El Debate de Culiacán

¡El terror está aquí y pocos lo quieren ver!

- RICARDO ALEMÁN itinpol@yahoo.com.mx

De nueva cuenta hoy, igual que en 2017 y 2018, están al ojo público las señales de la nueva tragedia político electoral que amenaza a los mexicanos. Pero también hoy --igual que en 2017 y 2018--, muchos mexicanos prefieren cerrar los ojos frente a una realidad que ha convertido al otrora presidente en la “versión moderna del señor feudal”; dueño de la vida, la libertad y los derechos ciudadanos. Sí, asistimos a una tragedia política, económica, social y humanitari­a que se puede sintetizar en una palabra que muchos conocen, pero que otros tantos se niegan a aceptar.

La palabra es “dictadura” y se resume como “la concentrac­ión del poder total, en las manos de un solo hombre”; el dictador mexicano López Obrador.

Y es que con el paquete de reformas que, a propuesta del presidente, aprobaron Morena y sus aliados en el Congreso, en los hechos murió la democracia mexicana y nació la dictadura: la concentrac­ión total del poder.

Es decir que, en el México de la primera mitad del 2024, ya no existe división de poderes, no hay libertad de expresión, murió el derechos de amparo contra abusos del poder y, sobre todo, el nuevo señor feudal de Palacio tiene el poder absoluto para amnistiar a los peores criminales, además de que, a placer podrá perseguir y llevar presos a sus adversario­s y críticos.

Y todo ello en medio del terror que veremos en la jornada electoral del 2 de junio próximo, en donde los tentáculos represores del crimen organizado ya se suman a la elección de Estado ordenada desde Palacio.

En pocas palabras, resulta que, a lo largo de seis años, el gobierno de Obrador inoculó en casi todas las institucio­nes y en muchos sectores sociales los contagioso­s virus de la corrupción, la ambición de poder sin freno y, sobre todo, la polarizaci­ón.

Todo ello en preparació­n del golpe final de una dictadura que hoy ya está frente a todos, a pesar de que muchos se niegan a verla; una dictadura que tiene muchos rostros que hoy son ampliament­e visibles.

1.- Y el primer rostro es la elección de Estado ordenada en Palacio y que cuenta con un aliado fundamenta­l; el crimen organizado que ya pactó con la candidata oficial –como vimos el fin de semana--, y por otro lado amenazó a ciudadanos y transporti­stas para impedir la movilizaci­ón de los ciudadanos a los mítines de la candidata opositora, Xóchitl Gálvez.

Una estrategia idéntica a la que veremos en la elección del 2 de junio, cuando las bandas criminales obligarán a millones de ciudadanos --mediante la disyuntiva de plata o plomo--, a votar por los candidatos del oficialism­o, en estados como Guerrero, Chiapas, Colima, Jalisco, Michoacán, Morelos, Sinaloa, Tamaulipas, Zacatecas y muchos otros.

2.- Y la mejor prueba de que el crimen organizado ya participa en la elección a favor de Morena, es la denuncia pública de Xóchitl Gálvez del pasado martes 23 de abril del 2024 en Tonalá Chiapas. Allí, en un evento con escasa asistencia, dijo que transporti­stas y ciudadanos son amenazados por el crimen organizado para no participar en su concentrac­ión pública.

Así lo dijo: “El gobierno de la delincuenc­ia organizada, de nuestros opositores, son los que están bloqueando los eventos para que la gente no venga a escuchar cual es la realidad que vive Chiapas”. 3.- La tercera cara del terror dictatoria­l aparecerá de un momento a otro, ya que senadores y diputados de Morena y sus aliados facultaron a López para otorgar amnistía total y a su libre albedrio –es decir, perdón total y sin mayor trámite--, a la peor escoria social.

La reforma a la Ley de Amnistía dice que el presidente está facultado para otorgar amnistía a los responsabl­es de los siguientes tipos penales a).- Abuso y violencia sexual contra menores. b).- Delincuenc­ia organizada c).- Homicidio doloso, feminicidi­o, violación y secuestro d).- Trata de personas. e).- Robo en casa habitación. f).- Uso de programas sociales con fines electorale­s. g).- Corrupción en modalidad de enriquecim­iento ilícito y ejercicio abusivo de funciones. h).- Robo a transporte de carga. i).- Delitos en materia de hidrocarbu­ros (huachicole­o). j).- Delitos en materia de desaparici­ón forzada de personas y desaparici­ón cometida por particular­es. k).- Delitos cometidos con medios violentos con armas y explosivos. l).- Delitos en materia de armas de fuego de uso exclusivo del ejercito.

m).- Y los delitos graves que determine el Código Penal Federal. En pocas palabras lo anterior significa que ya sea López o sea Claudia –cualquier presidente en turno--, lo mismo pueden perdonar a quien se roba una elección, que a un ladrón de bancos, un narcotrafi­cante, un pederasta, un huachicole­ro, un terrorista, un feminicida o un saqueador del dinero público.

Y frente a esa atrocidad, obliga preguntar: ¿Qué significa que sin más que su deseo, el presidente ordene liberar a los peores criminales?

Todos conocen la respuesta. En México ya no existe un presidente sino un señor feudal: dueño de vidas, libertades y derechos ciudadanos.

Pero lo más grave es que con esas facultades “meta-constituci­onales” –que van más allá de la Carta Magna--, en los hechos desaparece­n al Poder Judicial, ya que existe un poder que perdona delitos y que está por encima de todo lo que establece la Constituci­ón en materia de impartició­n de justicia.

4.- Pero hay más, no menos peligroso y violatorio de la Constituci­ón, conocido como la desaparici­ón de la Ley de Amparo.

El amparo es una figura legal y constituci­onal que faculta al ciudadano para defenderse de los abusos de poder. Literalmen­te se trata de “un amparo”, contra los abusivos sátrapas que ostentan el poder.

Pues resulta que hoy, por ordenes de AMLO, los diputados y senadores de Morena han desapareci­do la figura de amparo y, con ello, dejan a los ciudadanos en general, pero en particular a los críticos y opositores del poder, a merced de la venganza presidenci­al.

Sí, una vez aprobada la reforma a la Ley de Amparo, el gobierno de AMLO y/o el de Claudia pueden llevar presos y tenerlos encerrados de por vida, a los críticos, opositores y detractore­s de la dictadura lopista.

Dicha reforma viola no solo los artículos 1 y 107 de la Constituci­ón, sino el artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el artículo segundo del Pacto Internacio­nal de Derechos Civiles y Políticos.

Sí, es una reforma que viola todos los postulados de derechos humanos, pero tampoco le importa a nadie.

Y si algún lector llegó hasta aquí, seguro podrá responder las siguientes preguntas: ¿Cuántos mexicanos entienden qué es una dictadura? ¿Cuántos están preocupado­s por lo que hace el dictador López? ¿Cuántos entienden lo que es la Ley de Amparo? ¿A cuantos ciudadanos les importa que el presidente deje en libertad a los peores criminales? ¿Cuántos ciudadanos votarán por Morena a cambio de migajas, a sabiendas de que, como nunca, estamos viviendo una de las peores dictaduras de la historia?

Se los dije y mañana no salgan con la patraña de que no podía saberse.

Al tiempo.

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