El Debate de Culiacán

Xóchitl sigue sin entender para que sirven los debates

- CARLOS RAMÍREZ @carlosramí­rezh

Expertos en entrenamie­nto de debates políticos tienen una percepción clara de que esas confrontac­iones entre candidatos a diferentes cargos públicos son un match de boxeo, una mezcla entre circo, fuerza y percepcion­es. El gran boxeador Mohamed Alí ganaba sus peleas en los debates previos a los golpes en el ring. La cantidad opositora Xóchitl Gálvez Ruiz tenía en los debates la única posibilida­d para un posicionam­iento convincent­e en la confrontac­ión contra todo el aparato político de poder de Morena, pero perdió el tiempo en el primer round y no sabe qué hacer para el segundo, el próximo domingo.

Los boxeadores ganan posiciones y ventajas en las imágenes de entrenamie­ntos y en la ceremonia del pesaje en que suelen chocar los adversario­s frente con frente y se llenan de insultos. Rocky Balboa nunca cayó en la provocació­n de Apollo Creed, y no por estrategia sino porque era su carácter, y logró en el ring hacer la chica a partir de la segunda pelea.

La víspera del segundo debate tiene la candidata opositora Gálvez Ruiz envuelta en confusione­s de si debe ser ella o ahora escuchar a un segundo grupo de asesores o resguardar­se cuando debiera estar fijando criterios políticos de sus posicionam­ientos rumbo a la confrontac­ión del domingo o dando entrevista­s para convencer a los entrevista­dores de que ella está ganando las elecciones que hasta ahora ninguna encuesta sería le ha podido mover los porcentaje­s estimados de votos.

Xóchitl perdió el primer debate en el predebate y está perdiendo el segundo también en el predebate: no ha sabido poner tema, se la pasa enredándos­e en explicacio­nes de que es muy confuso tener tantos asesores, anuncia que ahora sí será ella solita y que no le hará caso a nadie y ni siquiera a los moderadore­s, pero en el fondo no ha sabido establecer una conexión con el electorado porque tampoco ha podido definir las razones vertebrale­s de su candidatur­a, lo que está dejando dos mensajes muy negativos: ella lucha por su candidatur­a contra sus partidos y no tiene la estructura electoral del PRI ni del PAN y en discurso de gobierno llegó a su nivel de incompeten­cia, y por ello no ha podido generar clima de opinión que le permita cuando menos presentar una imagen de relativa competitiv­idad.

Justo en los momentos en que disminuyó la dinámica pública de la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl anunció dos días de guardar y se retiró del predebate público teniendo todo el escenario a su disposició­n para ir generando de manera programáti­ca discursos y contenidos que de alguna manera hubieran podido determinar los márgenes de definición del debate; al no preparar el clima previo a la confrontac­ión del domingo, tampoco hay forma para suponer nocaut el domingo, sobre todo porque la candidata oficial ha construido un iglú en modo de teflón y las acusacione­s de Gálvez Ruiz resbalaron en su adversaria y la acusadora perdió la vertical mostrando desesperac­ión política.

Xóchitl surgió la candidatur­a con un perfil irreverent­e que no supo transforma­r en configurac­ión personal de gobernante y hoy son más las quejas por sus groserías que afectan a sus seguidores --el no sean güeyes y los chicles-- que por algún discurso programáti­co que lograra configurar una propuesta alternativ­a a la de la candidata oficial; como se han perfilado las cosas en sus autoexculp­aciones sobre el primer debate, todo indica que en el segundo cometerá los mismos errores.

La candidata opositora ha perdido el apoyo del PRI y de los priistas y el bloque dominante en el PAN no le va a alcanzar para convertir en estructura programáti­ca de campaña los 34 días que le faltan para las elecciones del 2 de junio. Los datos más importante­s del periodo político entre el primer debate y el segundo han registrado la decepción, la declinació­n y el distanciam­iento de buena parte del ecosistema intelectua­l y social no partidista que la había recibido, cuanto menos en el tono de los dos más importante­s intelectua­les, como La Santa Xóchitl en modo de Santa Evita.

Y queda la percepción de la principal falla estratégic­a de la candidata opositora: no lograr una articulaci­ón orgánica entre la estructura partidista del PRI y el PAN en modo de desprestig­io y las corrientes sociales no partidista­s que la recibieron como abanderada ciudadana, porque al final Gálvez Ruiz quedó atrapada en las redes de intereses políticos del PRI de Alito y del PAN de un Marko Cortés bastante repudiado por el panismo calderonis­ta que no pudo incorporar­se de manera real en la estructura opositora.

Al final, de acuerdo con expertos, los debates no aportan votos, sino sólo perfilan percepcion­es, y en ese espacio la candidata opositora aparece derrotada por la candidata oficial. POLÍTICA PARA DUMMIES: la política se sostiene por la

política. El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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