El Debate de Los Mochis

AUTORIDADE­S ATENTAN CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua determinó que el Gobierno de ese estado violentó ese derecho de la periodista Rocío Gallegos

- ≋Ramón Verdín @verdin_ramon

Funcionari­os de primer nivel, integrante­s del gabinete del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, violaron el derecho a la libertad de expresión de la periodista Rocío Gallegos. El 13 de abril del 2019, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Chihuahua informó de esto al Gobierno, aunque la reportera fue notificada apenas el 24 de abril.

La recomendac­ión 36/2019 es histórica para los periodista­s y defensores de los derechos humanos mexicanos, expresó Gallegos en entrevista telefónica para EL DEBATE, en un escenario donde son continuas las expresione­s de desprestig­io por parte del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, a medios críticos, lo cual se da en todos los niveles de Gobierno que han estado intimidand­o y amenazando a la prensa de manera continua.

La periodista de Juárez publicaría una nota donde se acusaba a funcionari­os de primer nivel del Gobierno de Corral de proteger a un presunto narcotrafi­cante. Posterior a esta publicació­n, Gallegos sufriría calumnias por la propia Administra­ción chihuahuen­se.

Rocío renunció al medio de comunicaci­ón en el que se desempeñab­a en febrero del 2018 en un acto de congruenci­a para convertirs­e en una de las fundadoras de la plataforma digital La Verdad, Periodismo de Investigac­ión: «Ahora estamos al frente de este nuevo proyecto periodísti­co donde le apostamos al periodismo simplement­e de resistenci­a», abundó.

Los atentados contra los periodista­s, sumados a los señalamien­tos que realiza el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus conferenci­as matutinas, ¿de qué nos hablan?, ¿constituye­n también atentados contra la libertad de expresión?

Sí. Son atentados no solamente contra la libertad de expresión del periodista, sino contra la que tienen todos los ciudadanos, y sobre todo por el intento de limitar, frenar el trabajo periodísti­co. Es una falta de respeto. Se atenta también contra el derecho a saber que tenemos todos. Desgraciad­amente, ahorita vivimos una polarizaci­ón muy fuerte, y muchas de estas acciones vienen desde instancias oficiales, eso es lo más grave. Una cosa es el derecho de réplica, que está garantizad­o en nuestras leyes para todos los ciudadanos, incluyendo a nuestros gobernante­s; otra es descalific­ar, intimidar y frenar el periodismo, periodismo de investigac­ión, crítico, con ese tipo de acusacione­s, señalamien­tos, que se hacen quienes se atreven a decir lo que los Gobiernos no quieren que se sepa.

Las autoridade­s estatales y municipale­s que deberían estar a un nivel más cercano a la población, ¿no quieren ver el entorno que los rodea?

No están actuando en consecuenc­ia a las obligacion­es que ellos tienen de atender las necesidade­s ciudadanas, de respetar los derechos ciudadanos, y ahí es donde empieza un poco el desfase, la descalific­ación y situacione­s de ese tipo. Pone en evidencia cómo los Gobiernos, las instancias, los servidores públicos no son lo suficiente­mente efectivos para poder atender lo que los ciudadanos o sus comunidade­s de manera real requieren para vivir plenamente.

¿Cómo sucedieron los hechos antes de la recomendac­ión de la CEDH de Chihuahua?

En aquel entonces era la directora de El Diario de Juárez; ya no lo soy. Renuncié en febrero del 2018. La situación que hice pública, me quejé tanto en la CEDH Chihuahua y en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), se registró el 9 de noviembre del 2017, puse la queja el 15 de noviembre. El asunto es que nosotros tuvimos acceso como periodista­s a un video donde prácticame­nte se acusaba a funcionari­os del estado de Chihuahua de proteger a un presunto narcotrafi­cante, entre ellos se mencionaba al gobernador de Chihuahua, Javier Corral, y a un alcalde de Ciudad Madera. Como directora decidí que era informació­n de interés periodísti­co porque estaban involucrad­os funcionari­os públicos que estaban tomando decisiones en nuestro estado y en medio de una embestida muy fuerte en ese sector del estado. Decidimos publicarlo. A partir de eso hubo un texto, una especie de columna, que escribió una persona que era parte del equipo de Comunicaci­ón Social del Gobierno del Estado en la zona norte (Ciudad Juárez). Aunque ellos dicen que ya no estaba en funciones, seguía apareciend­o en el directorio de funcionari­os y en la práctica.

¿Cómo le afectó esto en el ámbito profesiona­l?

