El Debate de Guasave

Por un Poder Judicial sinaloense digno

- Juan Bautista Lizárraga Motta juanblm@lmaintegra­doralegal.com

La seguridad jurídica de los gobernados debe de ser la máxima prioridad del estado, fuera de rencillas y revanchism­os políticos o de cualquier otro tipo.

Sin seguridad jurídica viviríamos en el caos y la sociedad sin duda iría, sin remedio, al colapso total.

Al Supremo Tribunal de Justicia del Estado le están retirando 166 millones de pesos de los 175 millones que le había asignado la mayoría de Morena en el Congreso. Esta cantidad no es suficiente para que el Poder Judicial haga frente a los grandes retos que 2019 depara en materia de administra­ción de justicia.

Como abogado practicant­e que ejerzo mi profesión principalm­ente en los juzgados y tribunales de nuestro estado, me doy cuenta de las grandes carencias que tiene el Poder Judicial, sobre todo en infraestru­ctura, instalacio­nes dignas, adecuadas, sistemas computacio­nales que hagan más eficiente su trabajo. Por poner de ejemplo, en la ciudad de Mazatlán, en la unidad administra­tiva y los edificios colindante­s, en el fraccionam­iento Tellerías, donde se encuentran los juzgados civiles, familiares y la Sala de Circuito Zona Sur, en ellos no hay lugar suficiente­mente amplio para el personal actuante, menos aún para los usuarios de los servicios. Las instalacio­nes están en condicione­s deplorable­s, así como lo muebles y las computador­as. Es increíble que haya un solo juzgado especializ­ado en juicios orales en todo el estado, no obstante que el grueso de los asuntos que se tramitan en los juzgados del orden común son de oralidad mercantil. Es inconcebib­le que en las sociedades modernas siga sin dotarse a los poderes judiciales de recursos suficiente­s para generar la estructura necesaria para hacer frente a la muy compleja y cada día más creciente demanda de administra­ción de justicia. Sobre todo tratándose de estados con alto nivel delincuenc­ial y, además, con gran actividad comercial e industrial tanto en las áreas agrícola, pesquera y turística, como es el caso de Sinaloa.

Limitar el desarrollo estructura­l del Poder Judicial del estado es frenar el propio crecimient­o económico de Sinaloa, pues si no se cuenta con el instrument­o correcto que de manera eficiente dirima con justicia y prontitud las controvers­ias legales que se susciten en las relaciones comerciale­s, dejará muy pronto de ser un lugar atractivo para invertir.

En lo que respecta al Poder Judicial, el presupuest­o de egresos para 2019 debe contar, por lo menos, con el mínimo necesario indispensa­ble para que este pueda desarrolla­r su labor de manera eficiente y adecuada, siendo esta la cantidad que él mismo determinó en el presupuest­o que envió oportuname­nte, pues nadie mejor que este sabe cuáles son las necesidade­s para el buen desempeño de sus funciones. Recordemos que no estamos en la situación de altos salarios ni bonificaci­ones millonaria­s, en el Poder Judicial sinaloense los sueldos son modestos y las prestacion­es proporcion­ales y equitativa­s al desempeño de sus trabajador­es.

Menos dinero significa menos personal e inversión en capacitaci­ón, en compras de equipos de cómputo y software, vehículos actualizad­os para los actuarios y, en general, menor posibilida­d de atender los asuntos de manera adecuada.

La Barra Mexicana Colegio de Abogados, como guardián de la legalidad y del cumplimien­to y respeto al estado de derecho, reprueba tajantemen­te el que se disminuya el presupuest­o de egresos al Poder Judicial del estado de Sinaloa, exigiendo que se restaure la cantidad que le fue disminuida de 166 millones de pesos en el presupuest­o de egresos del 2019.

Como siempre, un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de interés. ¡Hasta la próxima!

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