PRECARIEDAD EN EL CAMINO ‘MILLENNIAL’
De acuerdo con la UNAM, el 44.3 por ciento de los jóvenes vive en situación de pobreza Expertos coinciden en que dicha generación ha recibido oportunidades disfrazadas
Los jóvenes de México se enfrentan a la precariedad laboral y económica con empleos que no les permiten adquirir una canasta alimentaria ni servicios básicos, obtener seguro social y por ende lograr prestaciones laborales de ley. Lo anterior fue revelado por la Universidad Nacional Autónoma de México en el marco de su congreso «Jóvenes en movimiento, realidades, acciones y proyecciones».
De acuerdo con la institución, de los 39 millones de jóvenes de 12 a 29 años del país, el 44.3 por ciento vive en situación de pobreza; y el 60 por ciento tiene empleos informales y precarios. Según los datos expuestos por el investigador José Antonio Pérez Islas en el citado congreso, el 50.6 por ciento de ellos tiene un ingreso mensual inferior a la línea de bienestar. Además, del total de jóvenes en México, el 41.2 por ciento no tiene ninguna prestación laboral; y el 64 por ciento carece de seguridad social.
Al respecto, expertos entrevistados por periódico EL DEBATE coincidieron en que el futuro de los jóvenes de México se está tejiendo en oportunidades blandas, derivado de un desprestigio social, donde los adultos no responden de cerca a una generación que ha cambiado a pasos abruptos en su comparación. Aunque los entrevistados hacen hincapié en las oportunidades de emprendimiento —según los Resultados del Índice Nacional de Contexto Empresarial (NECI) 2018-2019—, México ocupa el lugar 23 de 54 economías en cuatro regiones geográficas.
Ni empleo ni oportunidad académica Aracely Ceballos López, Premio Nacional de la Juventud (2017), el máximo reconocimiento que otorga el Gobierno a los jóvenes mexicanos de entre 12 a 29 años de edad, indicó que afecta bastante el hecho de que se carezca de oportunidades para los jóvenes o bien que haya oportunidades disfrazadas, dado la precariedad que hay por el deterioro de las condiciones laborales y de los ingresos. Indicó que la generación de empleos, pero mal pagados, no garantizan ese bienestar que necesitan los jóvenes, sobre todo donde quizá —dijo— no dependa tanto una familia, pero sí su futuro académico. «Cuando eso se ve afectado, ¿qué esperamos de los jóvenes si ni siquiera podemos cubrir los aspectos de nuestra formación académica, de nuestra educación, de una manera correcta y plena que debería de ser?», cuestionó. La joven activista social consideró que se deberían regular todos los aspectos de las oportunidades laborales, puesto que la mayoría busca un trabajo que sea de medio tiempo para crear el efecto de estudiar y trabajar a la vez. Mencionó que, a pesar de que se generen programas de becas, estas nunca son de pago oportuno. Ejemplificó al mencionar que puede iniciar un semestre y la beca llega cinco meses después o llega incompleta. «Como jóvenes mexicanos dejamos de tener nuestras aspiraciones tan altas, y eso hace que los jóvenes se estén estancando hoy en día, aparte se toma el trabajo como algo que te impacta como persona, no solo a nivel económico», argumentó.
Asimismo, Ceballos López indicó que cuando un joven se topa con pared ante puestos de trabajo que no desea, los sueños van disminuyendo y se deja de pensar en aspirar alto: «El hecho de sentirte útil, realizado, hacer lo que te gusta, pero cuando esto no está bien remunerado o no hay bienestar, hay esa sensación de una pérdida de felicidad en los jóvenes, estrés juvenil y más, enfermedades, obesidad y enfermedades crónico-degenerativas», explicó.
Indicó que uno de los caminos que se muestra como difícil, pero no lo es, es el de emprender, por ello argumentó que se deben aclarar los apoyos, las fechas de convocatorias para financiamientos, pero sobre todo es necesario que se construyan redes de jóvenes, mismos que puedan apoyarse unos a otros.
