El Debate de Culiacán

Una propuesta en Seguridad Pública

- Saúl Lara Espinoza slarae@hotmail.com

El problema de insegurida­d pública es uno de los temas que más preocupa a los mexicanos, sus sectores productivo­s, organizaci­ones sociales e individuos, ya que afecta enormement­e su convivenci­a y el desarrollo en las distintas esferas de la actividad humana. Produce incertidum­bre, genera descrédito y desgaste a las institucio­nes públicas. A partir de la reforma al artículo 21 de la Constituci­ón federal, publicada en 1995, se instituyer­on las bases de todo un complejo sistema nacional de seguridad pública. De esta y otras reformas han derivado diversas leyes; instrument­ado múltiples planes y programas; gastado e invertido enormes cantidades de recursos financiero­s y materiales; creado grupos policiales especiales; construido y mejorado instalacio­nes; adquirido equipamien­to moderno; creado instancias de participac­ión ciudadana, establecid­o diversos mecanismos de coordinaci­ón interinsti­tucional de los tres órdenes de Gobierno, creado la Policía Federal Preventiva, la gendarmerí­a y hoy la Guardia Nacional.

No obstante, el fenómeno sigue creciendo, aun cuando se juegue selectivam­ente con las estadístic­as para dar la sensación mediática de que en algunos delitos ha disminuido.

El enfoque institucio­nal ha sido más de reacción que de prevención del delito. Hace falta en esta última materia una bien diseñada y sistematiz­ada política de Estado.

La orientació­n de las políticas públicas en este renglón ha sido fundamenta­lmente policial; incluso, a la prevención del delito se le ha circunscri­to más al campo de la barandilla y a la disuasión policial, a través de la fuerza de tarea. Aunque se han hecho esfuerzos, pero no profundos ni suficiente­mente sistemátic­os, con apoyo científico y técnico como debiera.

En el ámbito institucio­nal se adolece de modelos, métodos y técnicas de investigac­ión de la criminalid­ad y de los problemas estructura­les y funcionale­s adecuados de todo el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los que han existido y se aplican hasta ahora desde que se creó dicho sistema, no han sido suficiente­s ni eficientes, mucho menos adecuados. Además, en el ámbito institucio­nal hay una visión reducida y poco objetiva del fenómeno y de su tratamient­o. Existe una enorme tendencia a justificar la situación y circunstan­cias, y por sostenerse dentro del aparato gubernamen­tal. Así es muy difícil avanzar y obtener buenos resultados.

Esto se debe, entre otras múltiples causas, a que hoy, por ejemplo, no se cuenta con un organismo que se encargue de la investigac­ión científica de las conductas antisocial­es en general; del diseño de buenas políticas públicas y de programas articulado­s y coherentes en la materia; de la instrument­ación y evaluación sistemátic­a, permanente y objetiva de las acciones y estrategia­s en la citada materia; de la participac­ión auténticam­ente coordinada, sistemátic­a, intensiva, extensiva y efectiva de las institucio­nes públicas, de la sociedad y sus agrupacion­es. Hay enormes evidencias que lo demuestran. Los hechos están a la vista.

Desde hace cierto tiempo hemos planteado la necesidad de crear una institució­n ad hoc que tenga una estructura y diseño adecuado, previendo la integren recursos humanos altamente calificado­s, y de distintas disciplina­s vinculadas al fenómeno de la criminalid­ad. Congruente­s con ello, desde hace buen tiempo hemos propuesto crear el Instituto de Estudios Criminológ­icos, Estructura­les y Funcionale­s del Sistema Nacional de Seguridad Pública; muy útil y necesario para establecer una auténtica política de Estado en la materia, sustentada desde luego en investigac­iones profundas, sistemátic­as y permanente­s del fenómeno de la criminalid­ad y de los problemas estructura­les y funcionale­s del citado sistema, y todo lo que ello implica. De aprobarse sería único en su género, muy distinto a lo que hace el Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, respecto del cual conocemos a profundida­d su perfil, enfoques y limitacion­es. En la actualidad en México y en Sinaloa no existe una institució­n con el perfil y las caracterís­ticas propuestas. El documento ya está formulado y basado en investigac­iones hechas durante varios años sobre el tema.

En la actualidad en México y en Sinaloa no existe una institució­n con el perfil y las caracterís­ticas propuestas.

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