Catedral de Toledo inaugura el 22 de Enero
Contiene pinturas al óleo sobre muro de yeso de Juan de Borgoña, uno de los pintores más representativos de la pintura renacentista toledana
La Catedral de Toledo inaugurará el 22 de enero, tras diez meses de trabajos, su restaurada sala capitular, la estancia que construyó el cardenal Cisneros hace 500 años, que contiene pinturas al óleo sobre muro de yeso de Juan de Borgoña, uno de los pintores más representativos de la pintura renacentista toledana. El canónigo delegado de Patrimonio de la Catedral Primada, Juan Pedro Sánchez, ha explicado a Efe que la sala “va a causar sensación” entre quienes ya la conocían y acudan de nuevo a verla, porque ha quedado “distinta”, y ha destacado la “claridad” que desprende la sala, que la hace distinta aún siendo la misma.
µ Arreglo
En marzo de 2018 comenzó la restauración de la sala capitular de la Catedral de Toledo, centrada especialmente en los 125 metros cuadrados de pinturas al óleo sobre muro de yeso de Juan de Borgoña (1494-1536), que han regresado a su belleza original tras los repintes de muchas etapas anteriores. De hecho, algunos repintes se realizaron pocas décadas después del trabajo original, por ejemplo, Blas de Prado actuó en las pinturas en 1584 y Francisco de Aguirre en 1635.
µ Innovación La restauración también ha permitido cambiar la iluminación led, que supondrá un ahorro energético del 80 por ciento y evitará calor; también se ha actuado en la climatización, para ayudar a preservar las pinturas y el artesonado. La sala capitular es una estancia fundamental de la Catedral y en sus paredes se representa desde la concepción de la Virgen María hasta la tradición toledana de la imposición de la casulla a San Ildefonso, patrono de la ciudad, además de que están reflejados todos los obispos de Toledo, desde San Eugenio, que vivió entre los siglos I y II, hasta Antonio Cañizares, anterior al actual arzobispo Braulio Rodríguez. Hasta la llegada del cardenal Cisneros había otra sala capitular en la Catedral, una estancia que Cisneros convirtió en capilla para preservar la liturgia hispano mozárabe (como se mantiene en la actualidad). Y de este modo construyó una nueva sala capitular, que aglutina todas las corrientes del Renacimiento, para que el cabildo de la Catedral se reuniera a tomar decisiones. Hoy día, la sala capitular acoge dos reuniones anuales (los cabildos generales) y el nombramiento de los nuevos canónigos.
De hecho, la restauración de la sala ha coincidido con el quinto centenario del fallecimiento de fray Francisco Jiménez de Cisneros.