Homenaje a los difuntos, ¿ya para qué?

Todos los homenajes son buenos, pero siempre y cuando sean en vida. Homenajes en vida el que le hicieron al profesor Humberto Dautt en el Torneo Asccopa. Ese fue doblemente emotivo, ya que fue realizado en Guamúchil y en el Club del que fue fundador, como lo es Veteranos de Guamúchil. Otro homenaje que recuerdo que hasta lloró de emoción fue el que le entregó EN VIDA el doctor Samuel Mejía en el juego Locales contra Foráneos.

Yo no estoy en contra que se le hagan homenajes a los difuntos, solo estoy en desacuerdo, pero respeto esa decisión. En vida, muchachos, que lo sienta el homenajeado, que se lo lleve en su corazón. A ver por qué no le hacen un homenaje en vida al gran “Memocho” Elizalde, al “Mayo Rigo” García, a “Panchín” Peña, a “El Palomino” Valdez, al “Chicharro” Héctor Rojo Casillas, al gran patrocinador que fue cuando era gerente de la Pacífico, el señor Cristóbal Osuna Valdez. A un gran ampáyer como lo es

Martiniano López, o un directivo exitoso como Jaime Cruz Solís o el mismo Israel Heráldez. ¡Ah!, pero nada más se llegan a “petatear” rápido los aprontados directivos y delegados “quedadores de bien” ahí van imponiéndole el nombre a su liga de quien ya no está. Los familiares lo agradecen, pero no es la misma. En fin, cada cabeza es un mundo, y eso se debe respetar. Saludos.