Otroround paraamlo
Con la impresionante concentración de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador les volvió a ganar otro round a sus opositores, quienes aún no logran planear una estrategia de penetración social e hilvanar un discurso que los haga ver más racionales y menos viscerales. Si como lo declaró ayer mismo Claudio X González, en el sentido de que la concentración del domingo fue un mecanismo de respuesta ante el miedo que, según él, le generó a AMLO la otra marcha, aquella de hace dos semanas que promovieron el acaudalado empresario y los partidos de la Alianza Va por México; pues por lo menos de aquí al 2024 y por lo que se vio el domingo, lo más probable es que AMLO le empiece a agarrar gusto a ese miedo que dicen lo invade. Y es que independientemente de las motivaciones que tuvieron quienes integraron los contingentes en la marcha (convencimiento ideológico, conveniencia, lealtad, esperanza, etc.), la realidad es que desde la concepción de un pragmatismo político que antepone la utilidad como fin último, el resultado de lo que vimos antier, más que mostrar músculo, fue un impacto fulminante de la 4T que de nueva cuenta mandó a la lona a la blandengue oposición que existe en nuestro país. La tumultuaria concentración era algo previsible, como también lo era la narrativa que han estado haciendo los líderes de la oposición, en cuanto a explotar el acarreo de contingentes como argumento denostativo, aun y cuando eso es parte inevitable en la logística de toda concentración. Aquí, como la otra marcha, la antagónica del 13 de este mismo mes, lo que debe exponerse y debatirse es el nivel de conocimiento y razonamiento que mueve a la manifestación pública. Porque muy diferente el mensaje que se manda cuando la gente sale a tomar las calles para oponerse a una reforma educativa, pero sin saber en qué consiste, y otra la de hacerlo con un fin más elemental como el de apoyar a un gobernante, independientemente si lo hacen por convicción o por conveniencia. En este caso, la encomienda era muy clara para todos los gobernadores, alcaldes y demás funcionarios públicos de extracción morenista: no dejar duda de la popularidad del presidente, ya que ello es casi casi una garantía de triunfo para el 2024, sea quien sea la corcholata elegida. A nivel de las comitivas provenientes de las entidades federativas, fue muy notorio el contingente de sinaloenses que se lanzaron a la Ciudad de México, e incluso en algunos medios nacionales, fue captada y difundida la imagen donde aparece el gobernador del estado, Dr. Rubén Rocha Moya, acompañado del alcalde de Culiacán y funcionarios de su administración. Así pues y fiel a esa vocación docente que le sale a relucir al mandatario estatal en los eventos públicos, como en su pasada comparecencia ante el Congreso del Estado donde prácticamente tomó pase de lista a las personalidades asistentes, se puede decir que ahora fue él quien como alumno aplicado le dijo ¡presente! al presidente. Del mismo modo fue notable la presencia de militantes pasistas que acompañaron a su líder moral, Mtro. Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien no dejó pasar esta oportunidad para mostrar presencia y simpatías ante el Gobierno federal, pero principalmente ante el titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, quien es su apuesta para la sucesión presidencial. Veremos pues si la oposición es capaz de levantarse de la lona y dar la batalla en los últimos rounds previo al 2024, o si sigue con la brújula pérdida y presa de las ambiciones grupales que les tienen ocupados en luchas internas. Y como para muestra un botón, ahí está lo que sucede en el PRI, donde a toda costa se pretenden imponer las decisiones centrales de su líder nacional, quien con malsana alevosía fue adecuando los estatutos de ese partido para tener el control total del mismo. Por lo pronto, aquí en Sinaloa a su actual dirigente, la también diputada Cinthia Valenzuela, le quedan escasos días para dejar el cargo y todo apunta que, ante la débil caballada de aspirantes, se termine por imponer una decisión de su Comité Ejecutivo Nacional. Y es que será muy difícil que puedan hacer que se respete una decisión local, sobre todo cuando entre las cartas fuertes que lo exigen se encuentran militantes que le han jugado las contras al mismo partido como los malovistas, o bien políticos que ya son cartuchos quemados y personajes con graves antecedentes de corrupción en sus administraciones municipales.