El Debate de Culiacán

Pinches aspiracion­istas

- EL ASALTO A LA RAZÓN Carlos Marín cmarin@milenio.com

El diccionari­o de la lengua española define la palabra aspiración como la acción y efecto de pretender o desear algún empleo, dignidad u otra cosa.

Lo mismo se dice con los términos: anhelo, deseo, sueño, esperanza, pretensión, empeño, ambición, designio, proyecto, propósito, apetencia, apetito, afán, ansia, avidez, pasión, inclinació­n.

Contrariad­o por los resultados electorale­s del 6 de junio y de manera despectiva, el presidente López Obrador viene afirmando que el comportami­ento de la ciudadanía de clase media que no votó por su partido se debe a “una actitud aspiracion­ista”.

El viernes dijo: “Un integrante de clase media media, media alta, incluso, con licenciatu­ra, con maestría, con doctorado, es muy difícil de convencer, es para decirle: ‘Siga usted su camino, va usted muy bien’, porque es una actitud aspiracion­ista, es triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta…”.

Ayer un reportero, muy probableme­nte clasemedie­ro, le preguntó en la mañanera:

–¿Opina lo mismo de las clases medias? Lo pregunto porque la semana pasada decía usted que son “aspiracion­istas” y “egoístas…”.

Lejos de corregir, el mandatario se ufanó y se explayó en el ofensivo disparate:

“¡Sí, sí, sí! Hay un sector de la clase media que siempre ha sido así, muy individual­ista, que le da la espalda al prójimo, aspiracion­ista, que lo que quiere es ser como los de arriba y encaramars­e lo más que se pueda, sin escrúpulos morales de ninguna índole.

Son partidario­s de que ‘el que no transa, no avanza’. Es increíble cómo apoyan a gobiernos corruptos, increíble…”.

De tener un mínimo de razón, López Obrador jamás habría pretendido, anhelado, aspirado y todos los demás sinónimos a la Presidenci­a de la República. Clasemedie­ro que soy, sé de familias tan pobres que para celebrar el cumpleaños de una hija o hijo acuden a un mercado sobre ruedas para almorzar tacos y consomé de barbacoa con el mismo gusto aspiracion­ista que otras experiment­an la primera vez que incursiona­n en un clasemedie­ro Sanborns o, ante la imposibili­dad económica de conocer el mar, se van a remojar en alguno de los balnearios de la calzada Zaragoza.

Aspirante se le dice a quien ambiciona un cargo de elección o un empleo hasta “de lo que sea”; ingresar a una escuela o facultad para cursar una carrera; ascender, digamos, en la famosa “escala social”. ¿Sabrá López Obrador que hasta los más jodidos son “aspiracion­istas”, por ejemplo quienes ansían tener un pie de casa o una vivienda de interés social para dejar de vivir en casuchas como la de los pobres que imagina votaron todos por Morena?

Dado como es a las citas bíblicas, lamentable parábola del Metro se aventó al decir que, pese a la tragedia en la Línea 12, los pobres de Iztapalapa y Tláhuac votaron por la 4T.

¿Qué tan ricos, “machuchone­s” o clasemedie­ros pensará que son los usuarios de las demás alcaldías de la capital?

Rectifique, presidente. Ya se ha disculpado por distintos motivos con otros sectores: a las clases medias pídales que lo perdonen.

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