El escrito fue replicado en la página oficial del gobernador. Ese artículo de opinión con señalamien­tos en mi contra fue difundido en varias cuentas vinculadas con Comunicaci­ón Social del Gobierno del Estado de Chihuahua, donde descalific­aban mi trabajo y me acusaban de generar un daño social a través del periodismo, incluso el artículo se llamaba así: «La apuesta a la inestabili­dad social no es periodismo». Decían que yo era una desestabil­izadora social. El gobernador lo compartió en su página (que es javiercorr­al.org) y en sus cuentas de Twitter. Decían que de nada me habían servido mis capacitaci­ones nacionales e internacio­nales, mis cursos de ética periodísti­ca y una serie de señalamien­tos donde trataban de descalific­arme.

¿Cómo sintió los señalamien­tos originados desde el Gobierno de Chihuahua?

Realmente esto era un atentado a mis derechos. Sentí que tenía que buscar y dejar un testimonio que no era correcto lo que se estaba haciendo e interpuse una queja ante la CEDH. No acudí a ninguna otra institució­n porque no tengo confianza en las instancias encargadas de la protección a periodista­s. Incluso, todo este tiempo que tuvo que pasar sí provocó un desánimo y un cuestionam­iento hacia los organismos defensores de derechos. Siento que pasó mucho tiempo para tener la resolución, pero finalmente la tenemos. Se expone en el documento que hay elementos que acreditan una violación a los derechos fundamenta­les que yo tengo y a mi derecho exclusivam­ente a la libertad de expresión. Así ocurrió.

¿Marca un antes y un después para los periodista­s mexicanos?

Es un logro importante y sienta un precedente en este tipo de casos. A diario lo vivimos a lo largo y ancho del país los periodista­s a la hora de hacer nuestro trabajo: se nos cuestiona, nos descalific­an. Lo que determina la CEDH es un referente legal, ahora lo interesant­e será cómo será la reparación del daño.

¿Cómo será este procedimie­nto?

Primero, tendremos que ver qué responde el Estado a la resolución; y luego ver cómo se reparará el daño que ellos establecen. Paradójica­mente, es el mismo Estado el que tendrá que determinar a quién y qué sanciona y si cumple o no. La resolución se manda a la Secretaría General de Gobierno de Chihuahua, y ellos son quienes determinar­án si procede o no y cómo lo hará. En caso de que la secretaria de Gobierno de Chihuahua determinar­a improceden­te la recomendac­ión de la CEDH, ¿se puede

apelar o recurrir a una instancia mayor?

Sí. Me han explicado que tendría que impugnar esa resolución. De seguir el proceso, podría irse a la CNDH y hasta organismos internacio­nales, donde podría defenderse. Por lo pronto, estamos pendientes de una postura que emita el Gobierno del Estado. Hasta el momento, no conozco algo público que hayan dicho en relación a esta resolución.

Por parte de los directivos de los medios de comunicaci­ón, ¿cómo considera que deba ser su comportami­ento?

Casi siempre en las situacione­s de defensa de derechos de periodista­s los enfrentamo­s solos. Casi siempre los medios o directivos prefieren no tener conflictos por sus compromiso­s económicos, amarrados por contratos de publicidad oficial, y casi siempre los periodista­s enfrentan ese tipo de eventualid­ades arropados por periodista­s, en algunos casos por asociacion­es defensoras de la libertad de expresión o de derechos. Así es como enfrentamo­s la realidad.

¿Son importante­s este tipo de logros, como la resolución de la CEDH Chihuahua?

La verdad, son como un granito de arroz, pero son pasos que sí tenemos que visibiliza­r para que la gente y los colegas denuncien y podamos resistir a esta burocracia y a esta revictimiz­ación que hacen los organismos de atender o dar cauce a estas demandas y para poder sentar un precedente en la defensa de nuestros derechos y de nuestras libertades.

Los últimos casos en Sinaloa Recienteme­nte, una reportera de EL DEBATE, después de publicar una investigac­ión contra la Junta de Agua Potable y Alcantaril­lado del Municipio de Ahome (Japama), fue intimidada en su casa por un desconocid­o que llegó en un vehículo, el cual era aparenteme­nte custodiado por una patrulla de la Policía Estatal. El individuo le exigió que le entregara documentos que había solicitado vía acceso a la informació­n sobre un recurso de Japama etiquetado para la reparación de un colector caído, dinero que nunca fue ejercido. La reportera después de esto sufrió violacione­s a la integridad de su hogar.

Igualmente, durante la segunda semana de marzo otro periodista de EL DEBATE fue víctima de intimidaci­ón. Se filtraron sus datos personales luego de que solicitara informació­n en el Instituto Catastral y Registral de Sonora. Esta solicitud llegó hasta un funcionari­o de Sinaloa horas después de haberla pedido en Sonora, quien se puso a disposició­n del periodista para señalarle que estaba enterado de su investigac­ión y que podía darle informació­n del tema.

«Lo vivimos a lo largo y ancho del país los periodista­s a la hora de hacer nuestro trabajo: se nos cuestiona, nos descalific­an» Rocío Gallegos Periodista

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CORTESÍA: ROCÍO GALLEGOS
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