Sinaloa, plaza calentada
El 6 de junio de 2021 es epónimo en la historia negra de Sinaloa, como el Culiacanazo del 17 de octubre de 2019, por la peligrosa elección, con operativos criminales. Nació ese día el Modelo Sinaloa para ganar elecciones en tiempos de “abrazos no balazos”. La sombra de duda ya satura medios nacionales e internacionales, señalando al gobernador electo Rubén Rocha Moya como triunfador de una elección reprobada, no en los tribunales, sino en la opinión pública y en los círculos de inteligencia mexicano y estadounidense.
La violencia desplegada “calentó la plaza”, sin necesidad pues Morena triunfaría con un margen razonable, pero los operativos preparados con meses de anticipación arrebataron carro completo y duplicaron la ventaja de su abanderado. No escatimaron violencia verbal, amenazas, acciones armadas, agresiones físicas, sobornos que salen a la luz de día a pesar de temores a represalias.
Se hizo historia, pero de manera siniestra. Es positiva la actitud de Mario Zamora por su decisión de dar la cara haciendo en principio declaraciones de hechos, y luego impugnando resultados sin que lo acompañara el PRI local. Después de no encontrar abogados locales logró el respaldo del PRI nacional.
El gobernador electo ha desdeñado los cuestionamientos con la neohabla populista del lopezobradorismo, tildando a los quejosos como enemigos del pueblo, que no saben perder. El mandatario Quirino Ordaz estuvo ausente, pero los gritos desesperados de Marco Osuna pidiendo ayuda delatan su incuria: “Nos están madreando gente….díganle al Gobernador”. https://bit.ly/3gPuPFg. Los abandonaron. También fueron omisas la guardia nacional y las policías.
Mientras tanto, el escándalo crece y será un estigma en la legitimidad del régimen venidero. La solicitud de Zamora puede encontrar terreno fértil. El arribo a México en mayo 26 del director de la CIA, William J. Burns, no fue casualidad, respondía a la preocupación de la presidencia de Biden sobre lo que podía ocurrir en la tercera parte del territorio nacional que consideran fuera del control del estado.
¿Quién duda que en meses previos y el día D, no hayan usado en Sinaloa para vigilarnos toda su tecnología militar y de inteligencia que ya ensayaron en la guerra contra Irak y usan en nuestra frontera común? El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos cuenta con satélites espía, globos aerostáticos, drones no tripulados, torres de observación fijas y móviles, sensores y cámaras, para fotografiar, grabar, detectar sonidos, cuerpos humanos, movimientos de autos y personas en cualquier rincón de la geografía mundial, superando al Digital Globe. Tienen capacidad para ubicar hasta la madriguera de un conejo, cuantimás las movilizaciones de grupos que participaron en las elecciones y la localización de las pasivas policías y la guardia nacional ante lo que ocurría. Es posible que nos hayan monitoreado y recogido evidencias suficientes para utilizarlas en el momento preciso poniendo en riesgo la propia seguridad nacional, pero sobre todo a Sinaloa.
La investigación que dio a conocer Milenio, que lleva a cabo el Centro Nacional de Inteligencia sobre los gobernadores electos en territorio caliente, se ve como una coartada, pues es difícil admitir que el propio gobierno incrimine a uno de los suyos. Esas salidas son efímeras como la exoneración que hizo la Secretaria de la Función Pública del affaire de la Casa Blanca de Peña Nieto y la Gaviota.
Rocha debe tomarse en serio este asunto. La impugnación de Zamora no es la actitud de “un mal perdedor”, sino la oportunidad de aclarar lo que ocurrió. El que nada debe nada teme, pues en meses venideros Sinaloa puede convertirse en una meca de turismo periodístico de cadenas de medios globales para noticias tremendistas que dañarán nuestra deteriorada imagen, que ni convirtiendo al ISIC en Secretaría de Cultura podría revertirse.
Jamás pensaron los politólogos morenistas, que en Sinaloa su partido sería sospechoso de superar las célebres estrategias de carrusel, ratón loco, urnas embarazadas y operación tamal. Eso sí que hizo historia. Nuestra solidaridad con Arturo Santamaría por su periodismo valiente y necesario para la vida pública de Sinaloa.