TERMINA LA HEGEMONÍA PRIISTA EN LA GEOGRAFÍA SINALOENSE
El Revolucionario Institucional fue perdiendo presidencias municipales en los últimos cinco años Analistas opinan que esto se debió a excesos y desgaste del partido tricolor
El Estado de Sinaloa había sido un histórico bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esto fue cambiando desde 2016 a la fecha; en 2018 perdió el control de los principales municipios del estado y, de acuerdo con el cómputo final de los votos, el tricolor solo se quedará con 1 de los 8 de los que aún mantenía. Analistas consideran que esto se debió a una debacle interna del partido. Se espera que esta nueva reconfiguración partidista signifique un cambio para la ciudadanía.
u La transición del dominio priista al de Morena
En 2016, el PRI dominaba la mayoría de los municipios, seis de ellos sin alianza: Ahome, Sinaloa, Guasave, Navolato, Concordia y Elota; mientras que otros siete en coalición con Partido Nueva Alianza (Panal): El Fuerte, Badiraguato, Salvador Alvarado, Culiacán, San Ignacio, Mazatlán y Escuinapa. En cambio, el Partido Acción Nacional (PAN) contaba con Choix y Rosario. Partido Sinaloense (PAS) alcanzaba a tener Mocorito y su alianza con Movimiento Ciudadano (MC) le daba las alcaldías de Cosalá y Angostura. Para 2018, el panorama fue cambiando, Morena y la ola de Andrés Manuel López Obrador se hacía presente. Los municipios Ahome, Culiacán, Navolato y Mazatlán dejaron los colores verde, blanco y rojo para pintarse de guindas. Mientras que la Alianza por México, al frente del PAN, Partido de la Revolución Democrática (PRD), MC y PAS mantuvieron Rosario, pero Choix, anteriormente del PAN, pasó a manos de la coalición Juntos Haremos Historia, de Morena, con Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES). En tanto, la coalición Todos por México, del PRI, Partido Verde y Nueva Alianza, aún conservaban Concordia, Cosalá, Elota, Salvador Alvarado, Angostura, Badiraguato, Sinaloa y El Fuerte. San Ig nacio se lo quedó el Partido Verde en conformación única.
Como puede observarse en el mapa político a la derecha, Morena y su alianza con Partido Sinaloense controlará 15 de las 18 alcaldías: Ahome, El Fuerte, Choix, Mocorito, Guasave, Angostura, Salvador Alvarado, Culiacán, Navolato, Badiraguato, Cosalá, Concordia, Mazatlán, Escuinapa y Rosario. En cambio, el PRI solo se quedará con Sinaloa municipio. Las dos alcaldías restantes: San Ignacio el Partido Encuentro Solidario (PES) y Elota, le corresponderán al PT.
Las nuevas personalidades de Morena En 2018 llegaron nuevas caras de Morena a los principales municipios del estado: Ahome, Culiacán y Mazatlán. Desde el comienzo, tuvieron problemas con sus síndicas procuradoras, quienes acusaron de sufrir violencia política de género, como es el caso de Guillermo Chapman Moreno, alcalde de Ahome, el cual fue denunciado en noviembre de 2018 de haber ejercido amenazas e intimidación (https://bit.ly/3xme8ar) contra la síndica procuradora Angelina Valenzuela; al final, se le sancionó por acoso laboral y violencia política en razón de género en enero de 2020 (https://bit.ly/3glqg8a). De forma similar, Guillermo Benítez Torres, presidente municipal de Mazatlán, fue penalizado por el Tribunal Estatal Electoral de Sinaloa (Teesin) en diciembre de 2020, por ejercer violencia política de género contra la síndica procuradora de Mazatlán, Elsa Bojórquez Mascareño (https://bit.ly/3prpv3s). En Culiacán, la situación fue parecida, pero aquí no hubo determinación judicial; Sandra Martos Lara, síndica procuradora, llegó a un acuerdo con el presidente municipal Jesús Estrada Ferreiro. Sandra había amenazado con denunciarlo por violencia política en razón de género, pero esto no ocurrió debido al acuerdo que alcanzaron. Trascendió la disculpa de Estrada hacia la síndica procuradora (https://bit.ly/3gogvuc).
u Debacle y crisis en el PRI
En entrevista para EL DEBATE, Ernesto Hernández Norzagaray, analista político, consideró que desde 2016 se vislumbraba un realineamiento en el comportamiento electoral tradicional. “El PRI tenía la mayoría de las alcaldías del estado”, comentó que esta reconfiguración la divide en dos momentos: el primero en 2018, “se debió a la combinación del desgaste con el fenómeno obradorista, como este proceso de cambio que se ve en el comportamiento electoral, en todo el país, en Sinaloa también”, y el segundo, en 2021, cuando se confirma el desgaste del PRI con un nuevo actor. Denunció que los grupos criminales se hicieron presentes el pasado 6 de junio.
