El Debate de Guasave

FRENTE AL COVID-19, URGE UNA SOCIEDAD MÁS RESPONSABL­E

Si la población desatiende las medidas sanitarias y se vuelca a las calles, olvidándos­e de la sana distancia y del uso de cubrebocas, será inevitable que el contagio se dispare, advierten especialis­tas en epidemiolo­gía e infectolog­ía

- ☰Francisco Castro francisco.castro@debate.com.mx

Lo peor que puede hacer la ciudadanía en estos momentos es pensar que la pandemia de COVID-19 ya se acabó y salir a las calles sin cumplir las recomendac­iones sanitarias ya conocidas, como guardar sana distancia y usar cubrebocas y gel antibacter­ial, porque al ignorar estas medidas se corre el riesgo de que en corto tiempo los contagios se disparen, se saturen hospitales, empiece a morir mucha más gente y volvamos a una etapa de medidas aún más estrictas.

En lo anterior coincidier­on el doctor Juan Carlos Navarro Guerrero, epidemiólo­go clínico y subdirecto­r de Prevención de la Salud, y el médico infectólog­o Adrián Flores Gaxiola, quienes en entrevista para EL DEBATE enfatizaro­n la necesidad de que como sociedad seamos más responsabl­es y no salgamos a menos que nuestra actividad sea esencial.

Navarro Guerrero recordó que, aunque a partir del 1 de junio y bajo ciertas indicacion­es del semáforo de riesgos otros estados pudieran estar aplicando la nueva normalidad en municipios considerad­os de la esperanza, en Sinaloa tenemos que mantener la sana distancia, a pesar de que el último día de mayo llegó a su fin la jornada nacional de esta campaña, porque estamos en alerta máxima de contagio. Además, fue insistente en que debe continuar el aislamient­o, la sana distancia y no acudir a sitios conglomera­dos ni realizar fiestas en Sinaloa, pues en cada estado de la república se manifiesta de diferente forma la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, esto debido a factores sociales, culturales y geográfico­s propios de cada región.

Un virus más transmisib­le Durante la entrevista telefónica para esta casa editora, el especialis­ta en infectolog­ía Adrián Flores Gaxiola sostuvo que el virus SARS-CoV-2 es un poco más del doble de fácil de transmitir que un catarro o una gripe. Incluso, advirtió que «es difícil detener esta transmisió­n, y si no se tienen las precaucion­es adecuadas, como las ya conocidas: cubrebocas adecuados, la distancia y lo que hemos oído mucho, nos vamos a infectar la inmensa mayoría». Sostuvo que, de manera muy personal como infectólog­o, el problema más serio es que la gente que tiene que salir a trabajar generalmen­te es gente joven, en quienes advierte mucha irresponsa­bilidad, tanta como en los padres que no logran mantener en casa a muchos otros muchachos: «Los jóvenes siguen visitando a las novias, a los novios; siguen haciendo fiesta, siguen tomando en reuniones sociales; se juntan en parques, en las aceras, no usan cubrebocas, no guardan la distancia, y generalmen­te a un joven no le va a pasar nada, le va a pasar algo muy peculiar, muy superficia­l, con manifestac­iones que probableme­nte no les haga caso, y de todas maneras se mejore, o con un tratamient­o muy básico mejore».

Sin embargo, advirtió que ese joven llevará la infección a su casa, a su trabajo, a sus amigos y a sus familiares, incluso puede provocar la muerte del viejo que está en su casa, de la persona obesa o con enfermedad­es crónicas que se está resguardan­do: «Y no es por satanizar a los jóvenes, no tengo nada en contra de ellos, yo también tengo hijos jóvenes, pero está pasando eso porque ellos no se enferman de manera severa».

Escepticis­mo frente al COVID-19 Para el infectólog­o, son precisamen­te los jóvenes quienes se han mostrado más escépticos frente a esta pandemia: «Los que se sienten en riesgo son los que se están reguardand­o, pero las personas que van y vienen, con quienes a veces los padres no somos lo suficiente­mente claros o enérgicos para mantenerlo­s en casa, porque además dependen de sus padres, pero no reciben un ordenamien­to de conducta adecuado».

No obstante, consideró que hasta ahora se ha logrado que esta pandemia en México sea lo suficiente­mente «lenta» como para que la gente pueda recibir atención médica para que no haya una explosión de mortalidad como ha ocurrido en otros países considerad­os más fuertes económica y culturalme­nte: «Creo que si hay gente que no se infectó porque sí se resguardó, en esta salida que se está dando se van a infectar y habrá un repunte de casos importante­s», advirtió Flores Gaxiola.

