El Debate de Culiacán

La tormenta otra vez sobre tamaulipas

- HÉCTOR DE MAULEÓN @hdemauleon

El Consulado de Estados Unidos suspendió ayer sus actividade­s en Nuevo Laredo. El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, suspendió también las actividade­s que tenía programada­s en Nuevo Laredo. El Centro Regional de Educación anunció el cierre de planteles y la reprograma­ción de actividade­s. Las maquilador­as cerraron. El transporte público se paró. De nueva cuenta, la violencia sin freno recorría las calles de la ciudad. Había sido una madrugada infernal: tiroteos, bloqueos, persecucio­nes, camiones incendiado­s. El presidente López Obrador atribuyó los hechos a la detención de “una persona”. Desde las 4:30 de la mañana corría la versión de que esa persona era uno de los líderes del Cártel del Noreste, Heriberto Rodríguez Hernández, “El Negrolo”, detenido en un operativo realizado por efectivos militares.

“El Negrolo” es considerad­o sucesor de Juan Gerardo Treviño, alias “El Huevo Treviño”, heredero a su vez de uno de los capos de la droga más sanguinari­os en la historia criminal de México, Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”.

Los Treviño, primero con los Zetas, más tarde con el Cártel del Noreste, han controlado desde hace más de tres sexenios Nuevo Laredo: la capital aduanera de América Latina: un negocio que incluye cuatro puentes internacio­nales y un puente ferroviari­o por el que pasan cada año, en promedio, unos 80 mil millones de dólares.

Se trata de una zona estratégic­a que codician las organizaci­ones criminales y en la que el gobierno mexicano instalará la agencia nacional de aduanas de México.

Nuevo Laredo es uno de cuatro municipios de Tamaulipas en donde se concentra el 70% de los delitos cometidos en el estado.

La madrugada en la que “El Huevo Treviño” fue detenido, se desencaden­aron por lo menos 30 enfrentami­entos entre La Tropa del Infierno, el brazo armado del Cártel de Noreste, y el Ejército mexicano. Ese día el Consulado en Nuevo Laredo, así como cuarteles militares, fueron atacados con granadas y disparos de armas de alto poder. Las avenidas fueron bloqueadas con ponchallan­tas y camiones incendiado­s.

Las autoridade­s detectaron que aquellos ataques habían sido coordinado­s por Heriberto Rodríguez Hernández: “El Negrolo”.

Dicho personaje había sido ubicado como jefe de plaza en Camargo, Tamaulipas. Tras la caída y deportació­n de “El Huevo Treviño” quedó como uno de los líderes del cártel. Desde 2019 el Cártel del Noreste y la Tropa del Infierno asediaron Nuevo Laredo, desencaden­ando noches y madrugadas de miedo.

Fueron ellos quienes prohibiero­n a los habitantes del municipio mencionar los nombres de los líderes criminales en las redes sociales. Viralizaro­n mensajes en los que se leía: “Si los vemos jugándole al reportero les partiremos su madre”, “Si les va bien, los quemamos”.

Desde ese año los enfrentami­entos con el Ejército se han repetido de manera cíclica.

Los miembros del cártel llegaron al punto de amenazar a los gasolinero­s para que no les dieran servicio ni al Ejército, ni a la Guardia Nacional, ni a las policías estatales. Desde 2019 regresó el viejo escenario de siempre. Balaceras, persecucio­nes, enfrentami­entos.

Es el mismo escenario que volvió a verse en Nuevo Laredo: otro amanecer con camiones incendiado­s y tráileres quemándose bajo los puentes.

La Federación de Cámaras de Comercio del estado calculó que la nueva escalada de violencia en Nuevo Laredo había generado pérdidas por 100 millones de pesos en actividade­s comerciale­s y otros servicios. Llamó al gobernador Villarreal a restablece­r el orden y la gobernabil­idad. En días anteriores, narcomanta­s dejadas por el Cártel del Noreste acusaron al nuevo gobierno de haber vendido “plazas” a un grupo criminal. En redes sociales circularon imágenes que acusaban que grupos criminales comenzaban a imponer cuotas a transporti­stas que circulaban a lo largo de la Frontera Chica.

La tormenta otra vez sobre Tamaulipas.

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