Delirio de persecución
El tema enunciado en el título de esta colaboración es estudiado tanto por la ciencia de la psicología como por la psiquiatría. Hay sobre él una inmensa cantidad de información para quien quiera adentrarse en su contenido. Pues bien, el delirio de persecución, según el diccionario de la Real Academia Española, significa confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencias. De tal manera que es una enfermedad que se traduce en serios trastornos del pensamiento de quienes lo padecen, y constituye una característica de la esquizofrenia, la cual se manifiesta como una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable. Lo malo del caso es que, quien padece esa enfermedad, no se percata de su padecimiento.
En otras palabras, el delirio de persecución constituye precisamente un conjunto de ideas delirantes, en la que la persona que tiene esa enfermedad mental, cree que está siendo perseguido. Por eso hace todo tipo de locuras para enfrentar su delirio.
Este problema que se manifiesta en una alteración psicopatológica, caracterizado por una serie de pensamientos irracionales. Y quien lo padece puede llegar a creer que alguien lo está persiguiendo para hacerle daño, ante cuya creencia toma medidas absurdas contra quienes considera lo quieren afectar.
En ocasiones, una persona que padece esa enfermedad mental, manifiesta, sin saberlo, cargos de conciencia en su pensamiento delirante, porque ha hecho daños que jamás reconocerá, y cree tener el legítimo derecho de producirlos a quien cree siente que lo está persiguiendo. En ocasiones toma medidas arbitrarias que, una persona es su sano juicio, jamás lo haría.
Por lo general, la persona que padece esa enfermedad mental vive con mucha ansiedad y puede llegar a afectarle de forma grave en su vida, hasta llegar a la demencia extrema. De donde surge la necesidad de que sus familiares cercanos lo conduzcan hacia un tratamiento psiquiátrico, máxime si presenta síntomas violentos y no respeta a las personas que merecen ciertas consideraciones.
Algunas personas que viven con delirio de persecución, por lo regular experimentan miedo, al creer que están siendo atacadas, pero jamás reconocen sus errores, y nunca hace un alto para revisar su propia conducta, y creen tener siempre la razón.
Por lo general, ese tipo de individuos pueden ser totalmente impredecibles y hasta bipolares, ya que en ciertos momentos suelen ser agradables, cambiando repentinamente al extremo contrario, al transformarse repentinamente a su pensamiento delirante.
Por este motivo, es altamente importante que a una persona con esas características sea tratado cuanto antes por un médico especialista en psiquiatría para que reciba un tratamiento farmacológico que le permita atenuar su delirio. En algunos casos se puede hacer necesario el internamiento hospitalario para contener y proteger a la persona enferma de esa psicopatología. Para ello es necesario hacerse acompañar de alguien que no contribuya a su enfermedad como son los aduladores o los interesados, puesto que estos no se percatan de su delicado padecimiento que, lejos de ayudarle, muchas de las veces lo perjudican y hasta se contaminan, generando ambientes tóxicos cuando se trata de un clima laboral, familiar, administrativo o de tipo político, incluso, hasta de índole social. Por ello se recomienda revisar el contexto problemático que le rodea a una persona con ese tipo de padecimiento. Dicha revisión les brindará luces para percatarse de una realidad inocultable, aunque basta con observar el rostro, los gestos y ciertos rasgos conductuales de la persona enferma de delirio para darse cuenta de ello.