Los riesgos del superpeso
EEl superpeso es un fenómeno económico que tiene intrigados a muchos aprendices de economistas, que se las dan de expertos, mayormente personas que presumen que el tipo de cambio está determinado directamente por la acertada política económica del gobierno en turno. Aunque en ocasiones influye el gobierno en su paridad, se trata de tipos de cambios flotantes que dependen de los mercados de divisas mundiales.
Nuestra moneda está sobrevaluada por la gran entrada de dólares por exportaciones, flujos de inversión extranjera directa, las remesas que crecen a niveles nunca vistos, ingresos del turismo y del crimen organizado. Asimismo, la moneda mexicana es un medio de intercambio internacional muy solicitado para operaciones en grandes volúmenes. Y corona este manojo de circunstancias, que la tasa de interés de referencia en México es positiva, mas de seis puntos por encima de la inflación.
Tener ese superpeso cuesta bastante al gobierno, pues tiene que pagar ese diferencial a los ahorradores. Supongamos que una empresa tiene que pagar una deuda por 100 millones de dólares en seis meses venideros, y tiene el dinero disponible. Si los convierte en pesos ganará una tasa de interés nominal de 10.25 porciento y al restarle la tasa de inflación le queda un interés neto de 6 porciento, que es muy atractivo. Si los invierte en bonos de Estados Unidos, recibirá una tasa de interés de 5.25 porciento y con una inflación de 3.4 porciento, por lo que su interés neto será de 1.85 por ciento. Ese diferencial es el que favorece la entrada de dólares a México en inversiones de portafolio y termina pagándolo México.
Otra preocupación de los legos es si habrá una crisis financiera al finalizar este sexenio. Aunque nunca pueda descartarse que suceda por la gran interconexión de las finanzas, es poco probable que ocurra en nuestro país por motivos de déficit de balanza de pagos o por los niveles del tipo de cambio. En ese sentido, estamos blindados para que no se presenten catástrofes como las de sexenios anteriores. Sin embargo, otras amenazas están latentes, y son igual de peligrosas.
La primera de ellas es que el gobierno de Morena viene perfilando una política de endeudamiento riesgosa, para cubrir las obligaciones del pago de pensiones y las de los programas sociales, así como el rescate financiero de Pemex que ya debe más de 100 mil millones de dólares. Se aúna a esto la descapitalización en rubros de salud, educación, agua, cambio climático, cuestiones ambientales, ciencia y tecnología.
La demagógica propuesta de Morena en materia de pensiones, claramente clientelar, sería echarle gasolina a la lumbre de las precarias finanzas pública que tenemos.
Esperemos venza la cordura y no quede más que en envite, pues de realizarse, México puede entrar a una espiral de endeudamiento que rompa los equilibrios macroeconómicos.
AMLO está entregando un país con finanzas agarradas de alfileres y no se aprecia algún cambio remedial en esta coyuntura. Quien gane la presidencia se sacará la rifa del tigre.