Leer es necesario, hacerlo por placer, la ruta
El profe Cruz nos hace falta en Sinaloa. En el ancho mundo del amor al prójimo, Octavio Paz es certero: “Amar es combatir”; leer es avituallarse para el combate. La lectura multiplica las miradas, sugiere horizontes y, en perspectiva humanista, es una forma de combatir por la otra política, el amor humano. El humanismo es combate manifiesto en la lucha por las ideas y también en el ejercicio ético de la política. El 23 de abril se celebró el Día Internacional del Libro, fecha que es convocatoria para que propiciemos hacer de Sinaloa un estado lector, que la lectura sea patrimonio de todos los sinaloenses.
Leer es necesario, hacerlo por placer, la ruta. Que la gente de las comunidades tenga acceso a libros; los libros dan horizonte, alimentan el alma, propician otras miradas, abren posibilidades de otras lecturas del entorno y condiciones sociales de cada persona y grupos sociales, sugieren liberación. Estamos convocados a leer, la lectura humaniza el querer de la gente.
En Sinaloa, tenemos una riqueza cultural que vive en las emociones, y si somos capaces de conmovernos a través de las herencias culturales, vamos a transformar esta tierra y, con ello, vamos a generar posibilidades para la felicidad de la gente. Propiciemos entonces la lectura, la reflexión, la poesía, leer es necesario y leer en comunidad propicia comunidad.
La lectura en comunidad es solidaridad, es humanismo, con motivo del Día Internacional del Libro, sea este espacio un homenaje y reconocimiento al profesor Cruz Hernández Fermín, quien ya partió de esta tierra; era oriundo de Veracruz, sinaloense por definición; fundó el Club de Lectura La Hojarasca, en Recoveco, Mocorito. Creó su Macondo, amigo de Gabriel García Márquez. Gracias a sus convicciones e iniciativas, Recoveco, su pueblo, es una comunidad que lee, lee al “Gabo”. Por su gran aportación a Sinaloa, mi reconocimiento y agradecimiento eternos. Mi amigo ya no está; no obstante, permanece, pervive, en su pueblo, y sus amigos. Supo asumir la sugerencia del maestro –así le llamaba el profe Cruz a García Márquez–, cuando sugiere: “que te distraiga la vida, no la muerte”, disfrutó la vida desde la lectura. El profe Cruz nos hace falta en Sinaloa. Así como el legado del profe Cruz, existen otros en Sinaloa que actualmente propician comunidad, como la maestra Marisol Lizárraga en la comunidad de La Noria, Mazatlán, que impulsa la lectura y la inclusión en la niñez; el Club de Lectura Caracol Aventurero; el Club de Lectura del Congreso del Estado que realizan entre los compañeros y compañeras trabajadores, coordinado por Meztly Vega; los alumnos del CBTA 260 de El Tajito, Guasave, que promueven el amor por la lectura, y muchos más; legado insobornable del profe Cruz, que hoy en día son convocatoria, para que en la sierra, en la costa y en la ciudad, todas y todos, niñas, niños, jóvenes y ancianos sinaloenses lean, que en cada hogar de Sinaloa existan libros. Convoquemos a la gente de letras, a los transeúntes de los libros, a los buscadores de historias.
La esencia de la lectura es humanizar el querer de la gente y a eso estamos convocados. Necesario es leer, novela, cuento o poesía o lo que resulte; la poesía en especial significa la visión amorosa del mundo, como lo dice Dolores Castro. A través de la lectura afirmemos comunidad, y con esta visión amorosa del mundo, construyamos la transformación desde el amor humano.
Imaginemos, soñemos y propiciemos que en Sinaloa todos y todas tengan acceso a un libro. Con la lectura otra pedagogía es posible, otra política, el amor humano. Leer humaniza.