Por su parte, Oswaldo Villaseñor, analista político, relató sobre la pluralidad de nuestra democracia, la cual “llegó a Sinaloa desde 1995, cuando el PRI pierde las primeras presidencias municipales a manos del PAN, Ahome, Salvador Alvarado, Culiacán y Mazatlán”. A pesar de seguir siendo Gobierno en Sinaloa, “el PRI fue perdiendo posiciones de poder, desde las elecciones de 2010 con la alianza opositora de Mario López Valdez”. Esta crisis en el partido se fue agudizando. “En la elección de 2018, el PRI solamente llegó a ganar ocho presidencias municipales”, la que fue considerada como “una de las debacles más catastróficas para el partido”. Oswaldo Villaseñor señaló que lo ocurrido el pasado 6 de junio es la debacle más grande para un partido históricamente hegemónico: “no se había visto una debacle más grande, hegemónico por muchos años en el país, que (PRI) pierda 17 de los 18 Ayuntamientos, 23 de las 24 diputaciones locales, que perdiera las siete diputaciones federales y, de paso, la gubernatura en el estado”. El analista explicó que se debió a pérdida de liderazgo y de figuras importantes en el partido: “tiene que ver con la pérdida de liderazgo y con la identidad del partido. Se han abandonado las estructuras, no han surgido liderazgos nuevos al interior del partido, no hay figuras regionales que le daban vida al partido”. En cuanto a la pérdida de identidad, se refirió: “el PRI dejó de ser cercano a la gente, de ser un interlocutor entre la gente y sus respectivos Gobiernos en Sinaloa”. Por último, mencionó lo que alguna vez fue la cualidad de los priistas: “antes se decía que la mayor virtud de los priistas es su disciplina, la cual se perdió en 2010, comenzaron las traiciones, los grupos comenzaron a moverse por diferentes partidos”.
u Exigencia de cambio y de no repetir los mismos errores
En cuanto a lo que se espera de esta nueva mayoría, la doctora Teresa Guerra, defensora de derechos humanos, opinó: “espero que este bono de credibilidad que la ciudadanía le ha brindado a Morena no lo dilapide, y que realmente lo usen en beneficio de la ciudadanía”. Espera que no se repitan los errores del PRI. “Lo que hemos vivido en el pasado son los excesos de los gobernantes, abuso de poder, uso de poder para beneficio de quienes ostentan los cargos públicos, la corrupción que ha permeado en el quehacer público, incluso en el sector privado de quienes son bendecidos desde el poder público”. Asimismo, comentó que el PRI abusó de su poder: “el PRI abusó de ese monopolio, de ese bono democrático, así como antes el carro completo era para el PRI, ahora es para Morena. Deseamos que no sea para repetir los mismos errores y los mismos excesos”. También instó por una ciudadanía crítica para evitar volver a lo mismo: “depende de las y los ciudadanos, hace falta una ciudadanía más crítica y más exigente con la clase política. Estamos obligados a alzar la voz, a señalar los errores, no tener temor a la crítica al gobernante. Es una disputa de poder y no debe haber temor de hacer los señalamientos críticos. Solamente de esa manera podemos evitar que se repitan los errores del pasado”. Teresa Guerra señaló cuando se hace un cuestionamiento a alguno de los integrantes de Morena, “luego se descalifica totalmente como si todo fuera perfecto”. Por último, compartió esta reflexión: “si en la vida y en lo humano no hay perfección, mucho menos en la política”.
“Espero que este bono de credibilidad que la ciudadanía le ha brindado a Morena, no lo dilapide” Teresa Guerra Abogada, defensora de derechos humanos
“Una de las debacles más catastróficas para el partido” Oswaldo Villaseñor Analista político
“Se debió a la combinación del desgaste con el fenómeno obradorista, comportamiento electoral en todo el país y en Sinaloa también” Ernesto Hernández Analista político