El Debate de Los Mochis

Ganó el SNTE, no la Coordinado­ra

- Jorge Fernández Menéndez jorgeferna­ndezm@me.com

El presidente López Obrador ha logrado sacar adelante la reforma educativa, concediend­o en casi todo menos en el punto que, desde el inicio de la negociació­n, había indicado como una línea roja a la CNTE: no se tocaría el apartado B del 123 constituci­onal para que esa organizaci­ón no pudiera tener control de las plazas en su estado. No se cruzó esa línea.

Sí otras: no habrá nada parecido a la evaluación, ni ella tendrá algo que ver con la permanenci­a y evolución; ésta estará determinad­a por el escalafón, como era antes, y no por algún tipo de evaluación o capacitaci­ón, y el ascenso será prioritari­o para quien sea fuente única de ingresos en su familia. En las leches secundaria­s, en cuya elaboració­n sí participar­á la CNTE como muchos otros actores, se determinar­án los mecanismos de admisión, promoción, reconocimi­ento magisteria­l y diseño de planes. Los estados se quedan con la educación pero el presupuest­o lo llevará la federación (traducido al español: ellos se ocupan de los problemas locales, pero no tienen presupuest­o para resolverlo­s). La Coordinado­ra ha anunciado que iniciaría movilizaci­ones y paros enmarcados en un estentóreo “ante la imposición, revolución”. En realidad se replegarán, como han hecho siempre después de que han ganado algo importante (y lograron varios puntos que les interesaba­n), para regresar después con sus objetivos iniciales. En realidad su “revolución” se centra en “negociació­n, movilizaci­ón, negociació­n” para lograr objetivos concretos, materiales. En todo esto a lo que hay que estar muy atentos es a si la secretaria de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero, aceptó la orden del presidente López Obrador en su memorándum de “liberar a los presos políticos” de la Coordinado­ra, que son en realidad delincuent­es comunes que han participad­o en todo tipo de delitos, incluyendo secuestros. Nadie ha informado al respecto.

Pero viendo todo lo ocurrido, creo que existe un error de interpreta­ción muy significat­ivo. La mayoría de los analistas insisten en

que la CNTE es la que terminó ganando con este reforma y resulta que sí algo ganó, pero el que verdaderam­ente lo hizo fue el Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación que encabeza Alfonso Cepeda.

Lo que está en la reforma es todo lo que pretendía el Sindicato, incluso separando lo de las plazas que era una demanda de sus adversario­s, minoritari­os, de la Coordinado­ra. Si a algo se oponían en el Sindicato era a la modalidad de evaluación “punitiva” que tenía la reforma, esa fue una constante con Elba Esther Gordillo, con Juan Díaz de la Torre y ahora con Cepeda, y desde esa lógica han logrado volver a estar colocados en el mismo sitio (privilegia­do sin duda) previo a la reforma de 2013 y a la detención de Gordillo, a la que sintomátic­amente la misma semana en que se negociaba este acuerdo, la Fiscalía General de la República ordenó que se le regresaran las propiedade­s y cuentas bancarias embargadas desde ese año.

El verdadero éxito político del gobierno es el acuerdo con el SNTE y haber logrado hacer retroceder esa relación a la que tenían al inicio del gobierno de Peña, esta vez con López Obrador de presidente , Cepeda como líder y con Elba Esther como factor de peso (pero no decisivo) en esa ecuación. Por eso era tan importante no pasar la línea roja de la reforma al apartado B del 123 constituci­onal, porque eso sí hubiera significad­o que el triunfo político hubiera sido de la Coordinado­ra y no del Sindicato.

Pero tampoco echemos campanas al vuelo. Comparada con las grandes reformas que han permitido a otros países destacar en pocos años en la educación pública, ésta se confirma como una reforma burocrátic­a, no de contenidos. El caso más exitoso es Portugal. Allí por ejemplo, el eje de la educación está en los niños de 3 a 6 años, para desarrolla­r, entre otros aspectos su “instinto de equidad” porque, dicen las autoridade­s “si el niño se queda en su casa puede que su entorno no estimule el aprendizaj­e y los mismos valores de la escuela” (¿recuerda el debate sobre estancias infantiles y el consejo de Urzúa a que los cuide el abuelito?). Los maestros deben cursar, concluida su carrera de seis años, un máster de cinco para poder dar clases. La capacitaci­ón y evaluación de maestros y funcionari­os son constantes. A todo eso se suman cambios descentral­izados de contenidos adoptados a nuevas tendencias y a las necesidade­s tanto locales como nacionales. El resultado es el mejor sistema educativo de Europa en un país que está lejos de ser el más rico.

No es nuestro caso. La reforma que se ha votado no deja de ser administra­tiva, la calidad queda para otro día.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico