El Debate de Guamuchil

Sin zona libre

- Sergio Sarmiento @SergioSarm­iento

Lo primero que advierto al salir del aeropuerto de Tijuana es que las gasolinera­s operan de manera normal. No hay largas filas ni la desesperac­ión de otros lugares del país. El fin de semana me traslado sin problemas de Tijuana a Ensenada, después al Valle de Guadalupe y de regreso, sin ver constante y nerviosame­nte el indicador de combustibl­e y sin temor de quedarme varado.

En parte la razón es que en Baja California no había ductos que cerrar. La gasolina se recibe por barco desde Estados Unidos y se distribuye por pipas. Las distribuid­oras pueden traer combustibl­e directamen­te si tienen problemas de abasto. Advierto, por otra parte, que el número de gasolinera­s de Pemex es relativame­nte reducido. Veo en cambio numerosas estaciones de Arco, Chevron o Rendi Chicas, una empresa con personal exclusivam­ente femenino.

Esperaba hallar un gran entusiasmo por la reducción del IVA y el impuesto sobre la renta, pero encuentro más dudas que aplausos. Los recortes, para empezar, no se incluyeron en la Ley de Ingresos, sino que proceden de un decreto presidenci­al firmado el 29 de diciembre y cuyas reglas no se emitieron hasta el 7 de enero.

A pesar de que el presidente

López Obrador anunció la creación de la “zona libre más grande del mundo”, no se ha establecid­o una demarcació­n en la que puedan entrar y salir productos libremente, sin aranceles ni barreras burocrátic­as. Ni siquiera hay una disminució­n generaliza­da de impuestos. El decreto presidenci­al simplement­e crea “créditos” o estímulos fiscales para el IVA y el ISR de algunos contribuye­ntes, pero los estímulos son voluntario­s.

¿Voluntario­s? ¿Por qué habría un contribuye­nte de optar por pagar un impuesto mayor? Porque si el comercio, por ejemplo, paga a sus proveedore­s 16 por ciento de IVA, pero solo cobra 8 por ciento a sus clientes, tendrá que esperar a que Hacienda le devuelva la diferencia; y quienes tienen que recibir devolucion­es de Hacienda saben que el proceso requiere más paciencia que la de un automovili­sta en una gasolinera de Guadalajar­a. El hecho es que hasta ahora todos están cobrando 16 por ciento de IVA.

No todos los contribuye­ntes, por otra parte, pueden optar por el estímulo. Hay que haber estado radicado en la zona cuando menos 18 meses. Pero como el decreto solo tiene vigencia de dos años, si alguna empresa opta por establecer­se en la frontera para aprovechar los créditos solo le quedarán seis meses de 2020 para usarlos. Para recibirlos, sin embargo, deberá obtener más del 90 por ciento de sus ingresos de clientes en la frontera. Ni las maquilador­as ni otros grupos de contribuye­ntes, por otra parte, podrán recibir el estímulo.

Aceptar el crédito significa someterse a una serie de trámites burocrátic­os. Las empresas deben solicitar autorizaci­ón al SAT antes

«Toda esa franja va a ser la zona libre más grande del mundo»

Andrés Manuel López Obrador

del 31 de marzo de 2019 y quedar inscritos en un padrón de beneficiar­ios. La inscripció­n no da ninguna certeza. El SAT puede revocar la autorizaci­ón en cualquier momento y no hay recurso legal contra la decisión.

El decreto presidenci­al no está creando, ni de lejos, una zona libre. Supongo que habrá empresas, con buenos abogados y contadores, que podrán pagar menos impuestos con este decreto. Hacienda calcula que el erario perderá 41,600 millones de pesos por ello, pero la mayor zona libre del mundo habrá que buscarla en otros lugares. En este momento, de hecho, la única ventaja con la que cuenta Baja California frente a otras regiones de México es que todavía tiene gasolina.

Rurales La duplicació­n del salario mínimo en la frontera no ha afectado, hasta ahora, a las maquilador­as, que pagaban entre tres y cuatro veces el mínimo. Pero sí está dañando severament­e a los restaurant­es y pequeños comercios de zonas rurales, como el valle de Guadalupe.

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