La ópera es mi vida: Alfredo Daza
El barítono mexicano Alfredo Daza alista su debut en el Liceu de Barcelona con `Lucía de Lammermoor'; suma 55 roles en 25 años de carrera
De regreso en Berlín, su centro de operaciones, Alfredo Daza afina un nuevo papel: Lord Enrico Ashton, de Lucia de Lammermoor, la gran tragedia romántica de Gaetano Donizetti que significará el debut del barítono en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Un rol largamente ambicionado por el mexicano, cuyo debut en el Teatro Colón con este mismo papel fue cancelado debido a la pandemia en septiembre de 2020.
u Nuevos papeles
Con el papel de Enrico, hermano de Lucía y enemigo acérrimo de Edgardo, Daza se sumergirá en una de las joyas del bel canto. “Durante mi estadía en Staatsoper Unter den Linden (de Berlín) me perdí mucho del bel canto, pasé de Rossini y Mozart al Verdi porque en la Staatsoper no se hace casi Donizetti, ni Bellini. Son gustos del maestro (Daniel) Barenboim, quien, por lo regular, le da preferencia a los Verdis y a los Wagners”, responde el cantante mexicano vía telefónica desde la capital alemana.
Un barítono alabado por la crítica por sus interpretaciones de los roles verdianos en su repertorio, que ya suman diez, a los que se agregarán pronto el general romano Ezio, de Atilla, previsto para noviembre en Tenerife, España, además de tener en la mira a Rigoletto, un papel que ya tiene aprendido, pero cuyo debut obligó a postergar por la pandemia hasta 2023.
u Nutrida trayectoria
Daza, nacido en Puebla en 1976, acumula 55 papeles en un cuarto de siglo de carrera sin parar, preocupado por construir un repertorio apropiado para su instrumento. “Siempre digo que voy empezando; ahorita son 25 años”, señala. “Siempre he sido de los que piensan que no se trata de decir ya triunfé porque, si no, ya no queda nada más”.
Su debut operístico ocurrió con una Carmen, de Georges Bizet, en el Auditorio Nacional. Cantó el papel de Dancairo con la dirección concertadora de Enrique Bátiz, al frente de la Orquesta Filarmónica Nacional, reunida para la ocasión con 60 músicos de la Filarmónica de la Ciudad de México y de la Sinfónica del Estado de México. Comenzó sus estudios musicales en Puebla, con Rolando Martínez, un hombre hambriento de hacer ópera, tanto que a los 16 años Daza ya hacía un mozartiano, Don Giovanni, escenificado y con orquesta, en el teatro principal de la capital poblana. “Una cosa media de locura, pero ese tipo de experiencias no se consiguen tan fácilmente”, cuenta.
Apenas en mayo Daza vio cumplido su deseo de cantar una zarzuela completa, lo consiguió con La del manojo de rosas, de Pablo Sorozábal, en Oviedo, con Milagros Martín, una leyenda del género.
Con la Staatsoper Unter den Linden, a donde llegó por invitación de Barenboim en 2004, ha estrenado una gran cantidad de papeles. Ese tiempo le enseñó a negociar los roles convenientes para su carrera. Rechazó, por ejemplo, Un baile de máscaras, de Verdi, que le ofrecieron a los 28 años, pues consideró que aún no era tiempo.
Entre los roles que ha interpretado Daza destacan Stankar de Stiffelio, Francesco Moor de I masnadieri, Rodrigo de Don Carlo, Ford de Falstaff, Giorgio Germont de La traviata, Paolo Albiani de Simone Boccanegra y Renato en Un baile de máscaras, todas de Giuseppe Verdi.