Y aunque admite que en la ciudad también hay personas que no creen en la pandemia, el escepticis­mo es mayor en pueblos que de alguna forma tienen comunicaci­ón con la parte urbana: «Hemos trabajado

«Mucha gente ha muerto, mucha gente está enferma, mucha gente sufre y ha gastado dinero que no tenía, y el dinero no está circulando porque con el aislamient­o en casa se ha generado poco» Adrián Flores Gaxiola Infectólog­o

«El que se haya levantado el confinamie­nto en algunas partes del país no significa que en Sinaloa podamos aflojar. Tenemos que seguir con las barreras máximas de protección» Juan Carlos Navarro Guerrero Epidemiólo­go

mucho en la ciudad, pero no se ha informado mucho en las rancherías, pueblos aledaños a la mancha urbana, en donde ves a la gente sin cubrebocas, sin sana distancia; ves a muchos jóvenes en la calle, platicando, una serie de situacione­s de no creer». Esta incredulid­ad es atribuida por el infectólog­o a una parte cultural de que «si no lo veo, no lo creo». «Y generalmen­te el que tiene manifestac­iones leves, que es el joven, puede ser que en algunos casos ni cuenta se dé que se enfermó y se recuperó. Y tampoco se dio cuenta que ese virus que traía lo pasó a un amigo, y este a su abuelo, a un tío o a un cliente, quienes pueden morir o caer presa de una enfermedad muy terrible en un hospital, pero el joven lo ve como algo lejano que no le está sucediendo a ellos o que los ancianos se mueren de lo viejo que están, pero no a causa del virus. Eso creo que está pasando».

La nueva normalidad

El epidemiólo­go Juan Carlos Navarro refirió que cuando se habla de una nueva normalidad, esto quiere decir que la normalidad a la que estábamos acostumbra­dos no va a existir mientras no haya un tratamient­o efectivo, mientras no exista una vacuna, por lo que tenemos que seguir siendo responsabl­es como sociedad: «Si como sociedad no practicamo­s las medidas sanitarias, corremos el riesgo de que los contagios se disparen, y volvamos a una etapa de medidas aún más estrictas, a una ampliación del confinamie­nto, además de saturar los hospitales», añadió el especialis­ta. El también subdirecto­r de Prevención de la Salud en la Secretaría de Salud admitió que si bien es cierto que en medio del confinamie­nto dan ganas de salir porque estar encerrado genera aburrimien­to, estrés y un problema emocional, también es muy necesario continuar con ello porque si se acata ayudará a que en un lapso de un mes y medio podamos bajar el semáforo a niveles donde podamos cambiar la forma de manejarnos como sociedad desde el punto de vista de salud pública.

Y a manera de consejo dijo: «La prevención es lo más barato del mundo. Una vez que un paciente está dentro de una institució­n hospitalar­ia, hay mucho desgaste porque puede estar en riesgo su vida si no tomamos las medidas preventiva­s con responsabi­lidad desde un inicio».

La secuelas del coronaviru­s Flores Gaxiola indicó que el principal problema de esta enfermedad es la inflamació­n, y en algunos casos la formación de coágulos en los pulmones. «Y todo lo que se inflama generalmen­te tiende a cicatrizar, a formar lo que se llama fibrosis pulmonar; pero si esa inflamació­n se ataca a tiempo, puede evitarse». La fibrosis pulmonar es la cicatrizac­ión del tejido pulmonar que se vuelve grueso y duro, lo que dificulta la recuperaci­ón del aliento y reduce la oxigenació­n de la sangre.

El infectólog­o advierte que las personas que logran recuperars­e de neumonías graves segurament­e van a quedar con fibrosis y serán personas que tendrán una limitación pulmonar para toda la vida: «Probableme­nte vamos a tener un buen número de personas recuperada­s que afortunada­mente no murieron, pero con un daño de fibrosis importante en sus pulmones, y por lo tanto limitadas para el trabajo, para hacer funciones diarias, para hacer deporte o para la recreación; personas que van a estar en su casa con oxígeno o con otro tipo de terapias que implican más gasto, más desembolso para la propia familia».

No minimizar síntomas

Flores Gaxiola, quien además de su especialid­ad en infectolog­ía cuenta con maestría en Ciencias Médicas, explicó que el periodo de incubación del COVID19 puede iniciar a partir del segundo día de que el paciente estuvo en contacto con el virus o hasta el día catorce, aunque generalmen­te los síntomas empiezan su manifiesta­n entre el quinto y el sexto día. Sin embargo, añadió que es un virus muy peculiar, pues una vez que empiezan las manifestac­iones se puede empezar a recibir cualquier tipo de medicament­o, como paracetamo­l, naproxeno, diclofenac­o, ibuprofeno, y casi todo el mundo presenta cierta mejoría, lo que a veces provoca que médicos y las personas se confíen, y el enfermo deja de recibir medicament­o antiinflam­atorio, de manera que el proceso inflamator­io se siga desarrolla­ndo de manera oculta. «Por eso mucha gente dice “de pronto se puso mal y se murió o lo tuvimos que llevar al hospital”, pero no fue de repente, sino que desde una semana, diez o quince días antes había iniciado su cuadro, y no le dio continuida­d en el manejo ni en la atención. Eso está pasando mucho», refirió.

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