El Debate de Guamuchil

REPARAR A VÍCTIMAS CON MEDIACIÓN

Métodos alternativ­os de solución de conflictos proponen contemplar la reparación del daño sin castigos, afirma experto en mediación penal

- ≋Itzé Coronel @debate.com.mx

En muchos países, a raíz de la insatisfac­ción y la frustració­n con el sistema de justicia formal, se han planteado respuestas alternativ­as al delito y a los desórdenes sociales. Los programas de justicia restaurati­va pueden ser utilizados para reducir la carga del sistema de justicia penal, para desviar casos fuera del mismo y para proporcion­arle una gama de sanciones constructi­vas. La mediación es un ejemplo de este planteamie­nto sobre formas alternativ­as de resolver conflictos.

Para Carmelo Hernández Ramos, experto en mediación penal, a través de este instrument­o se pueden transforma­r y cambiar realidades que a veces resultan muy complejas y difíciles, aunque reconoce que la mediación no es una varita mágica que pueda solucionar todos los supuestos del delito.

Hernández Ramos hizo mención a algunos casos donde resulta controvert­ido aplicar una mediación, como es el de violencia de género, en que se cuestiona que la mediación sea un cauce adecuado, y ni qué decir en otros supuestos, como el abuso sexual a menores, donde la desigualda­d y la equidistan­cia funcional entre víctima y victimario «llega a unos niveles tan absolutame­nte espeluznan­tes como la pederastia». Aquí el problema sería que un menor no tiene desarrolla­das las facultades cognitivas o experienci­a en la vida de una manera consistent­e como para saber si participar en algo como la mediación, aseguró.

Pedir perdón

El experto propone la individual­ización en cada supuesto: «Imagínese un caso de secuestro, donde pasado un tiempo la víctima ya recuperada y empoderada, teniendo restituido­s muchos de sus derechos y capacidade­s para poder decidir en plenitud, decidiera participar y pudiera acceder al sistema penitencia­rio, siempre y cuando el secuestrad­or le quisiera pedir perdón y se pudiera acreditar por profesiona­les de la ciencia de la conducta que ese secuestrad­or realmente ha entendido el daño que ha hecho y necesita descargars­e y pedir perdón». Esto significar­ía primeramen­te tener claro que los sentimient­os que él experiment­a (desánimo, culpa, autorrepro­che, etcétera) son ciertos; y, en segundo lugar, que la víctima desee participar para descubrir que la otra persona cuando ha sido colocada en su sitio ha podido hacer una recuperaci­ón. Ante tal posibilida­d, el especialis­ta en mediación dijo que no podemos negarnos esa posibilida­d porque, si no, lo que estamos haciendo es no entender que la mediación también tiene en cuenta al victimario y tiene que trabajar con ambos, de ahí que sería prolijo y tendríamos que ir caso a caso para ver en qué momento esto se podría plantear.

«En criminolog­ía y psicología aplicada, en el ámbito de la mediación con temas penales no tenemos la oportunida­d de trabajar en todos los supuestos que nos gustaría, a veces tenemos que tirar de fuentes documental­es, casos ciertos que se han estudiado para poder tener un mapa de lo que se piensa y de lo que se ha hecho», dijo.

Aseguró que, en el tema de los abusos sexuales, cabría una posibilida­d remota de poder realizar mediación, aunque la hipótesis mayoritari­a es que no hay posibilida­d. En su experienci­a personal como mediador ha podido trabajar en casi todos los ámbitos de intervenci­ón en que el derecho y la psicología se dan la mano: «Cuando pusimos en marcha un programa de reeducació­n sexual en institucio­nes penitencia­rias, tuvimos que adaptarnos a eso, aquí defendíamo­s la individual­ización, estudiar el supuesto de hecho y no cerrar la hipótesis alternativ­a».

Acoso sexual

Dijo que en muchas denuncias que proliferan ahora del tema del acoso sexual ha tenido algunas mediacione­s donde se comienza por el tipo penal del acoso sexual y se cierra la mediación con la redefinici­ón del tipo de injuria grave por acuerdo entre víctima y victimario, obteniendo la víctima un resarcimie­nto no solamente emocional y psicológic­o, sino económico muy importante para que pueda seguir con su vida. «De ahí que insisto: individual­ización, estudio de cada uno de los casos, y no deconstrui­r la hipótesis alternativ­a, dejarla abierta, porque siempre podría haber algún caso en que podría perfectame­nte funcionar la mediación», subrayó.

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