TELEVISIÓN Halcón hasta el final; Beni Falcón narra su experiencia en Survivor
Al no superar su primer duelo de extinción, el maestro de yoga se convierte en el tercer eliminado del reality de Azteca Uno
P enviaraara Beni Falcón no fue una sorpresa que su compañera Ceci Ponce, de la tribu Halcones, lo directo al duelo de extinción en la tercera semana de Survivor México. “Honestamente, sabía que Ceci iba por mí, porque durante toda la semana su desempeño no nos gustaba y se lo decíamos tanto a ella como a Oski, que es su protegido [...] por un lado, creo que eso no le parecía y, por otro lado, es su estrategia y le salió bien la movida”, repasa el maestro de yoga, quien al no superar la referida prueba, se convirtió en el tercer eliminado de la competencia.
Juego de estrategia
En su paso por el reality de Azteca Uno, Beni Falcón perteneció a ambas tribus, Jaguares y Halcones, aunque reconoce que en su segundo equipo logró hacer click con sus compañeros.
“Lo vengo diciendo desde que salí y lo sostendré: si yo hubiera podido elegir, me hubiera gustado ser halcón desde el principio, conecté mucho más con la gente de allá, me sentía más a gusto en ese refugio, hice amistades que de verdad me interesa conservar y que perduren.” Al exparticipante le tocó presenciar el momento en que su compañera Toñita salió lesionada, y asegura que desde que les mostraron el juego donde ocurrió el hecho, sabía que eso “no iba a acabar bien”. “Tienes jugando a 18 o 20 personas que tienen días sin dormir, sin comer, ganando o perdiendo, pero igual todos flacos, con hambre, vulnerables. Creo que en el juego se dejó ver mucho la naturaleza de los Jaguares, su personalidad, su sentido de ‘no me importa si te voy a lesionar y te voy a sacar de la competencia, yo quiero ganar’, y son estrategias. La única que sabe si de verdad tuvo la intención de dañar a Toñita o no es Liz. A cuadro lo que yo vi es que sí le hizo una palanca que se pudo haber evitado.”
Experiencia difícil
Sin duda, señala que lo más difícil de su estancia fueron las noches. “Son muy incómodas, nunca logré acomodarme para dormir en la arena del todo. De pronto dormitaba dos o tres horas y me costaba mucho quedarme dormido. Eso mermaba demasiado en mi desempeño, tanto físico como mental, y empezaba a cansarme por no tener esos periodos de descanso que mi cuerpo necesitaba. Podría parecer que en la playa no baja tanto la temperatura pero hacían unos fríos bastante difíciles de soportar y también tormentas. A veces era dormir mojado, con frío, sobre la arena; esa parte fue la que más me costó.”
Finalmente, señala que la dureza de Survivor te obliga a replantearte tu estilo de vida y cómo llevas tu día a día. “Te ayuda a valorar todas las comodidades que tenemos y a tu gente, por supuesto que te acuerdas de la gente que te quiere y que quieres. También es muy loco porque hace que sí o sí te des cuenta de lo poderoso que es el cuerpo y lo poderosa que es la mente, lo difícil que es manejarla a tu conveniencia, el límite al que puedes llevarte. Te obliga a volverte a conocer y es bien interesante porque son versiones de ti que no sabías que existían”.