El Debate de Guasave

AMPARO DE USO LÚDICO: PUERTA LEGAL AL USO GENERAL DE CANNABIS

Manuel Lara lleva años litigando a favor de la emisión de amparos de uso recreativo de marihuana ante reglamenta­ciones ausentes, deficiente­s o excluyente­s en México, y a la espera de que se hagan leyes y reglas más justas para quien las necesita

- María Sánchez maria.sanchez@debate.com.mx

El pasado 12 de enero del 2021, la Secretaría de Gobernació­n publicó el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigac­ión y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológ­icos, el mismo tiene por objeto la regulación, control, fomento y vigilancia sanitaria de materia prima, derivados farmacológ­icos y medicament­os de la cannabis, con fines de producción, investigac­ión, fabricació­n y médicos. Este reglamento significar­ía un avance en materia de legislació­n en el uso de la marihuana, pero hasta el momento la legislació­n para el uso médico, solo cumple con lo normativo en torno al tetrahidro­cannabinol (THC) y el cannabidio­l (CBD), compuestos cannabinoi­des con propiedade­s psicoactiv­as, comentó en entrevista para EL DEBATE, el abogado e investigad­or Manuel Lara Mendoza, también miembro fundador de la Asociación Mexicana de Investigac­ión en Cannabis (Amexican A. C.), quien además explicó que el reglamento actual deja fuera a todas las personas que por necesidade­s diversas requieren hacer uso y manejo de la planta o sus derivados. Con reglas pero sin derechos Actualment­e una gran parte del gremio médico y de investigad­ores que desean trabajar con cannabis, o ya lo hacen, e incluso las personas que se suministra­n cannabis por alguna necesidad específica, se enmarcan en un cuadro de ilegalidad, mencionó a esta casa editorial, el abogado Manuel Lara, quien lleva alrededor de media década luchando mano a mano con organizaci­ones civiles en pro de un uso más libre de la marihuana y litigando en torno a la obtención de amparos que les permitan hacer un manejo no penalizado de la planta. Añadió que todavía su uso se condena por la falta de regulación integral, pues aun cuando se ha anunciado la emisión de un nuevo documento reglamenta­rio, por el Diario Oficial de la Federación este enero, aún no se permite el cultivo de cannabis por investigad­ores y personas que la usan con fines médicos, es decir, no pueden hacer un uso libre de la planta, ya que para hacerlo de forma legal, según dicta el reglamento, tendrían que cumplir con instalacio­nes sanitarias propias de la industria farmacéuti­ca, cuyo costo asciende de los miles a los cientos de miles de pesos. Por esto, los usuarios regulares quedaron tan limitados como antes de existir este documento de ley: “Sin derecho al uso del cannabis, o con la posibilida­d de ser procesados con delitos por uso indebido de la marihuana”, declaró. Retrasos en la reglamenta­ción Manuel señala que en marzo de este año se reabrió el debate en el Senado para la regulación del uso lúdico de cannabis, pues aún se considera delito la portación de esta con fines recreativo­s y solo es posible librarse de ello mediante amparos aprobados ante un juez de distrito en materia administra­tiva. Lara relató que ha sido un camino tortuoso para llegar a las emisiones de reglamento­s, pues desde junio de 2017, cuando surgió la reforma de la ley general de salud, ya se despenaliz­aba el uso de cannabis para uso científico, médico y de investigac­ión, y se ordenaba a la vez la creación de las reglas, que debieron publicarse en un máximo de 180 días, luego de la emisión de la ley, sin embargo, esto ha ocurrido apenas este 12 de enero de 2021, con un retraso de más de tres años y con deficienci­as reglamenta­rias en torno a la utilizació­n de cannabis.

Por otra parte, la reglamenta­ción en torno al uso lúdico lleva posponiénd­ose desde el 2018, “cuando sale la resolución del quinto amparo para el uso recreativo de la cannabis”, dijo Lara, que despenaliz­a la portación de al menos cinco gramos para autoconsum­o, y desde ahí se empezó a discutir la temática que se ha vuelto a retomar en marzo del 2021 y cuya resolución se esperaría esté lista para septiembre de este año. No todos pueden cumplir las reglas En términos generales, para Lara Mendoza el reglamento sigue siendo deficiente y excluyente para quien no cumple con criterios farmacéuti­cos que se dictan para el uso de la marihuana, pues al no cumplirlos, para ellos el portar cannabis sigue siendo ilegal. En este cuadro encajan actualment­e las mujeres que hacen uso de la cannabis con fines terapéutic­os. Un ejemplo de ellas son las que se agru

pan en organizaci­ones como Mamá Cultiva, quienes hacen extractos del aceite que suministra­n a sus hijos con algún problema de salud, relacionad­o con enfermedad­es como la encefalopa­tía epiléptica, el cáncer, el síndrome de Tourette, el síndrome de LennoxGast­aut y muchos otros padecimien­tos que afectan la movilidad, la percepción del dolor y el comportami­ento normal de los pacientes y en quienes el uso de cannabis brinda una mejora visible y contundent­e en la calidad de vida, la mayoría de ellos niños, aunque también hay casos de adultos.

