El Debate de Culiacán

La traición política

- AARÓN SÁNCHEZ sanaaron@gmail.com

El proceso electoral 2024 ha sido propicio para la traición política. Surge en el momento menos esperado. La realizan quienes nunca creímos capaces de hacerlo. Pero un acto de traición descompone y modifica todo. Se deben trazar nuevos mapas para comprender el ejercicio de la política. La traición trastoca todo: lo político, lo estratégic­o, lo táctico, y hasta derrumba sentimient­os personales. Marca y deja mácula en el traidor, pero también en el traicionad­o.

Falta menos de un mes para acudir a votar, pero aún los actos de traición política siguen estando al orden del día. Ningún partido y ningún líder se escapa de este fenómeno. Múltiples protagonis­tas de la vida pública estatal, los vemos desfilar de un partido a otro, de candidatur­a a otra. Sin cohibirse, cambian de colores, usan otros logotipos y algunos de sus nuevos compañeros de lucha antes fueron adversario­s. Hoy se considera que no traicionar equivale a perecer.

Denis Jeambar e Yves Roucaute, autores del polémico libro “Elogio de la traición”, sostienen que la traición es el acto fundaciona­l de la política. Para ellos, la traición ocurre cuando se cambia de ideología o de partido, o cuando hay que hacer cualquier cosa para vencer al adversario y lograr un triunfo político. También es traición cuando se miente y se hacen promesas falsas para ganar la simpatía de los electores.

Entonces, la traición expresa la flexibilid­ad y adaptabili­dad para la toma de decisiones políticas. La política hoy debe ser elástica, adaptarse a la voluntad popular, a la presión de fuerzas subterráne­as o a la exigencia de la sociedad. Y es que al parecer en política ya no valen las ideas. Nadie se ocupa de hacerlas publicas. Las ideologías hasta causan vergüenza. Por ello que ya no es raro observar en el escenario político, cómo partidos tan opuestos hoy marchan juntos. Comparten objetivos, se distribuye­n posiciones, y acuerdan acciones para lograr el poder.

Pero Jeambar y Roucaute afirman que los acuerdos políticos más sólidos son los que ocurren entre grupos y personajes que anteriorme­nte eran hostiles entre sí. Acuerdos que son forjados en las aguas turbulenta­s de la traición. Aunque en muchas ocasiones suele ocurrir que la sinergia suma cero. Pero a final de cuentas, la moral no tiene por qué rendir cuentas a la política, sostienen estos autores.

Sin embargo, la traición más notable es cuando se miente al elector con un conjunto de promesas que nadie se ocupará en hacerlas cumplir. Los políticos renuncian a sus principios personales y se les enseña a solo olfatear los vientos y dejarse llevar por ellos. Vayan a donde vayan, el triunfo es lo único que importa. Con este tipo de conceptos se está capacitand­o a los cuadros políticos. Se les pide mentir y traicionar. Esta es la nueva estrategia electoral que muchos están practicand­o en el actual proceso electoral. PRI, PAS y PAN ya han sido víctimas de la traición política.

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