Con siete disparos matan a un civil en la Toledo Corro
Los vecinos fueron los que alertaron a las autoridades después de escuchar las detonaciones Los investigadores indagaron con las personas del lugar, pero dijeron no haber visto a los agresores
En una de las calles de la colonia Antonio Toledo Corro se registró el tercer asesinato del día, cuando un hombre hasta ayer desconocido fue ejecutado a balazos por sujetos armados que se dieron a la fuga al lograr su cometido.
El infortunado fue descrito como de complexión media y tez morena, y se informó que vestía pantalón de mezclilla azul, camisa tipo polo roja con franjas negras en las mangas y un sombrero blanco conocido coloquialmente como “tandito”.
En el sitio se dio a conocer de manera extraoficial que el hombre respondía al nombre de Juan Pablo N., vecino del fraccionamiento Villa Bonita, sin embargo esa información no fue oficializada por las autoridades.
u Reportan detonaciones El sonar de los disparos alertó a los vecinos de la colonia antes mencionada, que se resguardaron en sus domicilios por temor a ser víctimas de una bala perdida.
Al pasar los minutos llegó el reporte al 9-1-1 donde reportaban que por la calle Mina Purísima Grande, entre las avenidas 15 de Septiembre y Presidente Díaz Ordaz, estaba un individuo tendido y con aparentes heridas en el cuerpo.
Los que llegaron primero al lugar fueron elementos de la Policía Federal y la Guardia Nacional, quienes al ver al varón tirado bocarriba y con los brazos extendidos en forma de cruz, delimitaron la escena del crimen varios metros a la redonda, impidiendo el paso a cualquier persona. Las cuatro esquinas que forman las calles donde se cometió la agresión fueron invadidas por los vecinos del sector, quienes se olvidaron de guardar la sana distancia.
u Peritaje
La ubicación era fuertemente resguardada por los efectivos militares cuando llegó el personal forense e investigadores del grupo de homicidios, que al tener todos los detalles de los primeros respondientes, iniciaron con las pesquisas en el área.
Después de tomar fotografías del sitio y de la posición en la que quedó el occiso, se inspeccionó cerca de él, logrando encontrar por lo menos siete casquillos de los que no se especificó calibre, pero se dijo que eran de arma corta. Teniendo todas las evidencias reunidas, se procedió con el levantamiento del cadáver para llevarlo al anfiteatro, donde se le practicaría la autopsia y donde familiares acudirían para reclamarlo.