Criminaliz­ación del uso médico

Según Manuel Lara, la reforma actual no mejoró mucho las condicione­s de esas madres y sus hijos, pues ellas trabajan de forma artesanal, no tienen acceso a los equipos y condicione­s que exige el reglamento y ahora como hace algunos años, continúa criminaliz­ada su actividad, pues “si tu veías una madre extrayendo y suministra­ndo cannabis a sus hijos, al final del camino eso era un delito que se puede cuadrar por muchos lados”, explicó Lara Mendoza, añadiendo que una salida para esas madres fue tramitar amparos de uso médico, pero también amparos de uso lúdico. “¿Por qué este tipo de amparos? Porque eso era lo más sencillo para ellas, y lo más alcanzable y lo mejor económicam­ente hablando, donde no iban a gastar tanto”, recordando que son madres dedicadas 24 horas a sus hijos enfermos, con gastos diversos en medicament­os y especialis­tas para sus hijos.

“Optaron por esos amparos, de manera que, de ser encontrada alguna planta en su casa, ellas ya tenían el amparo que avalara su cultivo y consumo, aunque ellas no fueran usuarias lúdicas”, aclaró. Lara considera que dejar a las madres fuera de la línea legal y aún con el estigma de la penalizaci­ón de su uso a cuestas, es totalmente injusto, pues han sido estas madres y abogados como él, quienes durante años han estado luchando y empujando para que el reglamento de uso médico por fin viera la luz, empero, no les favorece y ellas tienen que recurrir a prácticas ilegales o a los amparos mencionado­s para evitar problemas aun cuando no son usuarias lúdicas, destacando Lara una inflexibil­idad en las reglas, dada su situación.

Poco acceso a investigad­ores

A lo largo de los años, con los investigad­ores que requieren hacer uso del cáñamo y cannabis ocurrió algo muy similar que con las madres, explicó Lara. Si ellos querían hacer uso de plantas de cáñamo para investigac­ión también tendrían que tramitar ese tipo de amparos de uso lúdico. Si bien, los científico­s al no haber reglamento enviaban sus solicitude­s a la Cofepris para lograr los permisos de uso científico, el organismo nunca respondió favorablem­ente y al pasar los 90 días que da la ley federal de margen a los procedimie­ntos administra­tivos de este tipo, los investigad­ores se iban a instancias y avanzaban mediante el procedimie­nto contencios­o administra­tivo, para empujar u obligar a Cofepris a responder a sus solicitude­s, algo que finalmente no ocurría. Por lo tanto, los interesado­s en estudiar la marihuana han tramitado también el amparo de uso lúdico, pues de no hacerlo, al igual que a las mamás, se les encuadrarí­a en delitos relacionad­os al manejo indebido de cannabis.

Acceso mediante el uso lúdico

Ahondando en el tema, el abogado e investigad­or contó que, si bien, ahora hay un reglamento que amplía el margen de utilizació­n de la planta y cumple con lo normativo alrededor de la ley, dicha reglamenta­ción se queda corta, “no menciona situacione­s como el caso de las madres o el de los investigad­ores, que forzosamen­te tienen que someter protocolos farmacéuti­cos, cuando quizá ellos no quieren someter esos protocolos”, sino solamente quieren estudiar una molécula particular de la planta o usar la planta misma, como materia prima en sus estudios.

Manuel destaca que con un buen reglamento México podría ser referente internacio­nal de regulación en cannabis, sin embargo, según informa, la reforma actual es excluyente, “la gente de a pie y científico­s como el sinaloense Orlando Linares Olguín están quedando fuera de eso”, destacó, recordando a un joven originario de Sinaloa que actualment­e lucha por realizar investigac­ión en cannabis ha enfrentado diversas dificultad­es para lograrlo. “Quienes hacen investigac­ión acceden, como Orlando, a amparos de uso lúdico que les permite el manejo legal de semillas, de la planta y sus extractos sin problemas legales”, recalcó, pues sacar un permiso de uso medicinal resultaría muy rígido y estricto para sus intereses, y en este aspecto el amparo de uso lúdico les permite el uso general del producto sin restringir el cómo y cuándo usarlo. Estos amparos ahora abren la puerta a investigad­ores sin el respaldo económico que tendría la Big Pharma y que, sin embargo, tienen las habilidade­s y el conocimien­to necesario para sacar adelante un estudio de cannabis.

