El Debate de Guasave

Pandemia domada

- Sergio Sarmiento @SergioSarm­iento

No hay duda de que Andrés Manuel López Obrador es un político triunfalis­ta. Ya desde el 26 de abril exclamó: "Vamos bien, porque se ha podido domar la epidemia, en vez de que se disparara, como ha sucedido en otras partes". El 2 de mayo afirmó que, en la pandemia, México "está dando un ejemplo al mundo". Casi un mes después, el 25 de mayo, reiteró: "Ya se domó la pandemia, ya se alejó el riesgo de una saturación en hospitales que hubiese significad­o más pérdidas de vidas humanas y mucho dramatismo. Eso, afortunada­mente, ya se superó".

López Obrador no es, por supuesto, el único gobernante optimista y orgulloso de las decisiones que ha tomado ante la pandemia. Donald Trump de Estados Unidos declaró el 5 de mayo a David Muir de ABC News que, a pesar de que ha construido la mejor economía de la historia de su país, "quizá nuestro mejor trabajo es lo que hemos hecho con el COVID-19".

La verdad es que ni Estados Unidos ni México son ejemplos por sus respuestas a la pandemia. La Unión Americana tiene el mayor número de contagios del mundo, 1,881,256, el 2 de junio, y de muertes, 108,062. México registra 97,326 contagios, por lo que segurament­e habremos rebasado ya los 100 mil para cuando usted lea este artículo, además de 10,637 muertes. Sin embargo, como nuestro país ha aplicado muchas menos pruebas que casi cualquier otro país, 2,275 por cada millón de habitantes, contra más de 40 mil de la mayoría de los países desarrolla­dos, podemos suponer que las cifras reales son significat­ivamente mayores a las oficiales (worldomete­r).

Este 2 de junio, a pesar del fin de la "jornada nacional de sana distancia" y de que el presidente está en gira por el sureste, el subsecreta­rio Hugo López-Gatell declaró: "No se ha acabado la epidemia, la epidemia de COVID sigue. La epidemia de COVID está en su máximo nivel de intensidad".

En México y el mundo estamos todavía aprendiend­o acerca de la pandemia. Las soluciones fáciles no necesariam­ente han funcionado. Italia, España y

Francia aplicaron confinamie­ntos forzosos con resultados decepciona­ntes, mientras que

Suecia tuvo también malos saldos sin confinamie­nto obligatori­o. El mayor éxito es de los países de Asia sudocciden­tal, que tampoco tuvieron aislamient­os forzosos, excepto por China.

Las diferencia­s en la aplicación de pruebas hacen difíciles las comparacio­nes por países. Bélgica, por ejemplo, tiene el mayor número de muertes por millón de habitantes, 822, pero al parecer porque ha aplicado 76,334 pruebas por cada millón de personas, una de las cifras más altas del mundo. Dicen las autoridade­s belgas (sí, ese es el gentilicio) que su situación solo refleja un mejor registro que los demás.

De momento, ningún país puede declarar que ha domado la pandemia. Los que mayor éxito han tenido en estos primeros meses corren el riesgo de sufrir nuevos brotes conforme abran nuevamente sus fronteras y sus economías. Ninguno puede darse el lujo, por otra parte, de mantenerla­s cerradas durante dos o tres años.

Por lo pronto, el 2 de junio se registraba­n oficialmen­te 6,475,119 casos en un planeta con 7,788 millones de habitantes. Solo está contagiado el 0.08 por ciento de la población global. La posibilida­d de que podamos alcanzar pronto una inmunidad grupal, que requeriría el contagio de cuando menos 60 o 70 por ciento de la población, se ve lejana. Mientras no haya una vacuna o una cura, nadie podrá afirmar que ha domado la pandemia.

DOMINANTE

Los gobiernos locales estadounid­enses no tienen más opción que usar la fuerza pública para enfrentar saqueos y agresiones a terceros. Pero la propuesta del presidente Trump de hacer un despliegue de fuerza para "dominar" a los manifestan­tes no tiene otro propósito que fortalecer su imagen política de duro.

«Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuenc­ias de ignorar la realidad». Ayn Rand

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