Integran a 30 niños a policía comunitaria de Guerrero
Menores de 6 a 11 años de edad pasan a formar parte del grupo de defensa de la comunidad de más de 200 indígenas Aparecidos en los 70, los grupos de autodefensa en Guerrero resurgieron en 2013 ante ataques de Los Ardillos
Ciudad de México. Un grupo de aproximadamente 30 niños de entre 6 y 11 años, se integraron el sábado a la policía comunitaria en el municipio José Joaquín de Herrera, en la Montaña Baja del sureño estado mexicano de Guerrero. En un discurso realizado durante su presentación, los infantes exigieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que apoye a nueve viudas, a 14 niños huérfanos y a 34 indígenas desplazados de la comunidad de Acotapaxtlán, en Guerrero, quienes fueron víctimas del grupo delictivo conocido como Los Ardillos.
u Reprochan al Estado Reprocharon al mandatario mexicano por haberlos acusado de ser delincuentes “y le volvemos a recordar que no; somos niños comunitarios y apoyamos en el resguardo de nuestra comunidad nahua”, refirieron.
Los menores, pertenecientes al poblado de Ayahualtempa, realizaron también una marcha por las principales calles de su comunidad, en compañía de otro grupo de pequeños que se habían integrado al grupo policial en enero de 2020.
Este grupo de defensa cuenta además con más de 200 ciudadanos indígenas, quienes denunciaron haber sido abandonados por el Estado ante los ataques de Los Ardillos. La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, de la cual forma parte este grupo policial, exigió al Gobierno federal soluciones para sus demandas y anunció que si en los próximos días estas no se cumplen, impedirán la instalación de casillas en sus comunidades durante la jornada electoral del 6 de junio.
u Decisión posmasacre La decisión de integrar a infantes como guardias de su comunidad —la primera vez que se llevó a cabo esa acción fue en mayo de 2019— ocurrió luego del asesinato de 10 músicos indígenas en un ataque armado en la localidad de Chilapa en enero de 2020. En Chilapa, Los Ardillos mantienen una guerra por el control del territorio para el trasiego de estupefacientes, por lo que no cesa la violencia desde que en 2015 los grupos autodenominados comunitarios irrumpieron en el territorio, dejando cientos de muertos y obligando a otros tantos a desplazarse de sus hogares.
Guerrero es uno de los estados más pobres y violentos de México.