Vizcarra y Aguilar operan en favor de Morena para la sucesión
Podría llamársele diplomacia, cuidado de las formas o alta política; a nivel pueblo se le dice, simple y llanamente, hipocresía. Nos referimos a la presencia de Jesús Aguilar Padilla (JAP) en el acto del domingo del PRI.
Es un secreto a voces que, en los hechos, el exgobernador trabaja con denuedo en favor de otro partido hacia 2021: Morena. El proyecto: que Rubén Rocha Moya, hombre de todas sus confianzas, sea el próximo gobernador de Sinaloa.
No en balde aquella frase aguilarista de «la política por delante; y por abajo bolas» ya alcanzó la categoría de un clásico. Aguilar conoce a la perfección el doble juego, y lo acaba de comprobar con su papel en las elecciones de este año: sin rubor alguno, pese a ser coordinador estatal de la campaña de José Antonio Meade, operó en favor de
Andrés Manuel López Obrador y de Rubén Rocha. Al final, con la victoria de Morena, también triunfó Jesús Aguilar. Ya le tocaba ganar una. Lástima que fuera a costa de la traición a su propio partido.
Con JAP, otro priista relevante trabaja en pos del plan morenista «Rocha gobernador»: Jesús Vizcarra Calderón. Recordemos que Aguilar es socio de JAP en Su≋arne, además de caminar juntos en política.
El 16 de octubre, Vizcarra conversó en privado con el todavía presidente electo López Obrador durante una visita a Durango. El tema político se antoja indispensable en esa charla, sobre todo porque, quien acercó al sinaloense con AMLO, fue Rubén Rocha Moya, cercano a ambos personajes e invitado a esa gira.
Los antecedentes en torno a las afinidades de Rocha son del dominio público: con AMLO parten de su era izquierdista, cuando fue candidato a gobernador en 1998 y el hoy presidente de la República era dirigente nacional del PRD; con Aguilar inicia su etapa filopriista en 2005, cuando el hombre de Palmillas asciende a la gubernatura y lo convierte en su jefe de asesores; y con Vizcarra tiene una especie de simbiosis desde que ambos fueron parte de aquel gabinete (JVC como titular de Sedeco), relación que se afianzó para la posteridad a raíz de la experiencia de hace ocho años, cuando el ahora senador figuró entre los estrategas de aquella fallida campaña del empresario de la carne a la gubernatura.
El hecho es que la maquinaria Aguilar-Vizcarra está de vuelta, y han jurado no volver a fracasar, como en 2010, así sea por la vía del partido rival del PRI, con Rocha como abanderado de Morena. Pendientes.
HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS. «Perro no come perro», solemos decir en la jerga reporteril, pero al parecer, en el periodismo mazatleco, hermano sí come hermano.
Lo decimos por el chisme más sonado del día de ayer en la política patasalada: el periodista Miguel Ángel Benítez Torres inició un medio de comunicación digital golpeando a su hermano, el presidente municipal Luis Guillermo «Químico» Benítez Torres.
A solo dos días de su debut, Indymedia Mazatlán dedica su artículo central, «Arsénico y encaje» (título que es copia confesa de una legendaria columna de sociales), a darle hasta por debajo de la lengua al alcalde marismeño luego de que este, boquiflojo como es, amenazó con «ponerle un bozal» a Ernesto Coppel, uno de los empresarios turísticos más importantes y reconocido filántropo.
«Sin lugar a dudas, el Químico está engolosinado con el poder, en la mera raya del mareo que este produce», escribe Guillermo Osuna Hi, uno de los nueve integrantes del grupo que, con Miguel Benítez a la cabeza, echó a andar este medio el lunes.
Cierto: la expresión del presidente municipal hacia uno de los principales generadores de riqueza para el puerto (muy querido entre los mazatlecos por sus obras de beneficencia) fue inapropiada. Lo que nunca hubiéramos esperado es que la respuesta al insulto del alcalde fuera a provenir de su propio hermano. «Cosas veredes», Mio Cid.