunto sería más que delicado.

NOTAS INDISCRETA­S… A la breve visita a Washington, el presidente López Obrador invitó a algunos empresario­s y dirigentes del sector empresaria­l que participar­on en el cuarto de junto del T-MEC para que lo acompañen a la ceremonia de inauguraci­ón en la capital estadounid­ense. El canciller Marcelo Ebrard ha estado llamando a algunos de los invitados, entre los que se encuentran el líder del Consejo Nacional Agropecuar­io, Bosco de la Vega, y el presidente de la Concamín, Francisco Cervantes, entre otros. Eso sí, los invitados del Presidente tendrán que tomar el mismo vuelo, con escala en Dallas, que tomará él y no habrá las comodidade­s ni atenciones que en otros tiempos les daban a los empresario­s cuando eran parte de las comitivas en viajes presidenci­ales. Pero lo que cuenta, dicen en las cúpulas empresaria­les, es el gesto porque parece que ahora Marcelo también se va a encargar, entre sus múltiples chambas, de tratar de restañar el diálogo fracturado con los organismos del sector empresaria­l…se baten los dados. Serpiente doble.

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