«Planta de amoniaco no es un peligro en ningún momento»
CARLOS PANI, EXPERTO POR MÁS DE 40 AÑOS EN LA INDUSTRIA PETROQUÍMICA, HABLA SOBRE LAS PLANTAS DE AMONIACO A EL DEBATE
La planta de amoniaco en Topolobampo, propiedad de la empresa Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), tiene la tecnología más avanzada del mundo, no solo en cuanto al proceso de fabricación, su eficiencia y demás, sino en cuanto a todos los sistemas, los protocolos y los procedimientos de seguridad, así lo aseguró Carlos Pani Espinoza, quien tiene más de 40 años de experiencia en la industria petroquímica, incluido el manejo de amoniaco.
El también ingeniero químico con quince años de trabajo para Petróleos Mexicanos, en entrevista para EL DEBATE, aseguró que «la planta no es un peligro en ningún momento». Vio comprensible que haya preocupación en la zona de Topolobampo, relativa a cuestiones de seguridad, ya que —dijo— existe gente que llega a manifestar una serie de preocupaciones, mismas que tienen su fundamento en falta de conocimiento y de difusión sobre las características de dicha planta, aseguró.
Cabe destacar que, desde octubre del 2018, el titular del Juzgado Sexto de Distrito ordenó la suspensión provisional de la construcción de la planta de amoniaco, respondiendo así al llamado de comunidades indígenas. Bajo este panorama, Carlos Pani manifestó que todo el proceso de la planta se maneja a través de un centro de controles con monitores que están reproduciendo el proceso y las condiciones en las que está operando. Las computadoras —expuso— tienen diagramas de las secciones de la planta en donde aparece indicado, por ejemplo, la temperatura en la que está, la presión, el volumen del gas natural que está entrando, el volumen de hidrógeno que está saliendo de esa sección, entre otros.
«Se monitorea cuánto nitrógeno está entrando, cuánto volumen está entrando, todo esto se ve en las computadoras en el cuarto de control; es decir, todo el proceso está automatizado, no es una planta que está operando con cientos de operadores que abren y cierran y prenden el calentador, todo se maneja de manera automática desde un cuarto de control. Se está monitoreando para que este proceso siga las condiciones que debe de seguir para producir el amoniaco en condición segura», insistió. En cualquier caso —refirió—, las desviaciones en el proceso, que pudiera ser que una temperatura o una presión se suba, se baje, el sistema computacional las detecta y desde el mismo centro de control se toman las acciones correctivas. «La planta cuenta dentro del mismo sistema de cómputo con procedimientos de seguridad y protocolos de seguridad en sistemas que actúan automáticamente en el momento en que se da una desviación. En el remotísimo caso de que hubiera una pequeña fuga de amoniaco, el sistema automáticamente empieza a cerrar las válvulas de la tubería por donde va ese amoniaco, de tal manera que se cancele, se evite la fuga y todo eso opera de manera automática», abundó.
Respecto a los diversos cuestionamientos sobre la función de la planta, Carlos Pani manifestó que es importante destacar que a quienes realizan la inversión de la planta y que van a invertir más de mil millones de dólares les interesa que la planta opere bien, que produzca bien y que no vaya a
sufrir desper-
«No estamos hablando de algo nuevo que se va a llevar a la zona, estamos hablando de producir algo que lleva muchísimos años de consumirse y de utilizarse»
Carlos Pani Espinoza
Ingeniero químico
fectos o cosas que vayan en contra de su intención. La intención —apuntó— es llegar en un plan de buena voluntad a la región y a la comunidad, como alguien que va a proporcionar riquezas, y no llegar como alguien que se convierta en una fuente de peligro para tener a todo mundo con el «Jesús en la boca».
En la zona noroeste del país, en el ciclo otoño-invierno, la demanda total de amoniaco para aplicación directa ronda las 250 mil y las 300 mil toneladas al año. «No estamos hablando de algo nuevo que se va a llevar a la zona, estamos hablando de producir algo que lleva muchísimos años de consumirse y de utilizarse. Como todas las cosas en la vida, hay que hacerlas siguiendo reglas, procedimientos, hacer lo adecuado», comentó. Sostuvo que los primeros interesados en que la instalación sea segura son los dueños de la misma; los segundos son la aseguradora porque, si la va a asegurar, deberá estar construida y operada debidamente.
µ Funcionamientos de plantas El especialista indicó que una planta de amoniaco opera a partir de dos materias esenciales, una de ellas es el gas natural. Este último —explicó— se compone de una molécula que contiene carbono e hidrógeno y pasa por un proceso llamado reformación, que consiste en separar el hidrógeno del gas natural, que es el necesario para formar el amoniaco. La otra materia prima es el aire, puesto que de dicho elemento se toma el nitrógeno. «En la siguiente etapa del proceso se pone a reaccionar el hidrógeno con el nitrógeno y se produce el amoniaco. De ahí en adelante vienen algunas etapas de proceso para limpiar y eliminar cualquier otra sustancia que pueda afectar la calidad del amoniaco y, finalmente, pasa a un proceso de enfriamiento para ser almacenado en estado líquido», dijo. El amoniaco es un gas en condiciones normales —recordó—, pero a menos de 33 grados centígrados se vuelve líquido, «entonces, la planta lo enfría a menos 33 grados para hacerlo líquido y almacenarlo para de ahí salir ya a la entrega en transporte a los clientes», sostuvo. En entrevista telefónica, Pani manifestó que el amoniaco tiene muchas aplicaciones, dependiendo de su industria derivada, pero particularmente en la zona de Sinaloa el principal uso es como fertilizante de aplicación directa en los cultivos del ciclo otoño-invierno. El amoniaco se aplica en la tierra en estado gaseoso, detalló.
Sobre cómo funciona en la parte de cadena de valor, indicó que los clientes pasan a la planta productora, compran amoniaco en pipas que normalmente soportan veinte toneladas y algunas de ellas tienen sus propias estaciones de almacenamiento: «Lo que retiraron de la planta lo almacenan en sus instalaciones, y de ahí se vende a las empresas que se dedican a la aplicación directa del amoniaco en las parcelas», manifestó el consultor.
«La intención es llegar en un plan de
buena voluntad a la región y a la comunidad, como alguien que va a proporcionar riquezas y no llegar como alguien que se convierta en una fuente de peligro para tener a
todo mundo con el Jesús en la boca».