4T: Humanismo mexicano, humanismo solidario
Ejercer el humanismo, cuya esencia es la solidaridad expresada en el amor humano supone, en palabras del poeta Octavio Paz, reconocer a los otros, luchar por los otros, aquellos que nos dan plena existencia.
Hoy el humanismo mexicano, conceptualizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la concentración en el Zócalo capitalino, a cuatro años del inicio de la Cuarta Transformación, marca la consolidación del proyecto político que inició por mandato popular el 1 de diciembre de 2018.
Se trata de poner la política al servicio de la gente, de trazar como horizonte la igualdad social bajo el concepto de utopía compartido por Fernando Birri, por conducto de Eduardo Galeano. Y ustedes se preguntarán ¿para qué sirve la utopía? La utopía está en el horizonte, me acerco dos pasos hacia ella, se aleja dos pasos. Me acerco tres pasos más y se vuelve alejar. Yo sé que nunca podré atraparla. Entonces ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Hacia allá se transita, hacia la justicia social por medio de una variable imprescindible, la distribución de la riqueza. Prueba de ello es lo relacionado a las percepciones de la clase trabajadora, menospreciada y descuidada durante el periodo neoliberal. Es premisa inobjetable el generar condiciones que establezcan un auténtico estado de bienestar.
El salario mínimo, en cuatro años del gobierno de AMLO, aumentó 90 % en términos reales, beneficiando a más de seis millones de trabajadores; para 2020 la participación de los trabajadores en el reparto de utilidades se elevó a 100 mil millones de pesos; para 2021 se incrementa por arriba de los 200 mil millones. Además, junto con el aumento del 20 % del salario mínimo se congelan los precios del gas y la luz.
Apoyar a la clase trabajadora es una reivindicación de la izquierda desde los tiempos de la resistencia. Tuvo que pasar medio siglo para que la generación del 68, arropada por la solidaridad en la calle de los ferrocarrileros, los médicos, los maestros y del pueblo en su conjunto, llegara al gobierno para dar cauce al clamor popular de ejercer el humanismo solidario.
El ejercicio de la política no es estático. Cambia, madura, se transforma. La sociedad, la gente, son siempre protagonistas en este proceso. México es testigo insobornable de una formación política en sus ciudadanos, de la necesidad de poner por delante la empatía y el amor al prójimo como ejes vertebradores de la otra política.
El pueblo de México celebra cuatro años del triunfo. La gente participa en la discusión pública y forma parte de la toma de decisiones en el ejercicio del gobierno. El mandato popular así lo dicta.
El humanismo mexicano, el humanismo solidario, esa es la otra política. La política de la transformación de la vida pública de México.