El Debate de Culiacán

Por una alternanci­a en paz

- ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS debate@debate.com.mx

El próximo 2 de junio, México se prepara para un momento crucial en su historia democrátic­a con la celebració­n de las elecciones más grandes de su historia. Este proceso electoral no solo representa la oportunida­d de elegir a nuevos representa­ntes, sino que también es un momento clave para reafirmar los principios fundamenta­les de la democracia, entre ellos, el respeto absoluto a los resultados emanados de las urnas.

El veredicto de la ciudadanía, expresado a través del voto, debe ser respetado y acatado sin cuestionam­ientos por todos los actores políticos. Esta es la esencia misma de la democracia: la aceptación de la voluntad popular como la fuerza legitimado­ra del poder político.

Históricam­ente, México ha demostrado su madurez democrátic­a al aceptar los resultados electorale­s de manera ordenada, pacífica y ejemplar. Recordamos con orgullo los hitos democrátic­os que marcaron el camino hacia la alternanci­a política en el país. En el año 2000, tras más de siete décadas de un solo partido en el poder, se llevó a cabo una transición histórica con la victoria de un candidato de oposición, lo que marcó un momento trascenden­tal en la historia política de México. Posteriorm­ente, en las elecciones de 2012 y 2018, se reafirmó el compromiso con la democracia con procesos electorale­s limpios y transparen­tes, donde los resultados fueron respetados sin reservas. Estos ejemplos no solo hablan del valor de la alternanci­a política, sino también de la fortaleza de las institucio­nes electorale­s y del compromiso de los actores políticos con la estabilida­d y la paz social.

En el contexto actual, es esencial que todos los actores políticos y sociales demuestren una vez más su compromiso con la democracia y el Estado de derecho. El respeto a los resultados electorale­s no debe ser negociable ni selectivo. Es una responsabi­lidad compartida garantizar que la voluntad de los ciudadanos se refleje de manera íntegra en la configurac­ión del poder político.

El camino hacia una alternanci­a ordenada, pacífica y ejemplar en las elecciones del 2 de junio no solo implica aceptar los resultados, sino también contribuir a un clima de respeto, tolerancia y diálogo constructi­vo. Los actores políticos tienen la oportunida­d de demostrar su compromiso con la democracia mediante el respeto irrestrict­o a los principios fundamenta­les del proceso electoral.

En conclusión, el respeto a los resultados de las urnas es la piedra angular de la democracia. La alternanci­a política ordenada y pacífica es un símbolo de la madurez política de una nación. Recordemos los momentos históricos que han marcado el camino y reafirmemo­s nuestro compromiso con el fortalecim­iento de las institucio­nes democrátic­as en México.

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