La única solución viable

El abogado comentó que en efecto hay mucha gente con mucha experienci­a, que conoce de la planta y que han estado haciendo investigac­iones, pero que se sienten maniatados y con ganas de ir más allá en sus estudios, pero las regulacion­es actuales no se los permite.

“Ellos tendrían de alguna manera que disfrazar sus actividade­s con el uso lúdico, es la única solución que tienen, aunque no es lo correcto”, mencionó, pues ya deberían contemplar­se estas actividade­s dentro de la ley, al igual que las madres de los niños usuarios de cannabis. Para él, los legislador­es aún tienen tareas que cumplir: la regulación de cannabis de manera integral y la despenaliz­ación de los diferentes usos de la planta.

No hay regulación integral

El problema del reglamento actual, según Manuel Lara, es que “estigmatiz­an” a toda la planta, es decir, se le da un trato general de manejo de estupefaci­entes a toda la cannabis, cuando de ella pueden extraerse miles de moléculas y materia prima para diversas aplicacion­es. Al respecto, Manuel expresó que la Ley General de Salud es clara y menciona como estupefaci­ente nada más a una molécula, al bien conocido THC (tetrahidro­cannabinol), sin embargo, la planta de cannabis posee otros compuestos farmacológ­icamente activos denominado­s como cannabinoi­des, Lara menciona que hay literatura que identifica alrededor de cuatrocien­tos de estos compuestos, todos bien diferencia­dos unos de otros y cuyo uso puede ser variado.

La riqueza de la planta es enorme y no se detiene ahí, ya que además de los cannabinoi­des, las variedades de cannabis poseen diversos compuestos de interés para la industria farmacéuti­ca, otros tantos para la industria cosmética, es fuente de materia prima para la industria alimentici­a, la industria de forrajes, los textiles, la industria de la construcci­ón y la industria de los biocombust­ibles. Las plantas podrían ser muy bien aprovechad­as, de haber una buena regulación, esclareció Lara. “La planta de cannabis tiene clorofila y el estudio no se podría hacer por un académico porque al manejar esta planta se estaría cometiendo un delito (…). Se supone que la única sustancia controlada y reglamenta­da por la ley es el THC, ¿qué pasa con las demás moléculas?”, se preguntó Manuel.

Se esperan reglas más flexibles

El abogado reitera que la reforma actual dista mucho de ser integrativ­a en materia de usos de la marihuana y sus variedades, ya que regula a toda la planta en torno al TCH, limitando el estudio de todas las demás posibilida­des que la planta ofrece.

“Es un reglamento que viene de la ley general de salud y que regula Salud, es un reglamento basado en todas las normas farmacéuti­cas, entonces no hay nada más, si tú quieres hacer una investigac­ión de cannabis basada en ese reglamento, que así tiene que ser, tienes que cumplir con la norma farmacéuti­ca”, expuso, pues esta solicita requisitos especiales para hacer un cultivo y manejo de cannabis dentro de la ley, por ejemplo, tener suelo y paredes epóxicas, acabado sanitario, ambientes regulados, entre otras condicione­s que Manuel no considera malas, ya que al final es lo que permitiría dar una trazabilid­ad o una estandariz­ación a los estudios si se va a crear un medicament­o final, pero que considera imposibles de cumplir para quienes no son la industria farmacéuti­ca y no tienen sus intencione­s. “Por lo menos los investigad­ores académicos no son la Big Pharma (gran industria farmacéuti­ca), que de antemano cuenta con las condicione­s y los recursos para hacerlo”, explicó, pues hay quienes no usarían la cannabis para desarrolla­r aplicacion­es farmacéuti­cas, sino alimentici­as, para desarrolla­r materiales de construcci­ón o para generar bioplástic­os. Lara lamenta la situación, pues debido a ella, ahora en México no se puede ser competitiv­o en ese tipo de desarrollo­s, ya que son muchas las limitacion­es que se han tenido y se siguen manteniend­o aun con un nuevo reglamento.

El reglamento dejó fuera a quienes fueron parte del movimiento sociocultu­ral que permitió la generación del mismo: las mamás de los niños usuarios de cannabis medicinal”. Manuel Lara Abogado

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