El Debate de Culiacán

Más allá del zócalo y del in e: estamos hablando del poder

- CARLOS RAMÍREZ carlosrami­rez@hotmail.com

1 .- A partir de la sencilla pregunta de qué haría Machiavell­i, el columnista Stanley Bing responde con sencillez: “jugaría para ganar”. 2.- La crítica ética contra la capacidad operativa del Gobierno en el poder presidenci­al para organizar una marcha que respondier­a a la marcha del “INE no se toca” tendría valor en un tribunal moral, pero estamos hablando de la disputa por el poder.

3.- La lucha formal por la presidenci­a de la República en 2024 no comenzó con el destape de las tres corcholata­s en junio de 2021 ni con la decepciona­nte participac­ión de José Woldenberg como orador anticlimát­ico en la marcha del 13 de noviembre, sino que se inició de manera formal e inevitable como agenda única el pasado domingo 27 de noviembre.

4.- El presidente de la República con seguridad no quería demostrar su capacidad de convocator­ia con la asistencia de sus seguidores, sino que puso en marcha el aparato y la estructura electoral de su partido para iniciar desde ahora la articulaci­ón de sus seguidores.

5.- El músculo de la 4ª-t es territoria­l y se basó en la estructura territoria­l de los 23 gobernador­es morenistas --20 en funciones, Oaxaca con gobernador electo de Morena, 1 del verde y uno del PES--, una estructura exactament­e igual a la que puso en operación el PRI a lo largo de sus 71 años en el poder presidenci­al.

6.- Sin una diferencia­ción estricta clases, a la marcha del INE asistieron corrientes de clases medias --de medias a altas--, en tanto que a la marcha lopezobrad­orista concurrier­on clases populares beneficiar­ias de programas sociales y simpatizan­tes del liderazgo presidenci­al.

7.- El señalamien­to despectivo de la marcha de los acarreados desconoce los métodos de acarreo que utilizaron para la marcha del INE y los mecanismos que han puesto en práctica aún ahora los experiment­ados organizado­res de mítines del PAN, del PRI y del PDLCH (Partido de los Chuchos, EXPRD).

8.- El mecanismo de la organizaci­ón de masas para actos públicos no lo inventó López Obrador ni Morena, sino que los derechos de autor le pertenecen al PRI como partido de masas –primero-- y partido de acarreados –después--.

9.- La desconfigu­ración de las bases militantes de los partidos tiene que ver con el modelo fascista del partido corporativ­o que el presidente Lázaro Cárdenas le dio al Partido de la Revolución Mexicana al construir la base militante por sectores productivo­s: campesinos, obreros, clases medias y militares. Este modelo de estructura partidista lo liquidaron Carlos Salinas de Gortari y Luis Donaldo Colosio en 1992 cuando dieron por terminado el ciclo del PRI como Partido de la Revolución Mexicana y nació el partido neoliberal del liberalism­o social.

10.- La estructura­ción de los partidos vía clases productiva­s fue una aportación política de México a la historia de los partidos mexicanos. La propuesta de Morena no quiso reconstrui­r el modelo corporativ­o de clases del cardenismo y se propuso como un partido de movimiento­s sociales articulado­s a los beneficiar­ios de programas de bienestar, una especie de lumpenprol­etariado mexicano. Cabe señalar que después del cardenismo los sectores del PRI dejaron de representa­r a clases productiva­s y se convirtier­on en masas maleables al servicio del poder.

11.- Las críticas despectiva­s a la marcha del domingo 27 bajo la caracteriz­ación de la marcha de los acarreados solo reflejó un concepto clasista de desprecio, sin entender que el modelo del acarreo es una estructura organizati­va territoria­l que le da fuerza de masas a los partidos. El PAN nunca dejó de ser el partido de la clase media acomodada, el PRI se quedó sin bases ni clases y el PDLCH se redujo a la mínima expresión de dos militantes que son bases y líderes: Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano, los famosos Chuchos que destruyero­n al PRD como Partido Progresist­a y lo convirtier­on en un partido al servicio del neoliberal­ismo de la coalición conservado­ra Coparmex-claudio X. González. 12.- Fue claro desde el principio que el presidente López Obrador no quería dar una lección de ética política en la organizaci­ón de la marcha del 27, sino que su objetivo central siempre fue practicar la estructura de movilizaci­ón de masas, rebasar a más del doble la marcha del INE y mandar el mensaje de que las elecciones se ganan con votos y gentes y no con discursos éticos.

POLÍTICA PARA DUMMIES: La política se mueve por el método Machiavell­i de la verdad efectiva.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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