Los candidatos alternos
En política también existen las medidas preventivas. La famosa serie de Netflix Sobreviviente designado refiere que un personaje tiene que ser rápidamente habilitado como gobernante cuando ocurre una situación de emergencia. En México, a la muerte de Luis Donaldo Colosio, inmediatamente se designó a Ernesto Zedillo como candidato alterno.
En la elección del 2018, siempre se supo que José Antonio Meade tenía a su lado a Aurelio Nuño como candidato alterno en caso de que fuera necesario. Sin embargo, estos personajes políticos, aunque son cercanos al candidato oficial, generalmente se mueven con bastante discreción para evitar ser objeto de comentarios, y también para no hacer sombra al líder.
Pero en Sinaloa existe una especie diferente de candidatos alternos. No conocen lo que es la discreción, y siempre están como protagonistas públicos al lado del candidato. Incluso, suelen participar en los mismos eventos de campaña con discursos más fuertes e incendiarios que los que pronuncia el candidato oficial. El alterno busca atraer reflectores y trata de que la gente se dé cuenta que él hubiera sido mejor candidato.
El candidato Rubén Rocha tiene como alterno a Héctor Melesio Cuen. Éste no lo deja ni a sol ni a sombra. En los hechos es también un candidato en funciones. Organiza eventos con sus propios contingentes, ocupa un lugar en el presídium al lado del candidato Rocha y pronuncia discursos que mediáticamente anulan el mensaje del candidato oficial.
Si Rocha tiene una entrevista para los medios de comunicación, Cuen siempre estará a su lado. Si Rocha se toma la foto con alguno de sus simpatizantes, es inevitable que en dicha foto también esté Cuen. Existe un protagonismo desmedido que solo revela una esperanza real de poder ocupar la candidatura en cualquier momento.
Los candidatos alternos son un problema político real. Pero ningún candidato se atreve a tomar una decisión tajante.
Otro caso de candidatura alterna sucede en Movimiento Ciudadano. Sergio Torres es el candidato, pero Roberto Cruz actúa con gran protagonismo. En determinados eventos, los discursos de Cruz son más aguerridos y tienen mayor contenido mediático que el discurso del candidato. Hay un duelo entre ambos, pero Torres es político de decisiones, así que ya marcó distancia con Cruz en sus eventos de campaña.
Un tercer caso es en la coalición Va por Sinaloa, cuyo candidato es Mario Zamora. Ahí, Jesús Valdés aún no logra superar el hecho de no haber sido el candidato oficial. Formalmente es el coordinador general de la campaña de Zamora, pero no coordina, no es general y tampoco está en la campaña. Quizá aún guarda esperanza.
Para Rubén Rocha, Cuen es una sombra demasiado incómoda. Para Sergio Torres, Roberto Cruz es alguien de quien debe estarse cuidando permanentemente. Para Mario Zamora, Jesús Valdés es una carga que, por conveniencia, es necesario sobrellevar. En los tres casos, los candidatos alternos son un problema político real. Pero ningún candidato se atreve a tomar una decisión tajante.