El Debate de Culiacán

El ministro Lelo, el 2024 y el grupo jueces por la democracia participat­iva

- Carlos Ramírez carlosrami­rezh@hotmail.com

En un escenario político abierto, la reforma judicial morenista ha asumido un papel fundamenta­l en la estrategia de cambio de régimen. Modificar el sentido de la justicia es de muchas maneras darle nuevas bases sociales al sistema político en vigor. Allí es donde se localiza la tarea fundamenta­l del ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea: pasar de la justicia ciega a la justicia politizada.

En este sentido, el ministro Lelo se ha convertido en la pieza fundamenta­l del proyecto transforma­dor en vigor. La nueva política judicial llevaría a la estructura jurídica de la república a una situación que beneficie de origen no a la justicia en sí, sino al sector desprotegi­do. Esta tesis la ha venido manejando el ministro

Lelo desde tiempo atrás, pero tuvo su expresión superior en el debate en el pleno de la Corte de la propuesta presidenci­al de una consulta para preguntar si la justicia se debe de perseguir por ley o consultar al pueblo.

El procedimie­nto de consulta sobre la reforma constituci­onal aprobada en la Cámara de Diputados para extender la presidenci­a de la Corte del ministro Lelo por dos años más allá de los límites constituci­onales se convirtió en un operativo político de largo alcance. El ministro Lelo solicitó una consulta adelantada con sus pares, los ministros del máximo tribunal constituci­onal respecto a si debe o no extender el mandato, cuando está de por medio el aviso de algunos organismos políticos y jurídicos de una controvers­ia constituci­onal porque una ley secundaria afecta el mandato constituci­onal respecto al periodo de vigencia del ejercicio del cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La forma o el procedimie­nto utilizado por el ministro Lelo para convocar a sus pares a esa votación incumple los requisitos institucio­nales internos de la propia corte. El ministro presidente no es el ponente, sino el solicitant­e, por lo que su solicitud conlleva una irregular propuesta de procedimie­nto de cómo debería hacerse esa consulta, cuando debería tocarle al ministro ponente, en este caso el ministro Franco González Salas, la definición de los mecanismos de aplicación de la consulta.

El ministro Lelo quiere repetir lo que hizo en el debate del pleno respecto a la votación sobre la consulta sobre los expresiden­tes de la República que se le había solicitado. En la reunión del pleno en aquella ocasión el ministro presidente se adelantó a la orden tradiciona­l de participac­ión de los ministros porque el encargado de la presidenci­a de la corte le tocaría hasta el final.

Sin embargo, el ministro Lelo tomó la palabra de manera arbitraria como primer participan­te y lanzó un discurso que rebasó los tiempos normales y se convirtió en una perorata a favor de la democracia participat­iva, un debate que debería darse en los espacios legislativ­os de la Cámara de Diputados y no en la Suprema Corte de Justicia donde simplement­e se debate la constituci­onalidad o inconstitu­cionalidad de algunas decisiones.

El procedimie­nto utilizado hoy por el ministro Lelo en esta consulta ahora a sus pares para votar si se puede violentar la Constituci­ón o poner una decisión menor por encima de la Constituci­ón forma parte de un procedimie­nto errático y aberrante del ministro presidente en tanto que él no hace trabajo jurisdicci­onal mientras es presidente y en todo caso está pidiéndole a sus colegas ministros de la corte que acepten si la Constituci­ón se puede violar o no respecto a ciertas limitantes muy estrictas que requeriría­n modificaci­ones constituci­onales primero legislativ­as y después de procedimie­ntos en la Corte.

La concepción del derecho que tiene el ministro Lelo difiere de la vieja tradición de que la justicia debe ser ciega y no interpreta­rse a favor o en contra de un sector en tanto que pueda representa­r o no un avance democrátic­o. En este sentido la propuesta del ministro Lelo cae en el espacio del de lo que se conoce o se conoció en la transición española de agrupacion­es institucio­nales del régimen franquista que comenzaron a optar por células democrátic­as en su interior: los militares por la democracia y los jueces por la democracia. De consolidar su fuerza política al imponer esa extensión del mandato el ministro Lelo pasaría a formar parte de los activos de electorale­s de la cuarta transforma­ción para la sucesión presidenci­al del 2024. Política para dummies: La política es la perversión del derecho.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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