NO SE HUMILLARON
Marco Berrelleza
Ya hemos comentado en diversas ocasiones los problemas que enfrentó la Universidad
Autónoma de Sinaloa con el gobierno de Antonio Toledo Corro, quien pretendió quitarle las escuelas preparatorias. La situación se tornó muy difícil cuando el gobierno dejó de entregarle el subsidio, lo que ocasionó que la nota viajara por todo el país. Con el fin de paliar la crítica al gobierno, el doctor Mariano Carlón López, Secretario de Educación Pública y Cultura, a través de la prensa el 10 de diciembre de 1981 llamó a los trabajadores de la Universidad para que pasaran al departamento de caja del Palacio de Gobierno a recoger el importe de su aguinaldo y sus sueldos atrasados. El gobierno tomaba esa decisión ante “la realidad de no contar a la brevedad posible con un catálogo de coincidencias que permitan la solución de los planteamientos universitarios”. Esta medida que, según el doctor Carlón no ofendía la calidad humana ni menoscababa la dignidad de los trabajadores universitarios, propició que el
Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa suspendiera su intervención en las negociaciones que se realizaban entre la SEP y la UAS. En protesta, ese día, 14 profesores de la Universidad iniciaron una huelga de hambre en el atrio de catedral. Las marchas y mítines eran diarios en las calles de Culiacán.