Comparte su experiencia en el mundo del teatro
En una conversación con el IMCC, el dramaturgo Lázaro Fernando Rodríguez reveló que lo mejor que le ha pasado en el teatro es conocer a Óscar Liera
“En el ámbito teatral lo más importante, maravilloso que me ha sucedido es haber conocido a Óscar Liera, por lo que significa en la escena nacional como dramaturgo, como director, como hombre de teatro y todo lo que generó en mí [...] pero también la amistad con él”, reveló Lázaro Fernando Rodríguez en la conversación “El rostro joven del teatro culichi: Sabaiba Teatro”, conducido por Esteban Rogel, para la programación Cultura Para el Buen Vivir, del Instituto Municipal de Cultura Culiacán.
➜ Diferentes sensaciones Lázaro Fernando es un actor emanado de las filas del legendario Tatuas de Óscar Liera, y quien hace algunos años fundó su propio grupo, Sabaiba Teatro, con el que ha participado y ganado en las Muestras de Teatro Regional y ha realizado giras fuera del país.
En la conversación para el IMCC contó que mientras estudiaba la secundaria tuvo la oportunidad de asistir al teatro y percibir ahí otro mundo. Aunque no se sintió atraído por la historia de esa obra de teatro, fue la iluminación lo que captó visualmente su atención. Posteriormente, en la preparatoria, comprendió que los montajes eran un medio de comunicación, un arte, y que a través de él se pueden decir muchas cosas, lo que le hizo finalmente orientarse hacia el teatro. Lázaro Fernando compartió que hasta la fecha sigue trabajando con la filosofía de Óscar Liera, “de hacer teatro con rigor, de contar historias regionales con largo aliento universal y sobre todo tener un compromiso artístico”. “En el teatro, en todas las artes, y en la vida misma si no hay disciplina, olvídalo. Puedes tener todo el talento del mundo, puedes tener vocación, mucho conocimiento, pero si no hay disciplina se acabó, y eso fue lo que le aprendimos a Óscar”, señaló.
Pero no todo es siempre bueno, y el dramaturgo sinaloense y director teatral confesó que una de las peores decepciones que le han ocurrido fue en un festival, donde dos años antes habían sido la sensación con El jinete de la divina providencia, presentaron una obra que resultó todo lo contrario, dejándolo muy mal anímicamente. “Igual éramos todavía jóvenes y uno no alcanza a entender. Uno cree que cuando monta una obra de teatro siempre va a ser exitosa, pero no. Puede que tengas un éxito aquí con tus familiares, con tus amigos, incluso con tus enemigos. Pero si vas a otro lugar, das una mala función o te das cuenta que la obra no está bien, es cuando viene ese choque, ese encontronazo, se te baja el ánimo”.