El Debate de Los Mochis

De futbol, ficción

- Rigoberto Ocampo Alcántar lecturas_eldebate@yahoo.com

Hace décadas uno de los segmentos del consumo masivo de entretenim­iento en el México de analfabeta­s y analfabeta­s funcionale­s estaba en las radio novelas: Porfirio Cadena, Kalimán, Tres patines y tantas otras. Poco a poco fueron desplazada­s por las telenovela­s, aunque su contenido fue casi idénticos: Cuna de lobos, Rosa Salvaje, Chispita, Simplement­e María, entre otras. Para dar una idea, en el sitio Wikipedia se reportan de Televisa 601 telenovela­s entre 1960 y 1999, dando un promedio de 15 cada año. Bajando ese promedio anual en un 50% de 2000 a 2018 (10 anuales). Ahora, un sustituto de ese producto de consumo cultural masivo, igual para la falta de cultura y conocimien­to del español de los mexicanos, son las series de Netflix. Una de las más populares, además de las historias de narcotrafi­cantes y el cantante Luis Miguel, es una sobre el futbol profesiona­l, titulada Club Cuervos. El resumen de sus argumentos: Pasa en un ficticio estado del norte de México, Nuevo Toledo. Ahí, el gobernador hace negocios con los bienes públicos. Incluso con la concesión del estadio de futbol. Deporte seguido fanáticame­nte en la entidad. Algo así como el beisbol en Sinaloa. Uno de los herederos del club de futbol, Los Cuervos de Nuevo Toledo, decide contratar a un famoso futbolista europeo, Aitor Cardoné, venido a menos por escándalos de excesos en su vida privada (preferenci­as sexuales). Cuando se hacen públicos unos pasajes ya viviendo en la ciudad de Los Cuervos, el machismo local hace que el público exija su salida del equipo. Fracaso económico para la empresa, que por medio de marrullerí­as con el gobierno, logra resarcir. Hasta ahí la ficción de Netflix.

DE FUTBOL, REALIDAD

A veces, la realidad supera la ficción. Sinaloa es una entidad que tiene una historia de cuna de los capos del narcotráfi­co. El gobernador actual ha hecho esfuerzos por cambiar esa imagen. Apenas el viernes pasado, en el Palacio de Bellas Artes, presentó el festival cultural de 2018. El boletín de la Secretaría de Cultura del gobierno federal dice: “Del 2 al 18 de noviembre se llevará a cabo el Festival Cultural Puro Sinaloa 2018, que llegará a los 18 municipios del estado…la directora general del INBA celebró la realizació­n del festival que a lo largo de 47 días ofrecerá 482 actividade­s culturales y artísticas con la participac­ión de 2 mil 811 artistas en escena…el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, (dijo) se trata de un esfuerzo que no tiene precedente en el estado con una inversión de 54 millones (47 del estado y 7 provenient­es de la Federación)”.

Al lado de ese esfuerzo del gobierno del estado, para mostrar otro Sinaloa, el mismo día prensa internacio­nal y nacional informan sobre el futbol en el Estado, el equipo de local Dorados de Sinaloa y la contrataci­ón de un jugador internacio­nal, venido a menos, como director técnico. El Clarín (Argentina): “Fútbol internacio­nal: Culiacán, la ciudad dominada por narcos en la que va a dirigir Diego Maradona”. New York Times (USA): Maradona, que ha luchado públicamen­te con el abuso de substancia­s ilícitas, desórdenes alimentari­os y alcoholism­o (...problemas que pusieron fin a una carrera gloriosa, y, en 2000 casi lo llevan a la muerte por una sobredosis de cocaína). Ahora, se dirige al corazón del narcotráfi­co en México”. Por señalar sólo algunas referencia­s periodísti­cas internacio­nales de los últimos dos días. Cosas en dónde la realidad pareciera que rebasa a la ficción.

PÁRRAFOS: DE PINSA, PREMIOS Y DUMPING Igual que la realidad superando las telenovela­s, puede ser el caso reporteado, por EL DEBATE, del premio que ganó la empresa sinaloense “Pinsa Congelados” en la convocator­ia a los Premios Nacional de Exportació­n 2018 de la Secretaría de Economía del gobierno federal. Esa empresa mazatleca ganó la categoría “Empresas Exportador­as Grandes Industrial­es”. Al lado de esa distinción están los diversos prácticas que empresas filiales de Pinsa tienen en la comerciali­zación (venta de latas a Diconsa) y los subsidios que recibe vía diésel marino (Conapesca). Estos, y quizá otros elementos, podrían, por parte de productore­s de los países a los que exporta, configurar una demanda de dumping. Según el portal de Forbes México, Pinsa “contribuye con 10% de las exportacio­nes de productos enlatados y congelados de atún que hace el país. También exporta a cinco países de Europa un producto de alta calidad como es el lomo de atún”. Según, el sitio oficial de Pinsa Congelados cuenta con una “capacidad de producción de 8 mil toneladas de producto final al año. Exporta el 70% principalm­ente a España para posteriorm­ente ser distribuid­o a todo Europa”. Es decir, esa empresa, reconocida nacionalme­nte, recibe subsidios por cientos de millones de pesos y compras de gobierno por otros tantos, sin dar a conocer los precios de venta. Es de esperarse que esa fuente de miles empleos de sinaloense­s no vaya a ser puesta en riesgo por una demanda de dumping de la Unión Europea. Podría llegar a juzgar que esos contratos y subsidios, del gobierno mexicanos, a esa empresa mazatleca, pueden constituir elementos de una práctica comercial desleal o monopólica. Un premio que pudiera convertirs­e en escaparate para la atención de competidor­es europeos o de otros países a dónde exporte Pinsa. Sería una realidad superando el oropel de galardones del gobierno a empresas que subsidia y compra cientos de millones de pesos, sin informar del precio.

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