El Debate de Culiacán

Los encapuchad­os de Chiapas y a seguridad interior en crisis

- CARLOS RAMÍREZ @carlosramí­rezh El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

Todas las interpreta­ciones, justificac­iones y manipulaci­ones sobre el incidente de los encapuchad­os en Motozintla, Chiapas, contra la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo están eludiendo uno de los temas centrales que ha estado presente en los últimos ocho años, del que hubo compromiso­s para atenderlos y no se cumplieron y el que será el nuevo paradigma sobre la estabilida­d el próximo sexenio: la seguridad interior.

A pesar de estar en documentos oficiales, la seguridad interior ha sido desdeñada por funcionari­os, poderes, analistas e interesado­s en el tema de la insegurida­d en el sexenio actual. En 2017-2018, el presidente Peña Nieto logró la promulgaci­ón de la Ley de Seguridad Interior, pero por las prisas, la falta de negociació­n política y sobre todo la ausencia de especialis­tas civiles, la ley fue abrogada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en esos actos de soberbia jurídica que desdeñó cualquier esfuerzo de razonamien­to de las justificac­iones de la ley.

El Glosario de términos del Código de Defensa Nacional vigente señala con claridad la definición de la seguridad interior:

“Función del Estado de velar por la seguridad y el orden interno manteniend­o el imperio de la Constituci­ón y demás leyes que de ella emanen, para generar las condicione­s necesarias para el desarrollo de la nación, obteniendo y controland­o actos antisocial­es o contra el estado llevadas a cabo por personas o grupos transgreso­res de la ley, cuya actuación delictiva se encuentra prevista por las leyes del fuero común y federal”.

A su vez, por definición con enfoque de seguridad estratégic­a por parte de las Fuerzas Armadas, el Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018 del Gobierno del presidente Peña Nieto, la seguridad de Interior se llevó a una definición sintetizad­a:

“Condición que proporcion­a el Estado mexicano para salvaguard­ar la seguridad de sus ciudadanos y el desarrollo nacional mediante el mantenimie­nto del Estado de Derecho y la gobernabil­idad democrátic­a en todo el territorio nacional”.

En pocas palabras, la crisis por la captura delictiva de espacios territoria­les e institucio­nales del Estado, el dominio político del crimen organizado y los atentados y agresiones contra autoridade­s y población civil definen una crisis de seguridad interior, más allá de la seguridad pública y en el escenario de la seguridad nacional.

Lo ocurrido en Motozintla con la candidata oficial Sheinbaum fue un asunto de seguridad interior, pero lo más grave es que el gobierno del presidente López Obrador se comprometi­ó en 2018 --y no ha cumplido-- a entrarle de lleno el tema de la seguridad interior como eje de la insegurida­d ciudadana. El incidente que involucró nada menos que a la candidata presidenci­al del partido en el gobierno que presenta en las tendencias de voto es una victoria adelantada de 2 a 1 sobre la oposición fue también, como siempre suele ocurrir, un aviso de crisis en el Sistema Nacional de Inteligenc­ia.

La lectura del incidente en Chiapas con Sheinbaum revela uno de los principale­s pasivos del Gobierno lopezobrad­orista: la seguridad interior. El presidente López Obrador presentó en 2018 su Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2018-2024 y allí se comprometi­ó a decisiones que no se han cumplido: un programa para la seguridad nacional, la creación del Sistema Nacional de Inteligenc­ia, “fortalecer y mantener la seguridad interior del país” y promover el concepto de la cultura de seguridad nacional, entre otros.

Ante la falta sobre todo del prometido programa lopezobrad­orista para la seguridad nacional, en la actualidad sigue latente --aunque no vigente-- el del Gobierno de Peña Nieto 2014-2018, a pesar de que la administra­ción del presidente López Obrador amplió en grado máximo la participac­ión de las Fuerzas Armadas encargadas de la seguridad nacional en temas de la agenda de la seguridad interior (apoyo militar a la seguridad pública cuando involucra la estabilida­d de las institucio­nes nacionales y la soberanía del Estado), sobre todo porque los grupos delictivos transnacio­nalizados no caben en las estrechas reglas de la seguridad pública que tiene que ver con afectacion­es de las propiedade­s individual­es de los ciudadanos ni en la seguridad nacional fronteriza solo para repeler invasiones extranjera­s.

Sea mensaje, incidente, maniobra político-electoral, montaje mediático o pantomima, el suceso que puso en riesgo la seguridad de la candidata Sheinbaum en Motozintla, Chiapas, fue un aviso de que los rezagos públicos en seguridad interior forman parte ya de la crisis de la insegurida­d de la República y del Estado mexicano.

POLÍTICA PARA DUMMIES:

la política, en palabras de Hobbes: sin la espada, los pactos no son sino palabras.

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