Desprestigio social
Hiram Reyes Sosa, académico en sociología por la Universidad Autónoma de Sinaloa, explicó que las condiciones que los jóvenes tienen ahora son bastante limitadas, porque el primer conflicto que tienen es que van a trabajar a una empresa que ya tiene condiciones de precariedad, por lo que se ven obligados a emplearse con sueldos muy pequeños, a pesar de que no estén de acuerdo. Abundó que eso no solo trae consigo problemas económicos, sino también psicológicos: «Sentir tal vez la presión de vivir con sus padres por los sueldos tan pequeños; también es más complicado comprar una casa o en pensar en rentar. El Inegi ha destacado que los jóvenes entre 19 y 27 años tienen los sueldos de menos de tres salarios mínimos, lo que es bastante bajo para las condiciones del país, entonces es un efecto psicológico que les afecta también», expuso.
Lo anterior —agregó— también genera un conflicto con los adultos, que consideran en la gran mayoría que los jóvenes millennials tiene una imagen muy deslegitimada: «Estas generaciones que podemos llamar millennials son generaciones de jóvenes que tienen un desprestigio social. Yo creo que la forma en la que se entendía la vida social hace diez o veinte años era diferente, y con todos los cambios abruptos el grupo más desfavorecido son los jóvenes».
El experto Hiram Reyes Sosa abundó en que tampoco se puede pensar linealmente con el tema de que a menor ingreso económico, mayor perspectiva de delinquir, aunque
puede haber una correlación. Indicó que sería como mantener un estereotipo al pensar que personas con nivel económico bajo tiendan a dedicarse a una actividad delictiva como el narcotráfico, por ejemplo, «pero sí puede ser un factor que lo promueva», reafirmó.
Crisis económicas
Jaime Jiménez Santos, economista y académico de la Universidad Autónoma de Sinaloa, indicó que los jóvenes han sido de los más afectados en las recurrentes crisis económicas que han impactado a nivel global, mientras que el Gobierno mexicano los ha mantenido como los menos beneficiados en financiamientos y apoyos. Explicó que la precariedad en los salarios y en los índices de desempleo, que van desde el 5 por ciento, pero que aumenta hasta el 12 por ciento de los 25 a los 35 años, generan que difícilmente puedan alcanzar programas de jubilación o de pensión, teniendo el compromiso de ahorrar para su futuro. «Es una generación que por todos lados a veces se ve afectada, y lo que tienen que buscar es ser más preparados para estar en un empleo que no les garantiza un horizonte o un futuro muy halagador, entonces ellos son de los que menos ganan, pero también son de las gentes que se va a requerir en la economía del futuro», explicó.
Jiménez Santos añadió que no existe en México ningún joven millonario que a través del emprendimiento se refleje como un punto de partida para los demás jóvenes, tal y como ocurre en otros países: «En Estados Unidos, la mayor parte de los inventos los están realizando jóvenes emprendedores entre 18 y 23 años; mientras que en México las investigaciones y los inventos seguimos viéndolos con gente que ya toda su vida se dedicó a una investigación y a los veinte años sacó una patente. En México es muy complicado porque los jóvenes no tienen el escenario propicio», sentenció.
Ante ello, profundizó que los programas de emprendimiento que ha llevado a cabo el país son muy raquíticos, que no alcanzan ni para registrarse como empresa. Sostuvo que la iniciativa privada debería ir más allá y tener más aprobación sobre la labor de los jóvenes: «Una de las características de estos jóvenes es que son muy innovadores y muy realistas, orientados a objetivos, entonces ellos tiene mucha creatividad, pero en la falta de apoyo se topa con ellos», comentó.
«Estas generaciones que podemos llamar millennials son generaciones de jóvenes que tienen un desprestigio social» Hiram Reyes Sosa
Académico
«Es una generación que por todos lados a veces se ve afectada y lo que tienen que
buscar es ser más preparados para estar en un empleo que no les garantiza un
horizonte» Jaime Jiménez Santos
Economista
«¿Qué esperamos de los jóvenes
si ni siquiera podemos cubrir los aspectos de nuestra formación académica?» Aracely Ceballos López Premio Nacional Juvenil