Ley de armonía
Otra de las leyes naturales y universales que debemos conocer y respetar para dominar nuestra vida, librarla de sufrimientos y conseguir paz, dice “La existencia de todos los seres exige una adecuada relación entre las partes y el Todo, que se manifiesta por el máximo de libertad y rendimiento en la función de cada parte, aunado a la máxima ayuda mutua en favor del todo”. Una gran verdad que está presente en todas las cosas. Cuando hay adecuada combinación entre los átomos de un elemento, es cuando este persistirá, y de no ser así, está condenado a tener problemas y pronto desaparecer, lo mismo sucede con el cuerpo humano, que requiere armonía, buena relación, colaboración de cada una de sus células, para formar tejidos y órganos funcionando correctamente, y desarrollando su trabajo en favor de la totalidad. La ausencia de la armonía o ayuda mutua entre las células desarrollará problemas de salud de un órgano, lo que se desencadenará en enfermedad, sufrimiento y, a veces, la fatalidad.
También debemos considerar la armonía o el equilibrio entre nuestros aspectos físico, mental y espiritual, como partes de nuestro ser, lo cual nos conseguirá salud, bienestar, satisfacción y paz, disminuyendo los sufrimientos. De la misma manera, cada uno de nosotros somos como células en nuestra ciudad, o en el mundo; en uso de nuestra libertad y como partes de ese todo, deberíamos lograr una adecuada relación con todas las otras personas, haciendo correctamente lo que nos corresponde a cada quien, en su familia, en su trabajo, en su medio, y proporcionarnos ayuda mutua para lograr armónica y eficiente la función del todo que es nuestra ciudad o el mundo. Lo que haga o deje de hacer cualquiera de las partes, tendrá efecto en el Todo. Reflexiónelo y actúe en consecuencia.